Lo analiza la OCU: el formato del envase y la densidad del fluido afectan más que el tamaño
La densidad de la crema de protección solar o el tipo de dosificador del bote influyen —más aún que el tamaño del envase— en la cantidad de fluido que finalmente tiramos a la basura: un desperdicio que puede superar los tres euros en un producto que cuesta 25,95 euros, es decir el 12% de la crema.
La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), en su revista de agosto, ha analizado 22 cremas de protección SPF 30 de distintas marcas y han comparado su formato y la calidad del producto basándose en su composición y en el factor real de protección UVA y UVB (analizado en el laboratorio), entre otras variables, como la cantidad de fluido que se pierde según el tipo de envase que se elija: aerosol, spray, pistola, tubo de loción o leche.
Al final, siempre se queda algo de crema en el bote, según ha podido comprobar la OCU: "La cantidad depende de la marca y, sobre todo, del tipo de envase"; y ha observado que los formatos que salen "mejor parados son los sprays y las pistolas, probablemente porque su contenido es más líquido".
Mientras en los sprays se pierde un 2,4% de producto, y en las pistolas —todas de 300 mililitros— puede variar entre el 1,1% y el 3,2%, en las lociones y leches protectoras el residuo mínimo es de 5,2% y se puede llegar a perder hasta un 12% de protector.
Si ya ha elegido uno de los formatos que peor se aprovechan, la organización de consumidores le da dos ideas para exprimir hasta la última gota: "Deje reposar el bote un día para que escurra la crema que quede; y si el recipiente es de plástico córtelo: aún podrá recuperar algún resto más".
https://elpais.com/elpais/2018/08/07/buenavida/1533640440_217104.html?por=mosaico
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