viernes, 30 de marzo de 2018

Es temporada de fresones, pero cuidado con los pesticidas...

Fresones en un balcón

  • Están en el primer puesto de los ‘Doce sucios’, una lista que incluye las frutas y verduras más contaminadas

No es una ocurrencia alabar las virtudes de las fresas y fresones. Ya los romanos las comían por los efectos medicinales que les atribuían. Hoy, esta fruta, que está de temporada, se cuenta entre los considerados súper alimentos por sus propiedades beneficiosas para el cuerpo.
Pero en el otro lado de la balanza, está su principal hándicap, y es que está en el primer puesto de una lista denominada de los “Doce sucios”, que incluye las frutas y verduras más contaminadas por restos de pesticidas.
Los romanos comían fresas por los efectos medicinales que les atribuían
Si los romanos estaban convencidos de que curaban la melancolía, la fiebre, los problemas respiratorios y desórdenes del bazo y el hígado, sus partidarios actuales siguen defendiendo que previenen el cáncer, la diabetes, actúan para controlar la presión sanguínea, evitar resfriados…
En la Edad Media se ofrecían como signo de paz y prosperidad en determinadas ceremonias y los indios americanos hacían pan de maíz con fresas, que fueron el antecedente de las tartas de los colonizadores.
Un producto de laboratorio
Fresones
Fresones (Pepo Subiranas)
Aunque lo que todos ellos comían eran fresas silvestres y lo que consumimos nosotros son casi siempre fresones. Se trata de dos frutos más distintos de lo que la similitud de sus nombres puede dar a entender. Ya casi no se encuentran fresas salvajes, que son bayas, y la mayor parte de las que llegan a los mercados son de cultivo, pero no están ni de lejos tan extendidos como los fresones.
Éstos fueron creados por botánicos franceses a partir de cruces de diversas plantas en siglo XVIII. Se consideran una falsa fruta, ya que lo que comemos es en realidad el tallo de la planta. Esta pertenece a la familia de las rosas y es el único fruto que tiene las semillas en el exterior, unas 200 por unidad.
Los fresones fueron creados por botánicos franceses a partir de cruces de diversas plantas en siglo XVIII
El primer país productor es Estados Unidos, sobre todo California, que cría el 75% de todas las que se venden en el país. Los que se cultivan en Huelva representan el 95% de los que se comercializan en España y una muy buena parte de los que llegan a los mercados europeos.
¿Qué nos aportan los fresones?
Contienen buenas proporciones de fibra, potasio, ácido fólico. Y, muy importante, son el cuarto alimento con más proporción de antioxidantes. La principal virtud de estos es que nos protegen de los radicales libres, responsables del envejecimiento. Además de otros bioactivos, como los flavonoides, que permiten al cuerpo interferir en el desarrollo de células cancerígenas, reduciendo su capacidad de multiplicarse.
Ocho fresones contienen más vitamina C que una naranja, y el equivalente a un tazón sólo tienen 50 calorías y muy poco azúcar. Si un diabético las toma antes de cualquier comida rica en azúcares disminuirá ostensiblemente la producción de éstos, lo que evita que se desarrolle resistencia a la insulina.
Al tiempo que provocan alergias a muchas personas, las fresas y fresones tienen ácidos fenólicos, que actúan sobre los procesos bioquímicos relacionados con las alergias. Se les achaca la virtud de disminuir el riesgo de sufrir ataques cardíacos, de bajar el colesterol y de reducir la presión sanguínea. Son un buen antiinflamatorio si se consumen por lo menos tres veces a la semana.
La principal virtud de los fresones es que nos protegen de los radicales libres, responsables del envejecimiento
Se dice que son buenas para prevenir las cataratas y otras dolencias oculares y al ser ricas en antioxidantes contribuyen a mantener el cerebro despierto.
Lo que no queremos de los fresones
Pero hay que tener cuidado con ellos porque están en elprimer puesto del top ten de los comestibles contaminados, según el estudio que hace en Estados Unidos el Environmental Working Group. Ellos inspeccionan los que venden en su país, pero los de Huelva no se libran. Ni los criados en menor medida en otros puntos de la Península.
Un hombre sostiene unos fresones
Un hombre sostiene unos fresones (cjp / Getty Images)
En Francia, a donde llegan muchos de ellos, la ONG Générations futures, ha llevado a cabo otra investigación, la Expertt II, en la que detectó 93 tipos distintos de pesticidas en 49 muestras de fresones, de las que 23 procedían de Huelva. Dieron positivo en unos 20 productos, entre los quedestacaban uno prohibido en Europa y otros dos no autorizados para ese cultivo en nuestro país.
Muchos expertos aseguran que la cantidad de pesticidas está por debajo de lo tolerado legalmente y no es perjudicial para la salud. El problema, advierten otros es que estos se suman a los que hay en otras frutas y verduras de la famosa lista, como manzanas, melocotones, espinacas e incluso patatas.
La ONG Générations futures detectó 93 tipos distintos de pesticidas en 49 muestras de fresones
¿Hay que dejar de comer esta deliciosa, versátil y nutritiva fruta?
Depende de cada uno, pero sí es importante evitar llevárselos a la boca sin haber eliminado esos productos potencialmente insanos. En el caso de los fresones es esencial, porque no pueden pelarse como los melocotones o las nectarinas, también altamente contaminados. Otra posibilidad es adquirirlos orgánicos, pero no es seguro al cien por cien que estén libres de residuos. Así que hay que lavarlos a conciencia, y no sólo pasarles un poco de agua por encima.
Hay algunos trucos para hacer una limpieza profunda. Uno es sumergirlos unos minutos en un litro de agua con una cucharada de bicarbonato, después de haberlos lavado bajo el grifo. Otro es hacer una mezcla de limón, vinagre de manzana y agua en una botella con espray y rociar la fruta con ella.
Cajas de fresas en un mercado
Cajas de fresas en un mercado (pixabay)
Se puede también bañar los fresones unos quince minutos en una solución de agua con media taza de vinagre de manzana y tres cucharadas de sal. Si molesta mucho el sabor a vinagre, se pueden enjuagar de nuevo con agua o bien lavarlos sólo con agua salada.
Tanto las fresas como los fresones son muy delicados y duran poco una vez comprados, sobre todo las primeras. Una regla de oro es no lavarlas, y menos aún cortarles el tallo, hasta que se van a consumir. No conviene comprarlas excesivamente maduras, pero tampoco verdes, porque son de las frutas que no siguen madurando una vez recolectadas.
Los fresones se puede adquirir orgánicos, no es seguro al cien por cien que estén libres de residuos
Lo más adecuado es meterlas en la nevera, en un contenedor tapado en cuyo fondo se habrá puesto un papel de cocina para absorber la humedad y evitar que afecte a los frutos. Una cosa práctica es que se pueden congelar para comerlas una vez finalizada la temporada, aunque lo cierto es que, actualmente, suele alargarse bastante.
Tienen que estar limpios y sin el rabillo. Se extienden con una sola capa hasta que están congelados y luego pueden llevarse a una fiambrera o bolsa de plástico.

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