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La obra, que ha costado 6,4 millones al erario público, no hace una sola referencia a la represión franquista. El diccionario también afirma que Aznar perdió las elecciones porque el PSOE se aprovechó del desastre del 'Prestige'.
Cualquiera que abra un libro y lea que Franco fue un general valeroso y católico, que participó en un golpe de Estado contra un Gobierno caótico con el único fin de restaurar la monarquía democrática, probablemente pensará que se trata de una de aquellas historias de la cruzada española que el régimen utilizó como propaganda. La sorpresa es mayúscula cuando uno se percata de que no se trata de ningún panfleto franquista, sino del Diccionario Biográfico Español que presentaron este mismo jueves el rey Juan Carlos y la ministra Ángeles González-Sinde, una monumental colección de 50 tomos editada por la Real Academia de la Historia, que le ha costado al erario público 6,4 millones de euros.
La entrada del diccionario correspondiente a Francisco Franco Bahamonde, que ocupa cinco páginas del volumen número 20, tan sólo dedica un párrafo a hablar de la Guerra Civil e incluye afirmaciones tan polémicas como esta: "Montó un régimen autoritario, pero no totalitario". Va más lejos todavía que la definición que da la RAE de franquismo, al que califica como movimiento "de tendencia totalitaria", lo que sigue levantando quejas.
Asimismo, no se hace una sola mención a la represión franquista durante y después del conflicto, documentada por historiadores de la talla de Julián Casanova o Paul Preston. Precisamente, este último ha publicado recientemente su libro El holocausto español, donde da la cifra aproximada de 150.000 víctimas inocentes a manos de los sublevados. En 2008, el recuento del juez Baltasar Garzón sobre la represión en zona nacional reunió 143.353 nombres.
El Gobierno mira a otro lado
El Ministerio de Cultura aclaró ayer a este periódico que su aparición en la presentación no tiene nada que ver con la Real Academia de la Historia. González-Sinde simplemente estaba allí como ministra de acompañamiento de los reyes, debido a que Ángel Gabilondo, ministro de Educación, tenía otro acto. Desde Cultura se subraya que esta obra no es responsabilidad de su gabinete porque no tiene que ver ni con la subvención, ni con la supervisión del diccionario. Por su parte, el Ministerio responsable, el de Educación, se limitó a confirmar que su relación con las academias es únicamente administrativa y que estas "son instituciones independientes" de su dirección.
Por tal motivo, aseguraron, Educación no debe conocer lo que se hace con la inversión en el proyecto.
"Somos deudores del presidente Aznar" Los primeros 25 tomos del diccionario, que sólo llegan hasta la letra ‘h', ya están a la venta a través de la página web de la Real Academia de la Historia (www.rah.es). El presidente de la institución, Gonzalo Anes, resaltó este jueves que fueron sus buenas relaciones con José María Aznar las que impulsaron el proyecto, llegando a señalar que "somos deudores del presidente Aznar". "En 1998 le invité a visitar la Academia y le expuse la necesidad de hacer el diccionario. Siendo ministra de Cultura Esperanza Aguirre, en 1999, el Ministerio aprobó cien millones de pesetas anuales [600.000 euros] durante ocho años para hacerlo", afirmó Anes. El mismo jueves, tras dar a conocer algunos datos sobre la obra, llamó la atención que importantes historiadores del siglo XX español como Paul Preston, Josep Fontana, Julián Casanova o Ángel Viñas no hubiesen participado en ella.
La entrada de José María Aznar, escrita por el académico de la Historia Manuel Jesús González González, dedica varios párrafos a los "logros" de la política económica de la era Aznar, pero resume en solo una línea lo ocurrido tras el 11-M: "En un clima social traumático, tras el atentado terrorista del 11-M, el Partido Popular pierde las elecciones del 14 de marzo de 2004". El texto ignora las manifestaciones de cientos de miles de personas durante esos días y el intento de manipulación por parte de Aznar de la autoría de los atentados.
Diccionario partidista
Los deslices y deformaciones son graves: indica que "el aprovechamiento, desde la oposición socialista, del hundimiento del petrolero Prestige" fue uno de los motivos por los que el Partido Popular perdió las elecciones en 2004.
Además, el texto comete importantes lagunas al recordar la tregua de ETA de 1998, declarada durante la primera legislatura de Aznar: "El Gobierno mantuvo las más estrictas reservas sobre la sinceridad de la misma, llegando a calificarla, en palabras de Mayor Oreja, como una tregua trampa". Sin embargo, no se dice nada del acercamiento de presos que siguió a la declaración del alto el fuego (Aznar trasladó a 135 reclusos etarras a cárceles próximas al País Vasco), ni del guiño que el expresidente hizo a los terroristas en una rueda de prensa, denominándolos "Movimiento de Liberación Vasco" tan sólo dos meses después de que declararan la tregua.
Franco, riguroso y eficaz
El autor de la reseña del caudillo es Luis Suárez Fernández, un historiador vinculado a la Fundación Francisco Franco que en su día tuvo un acceso privilegiado a los archivos familiares del dictador. El perfil que dibuja es el de un gobernante católico, inteligente y moderado.
De la pluma de Suárez nacen descripciones sobre la vida del caudillo como "pronto se hizo famoso por el frío valor que sobre el campo [de batalla] desplegaba" o "acciones en Xauen y Melilla incrementaron su fama de jefe riguroso y eficaz". Asimismo, lo presenta como un jefe de Estado igualitario: "Franco presidió los actos de inauguración del Valle de los Caídos, gigantesco monumento funerario en que esperaba se albergasen cenizas de los muertos en uno y otro bando".
También lo valora como un estratega militar de altura que dio consejos al presidente de EEUU: "Cuando, en agosto de 1965, el presidente Johnson invitó a Franco a participar en la guerra de Vietnam, este demostró su capacidad militar recomendándole salir de una guerra que no podía ganar: los ejércitos modernos son impotentes frente a la voluntad de un pueblo que se expresa en las guerrillas".
El Diccionario Biográfico Español se terminará el próximo año con los 25 tomos restantes, hasta completar más de 40.000 personajes del ámbito español.
Francisco Franco
No fue un dictador, sino un valeroso militar
No fue un dictador, sino un valeroso militar
"Al agravarse la situación en Marruecos, en 1912, Franco, con otros oficiales, fue enviado allí. Entró en fuego el 19 de marzo de este año mandando una unidad de regulares. Pronto se hizo famoso por el frío valor que sobre el campo desplegaba (...). Herido en el Biutz, 28 de junio de 1919, en el parte de guerra se le describe como "incomparable valor, dotes de mando y energía desplegada en el combate" El ‘Diccionario Biográfico’ trata desde la hagiografía a Franco, a quien en ningún momento se define como dictador.
"Montó un régimen autoritario, pero no totalitario, ya que las fuerzas políticas que le apoyaban, Falange, Tradicionalismo y Derecha, quedaron unificadas en un Movimiento y sometidas al Estado. Una guerra larga de casi tres años le permitió derrotar a un enemigo que en principio contaba con fuerzas superiores. Para ello, faltando posibles mercados, y contando con la hostilidad de Francia y de Rusia, hubo de establecer estrechos compromisos con Italia y Alemania". El tono panegírico con el que se trata el golpe de Estado olvida el rigor y se entrega a la leyenda.
"Restaurando la bandera bicolor, anunció desde el primer momento su propósito de que las reformas por él emprendidas desembocasen en la Monarquía, pero sin partidos políticos ni sistema liberal, declarándola, sin embargo, confesionalmente católica". Para el historiador Luis Suárez, encargado de la entrada de Franco, una Monarquía sin partidos políticos ni sistema liberal no es una dictadura.
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Por JESÚS MIGUEL MARCOS – Madrid – from Publico.es 28/05/2011
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