martes, 11 de agosto de 2020

Los ricos siguen encargando coches a Ferrari

 Interior de la fábrica de Ferrari en Maranello (Italia).

Interior de la fábrica de Ferrari en Maranello (Italia).



La pandemia frenó la entrega de vehículos de la escudería italiana, que nada más abrir las fábicas ha comenzado a preparar 500 pedidos



E l coronavirus no ha hecho tambalear los cimientos de Ferrari, uno de los máximos exponentes de la exclusividad y el lujo. La fabricación y entrega de los coches se redujo en el segundo trimestre del año, en pleno auge de la pandemia, periodo en el que se despacharon 1.389 vehículos, un 48% menos respecto al mismo periodo del año anterior, en el que se entregaron 2.671 coches, debido a la suspensión de la producción de vehículos en las fábricas de Maranello, donde está la sede central desde su fundación en 1947, y en Módena, así como al cierre de los distribuidores en la mayoría de los puntos de venta del planeta.


Los ingresos netos de abril a junio fueron de 571 millones de euros, un 42% menos que los 984 millones obtenidos en el mismo trimestre de 2019, con una caída del Ebitda del 60%, pasando de los 314 millones de euros a los 124, según los resultados presentados esta semana por la compañía, en los que detalla que, por ejemplo, las primeras entregas de la nueva generación de deportivos de la casa, el F8 Spider y el 812 GTS, se realizaron en el primer trimestre del año, mientras que de la familia del emblemático 488 Pista se han realizado los últimos pedidos, ya que este modelo se acerca al final de su ciclo de vida.


Por regiones, las ventas en EMEA (Europa, Oriente Próximo y África) cayeron un 40,9%, en América disminuyeron un 52,6%, mientras que en China continental, Hong Kong y Taiwán el porcentaje descendió hasta el 91%, como consecuencia, según señala la empresa, de la anticipación de las entregas de coches en 2019, además de los efectos del Covid- 19, mientras que en Asía Pacífico la caída fue del 27,9%. A pesar de este tropezón en los ingresos, el mercado está premiando los mensajes positivos que la marca acaba de lanzar.


Imagen del modelo F8 Tributo.


Es por ello por lo que la acción de la compañía, que preside John Elkann, nieto de Gianni Agnelli, cotiza en Wall Street desde 2015, se encuentra en máximos históricos: este jueves cerró a 186 dólares por título, lo que supone una capitalización total de 34.500 millones de dólares. La reacción del mercado se debe, en parte, a que la demanda de Ferrari, que desde su estreno en el parqué estadounidense ha incrementado su valor más de un 257%, sigue siendo alta y el libro de pedidos de la firma se encuentra repleto de encargos. Una vez reabiertas las fábricas el pasado mes de mayo se están fabricando 500 coches, lo que viene a compensar los vehículos que se dejaron de producir en este tiempo.

En la hoja de ruta marcada para este año, bajo la dirección de Louis Camilleri, se reconoce la ralentización, debido a la pandemia, en la producción del SF90 Stradale, el primer modelo deportivo híbrido eléctrico que la firma lanzó al mercado el año pasado. A esto se añade que los resultados en la Fórmula 1 no acompañan y continúan reflejando incertidumbres con respecto a 2020: 13 carreras confirmadas y la mayoría de ellas se celebrarán a puerta cerrada.

Como gran esperanza y debido al delicado momento que atraviesa Ferrari en la competición, a partir del próximo año, la escudería, en la que corren los pilotos Sebastian Vettel y Charles Leclerc, ha fichado por dos temporadas al español Carlos Sainz. A pesar de ello, Leclerc ha reconocido en una entrevista a La Gazzetta dello Sport, las dificultades actuales del equipo, en plena reorganización técnica y deportiva: ”Atravesamos un momento muy complicado, pero en 2022 habrá un cambio significativo de reglas y esa será una gran oportunidad para abrir un nuevo ciclo de éxitos de Ferrari”.

Otro hecho relevante, bien visto por el mercado, es la certificación de igualdad salarial obtenida por aplicar la misma compensación a mujeres y hombres por roles y trabajos equivalentes.