sábado, 15 de agosto de 2020

El dinero es blanco y masculino

El dinero es blanco y masculino


Por primera vez rostros negros y asiáticos van a aparecer en las monedas y los billetes británicos

 

Se dice que el color del dinero es verde en homenaje al dólar. Cuando en 1929 la Casa de la Moneda de Estados Unidos empezó a emitir billetes de papel, ese pigmento era el que estaba disponible en grandes cantidades, y además ofrecía una considerable resistencia a los cambios químicos y físicos. Pero en realidad su color, en todas partes, es blanco, igual que los vestidos de novia y las banderas de rendición, y su sexo, masculino. No hay más que echar un vistazo a la lista de grandes fortunas, a las élites que dirigen el mundo, a los presidentes de consejos de administración.

Ahora el Tesoro británico va a poner en circulación por primera vez en la historia monedas que llevan los rostros de personajes negros, asiáticos y de minorías étnicas, un homenaje a la corrección política mientras al mismo tiempo el Gobierno se plantea que los barcos y los aviones de guerra militares sean utilizados para impedir la llegada a las costas de Kent de pateras con solicitantes de asilo político, el Ministerio de Interior fleta aeronaves para deportar a inmigrantes a sus países en plena pandemia y una de las consecuencias del Brexit es la estigmatización de los extranjeros.

 

Gandhi y los soldados hindúes y gurkas que lucharon en las guerras mundiales van a ser honrados de este modo

Al primer ministro Boris Johnson –educado en Eton y Oxford– y a la inmensa mayoría de los diputados parlamentarios no les parece bien que se derriben estatuas de esclavistas y colonizadores, y Scotland Yard –acusado de racismo institucional en un informe independiente– acaba de archivar el caso del asesinato del joven negro Stephen Lawrence en 1993 por un grupo de blancos, a pesar de numerosas pruebas y testimonios en su contra. En cambio va a hacer el gesto cosmético de que rostros de minorías étnicas adornen las monedas.

Entre los homenajeados van a figurar soldados hindúes y gurkas que lucharon en las guerras del lado británico –o del imperio– y recibieron la cruz de Victoria por sus servicios y actos heroicos; la enfermera y mujer de negocios jamaicana Mary Seacole, que estableció un “hotel” para soldados convalecientes en la guerra de Crimea; o la espía Noor Inayat Khan, enviada durante la Segunda Guerra Mundial a Francia para ayudar a la resistencia, nacida en Moscú y que murió en el campo de concentración de Dachau. Todo ello, mientras el Gobierno se resiste a conceder el permiso de residencia en el Reino Unido a los traductores que utilizó en Afganistán e Irak a riesgo de sus vidas.

Pero el primer rostro de color en una moneda va a ser el de Mahatma Gandhi, que dirigió la campaña no violenta contra la colonización británica en India. Después de trabajar como abogado en Sudáfrica, regresó a su país para ponerse al frente del movimiento independentista, al tiempo que luchaba también por los derechos de las mujeres, de los pobres y de los intocables, las castas inferiores, sacando de sus casillas a los gobernantes de Londres.

“A lo largo de generaciones, grupos de minorías étnicas han combatido y dado la vida por nuestro país y contribuido a hacer de Gran Bretaña lo que es hoy, han cuidado de nuestros viejos y de nuestros enfermos, han generado empleos y riqueza, y es justo que sean honrados. Como británico de origen asiático, soy consciente de que el racismo existe, y que la gente está frustrada y cansada, y exige con razón un cambio. Pero la construcción de una sociedad mejor no es algo que se produzca de la noche a la mañana, sino que, como todos los actos de creación, se produce despacio y gracias a la colaboración entre todos nosotros”, dice el ministro de Economía, Rishi Sunak, patrocinador de la iniciativa, de padres hindúes y casado también con una hindú.

Una campaña anterior para poner el rostro de una mujer de minorías étnicas –Seacole o Khan eran las favoritas– en los billetes de 50 libras quedó en nada, porque al final quien resultó ganador fue Alan Turing, un matemático, filósofo y científico que tuvo un papel decisivo en la creación de los primeros ordenadores y las máquinas para descifrar los mensajes alemanes en la guerra, pero que en su tiempo no fue reconocido por la homofobia existente (era homosexual y aceptó la castración química como alternativa a la prisión). Cuando se emitieron los nuevos billetes plastificados de cinco libras, la cara de Winston Churchill sustituyó a la de Elizabeth Fry, que consiguió mejorar las condiciones en las prisiones del siglo XIX. Para compensar, la escritora Jane Austen apareció en las denominaciones de diez libras.

A pesar de todo, el color del dinero sigue siendo blanco, como el del chicle es rosa, y el de los taxis, amarillo. Y su sexo, masculino.