Imágenes: Regina de Luca
- Miles de 'hippies' buscan en esta isla griega su rincón de paz
- Han comenzado ha levantar sus propias estructuras de consumo
Conocida en el curso de los siglos como la punta más meridional de Europa, Gavdos perdió esa condición con la entrada de Chipre en la Unión Europea en 2004. Sin embargo queda la antigua inscripción Soutern point of Europe. Relax. Smile., grabada en una monumental silla de madera de tres metros de altura situada al borde de uno de los muchos barrancos de la isla. Ahora, Gavdos es el fin del viaje de miles de hippies provenientes de todas las partes del mundo, que en pequeños espacios de las playas aparentemente salvajes, buscan su rincón de paz, amor y tranquilidad.
Gavdos es un islote de 10 kilómetros de largo y 5 de ancho. Sus tierras son áridas y sus rocas abruptas y dependiendo del lugar en la isla a causa de su clima seco y cálido, solo se encuentran pequeños arbustos y algunos enebros y cedros. El viaje en el lentísimo ferry que va a la isla desde el puerto de Paleochora de Creta, proporciona la primera dosis de la paz tan anhelada: los viajeros parecen buscar en el horizonte lejano un punto kármico y trascendental mientras escuchan música reggae o rock de los 70 a través de sus móviles.
Al llegar, la isla se presenta completamente deshabitada, aparte de algunas casas modernas en el puerto. La mayoría de los hippies acampan en las playas de Sarkiniko y de Agiannis donde existen numerosas tabernas y minimarketsque ofrecen todo tipo de género. La esperanza de encontrar un sitio realmente salvaje empieza a disminuir delante del consumismo hippie que reina: puestos de mercancías indias, bares de italianos que antes vivían en Ibiza más caros que cualquier bar griegoy un olor a marihuana que esconde el olor de los cedros, que además se encuentran colonizados por tiendas y sacos de dormir. Parece ser que en Gavdos las normas no existen y que el tiempo se haya parado en Woodstock pero con algunos aspectos desagradables de la globalización.
La historia de la isla se caracteriza por ser un lugar de refugio y de exilio. En el 1539, Gavdos fue el escondite del famoso pirata Barbarroja. En los años 30 del siglo XX, el dictador Joannis Metaxas envió allí a sus enemigos políticos: son numerosas las casas de los deportados de entonces que se pueden visitar en la costa de Sarakiniko. Mas tarde, en los años 70, llegaron a Gavdos algunos componentes del grupo de extrema izquierda griega N-17 contrarios a Estados Unidos, a la OTAN y a Turquía para organizar sus fuerzas y preparar su revolución. Poco después empezaron a llegar los primeros hippies y desde entonces hasta ahora el número de visitantes aumenta cada año más.
También, en los años 90, llegaron desde Chernóbil siete científicos rusos. Tres de ellos regresaron después de pocos años a Moscú, mientras que los otros cuatro se adaptaron a la vida en la isla y empezaron a frecuentar la iglesia ortodoxa y a vivir como monjes del siglo XIX, rezando y cultivando tierras. Los rusos, cuentan los habitantes más ancianos de la isla, estuvieron siempre dispuestos a ayudar a la gente a arreglar un muro o cualquier objeto que se hubiera roto. El motivo de aquel viaje todavía representa un misterio, no se sabe si fueron espías o refugiados políticos, o si simplemente habían huido del desastre.
Los 'hippies' modernos
Hippies es un término generalista que se refiere a la gente que por elección decide estar a los márgenes de la sociedad. Realmente, son pocos los hippiesque hay en el verdadero y nostálgico sentido de la palabra, pocos son los que se definen a sí mismo como hippie y vienen de las revoluciones sociales de los tiempos de los hijos de las flores. Realmente, no se puede hablar de un prototipo hippie. Lo común a todos, lo que a primera vista define como hippieallí, es vivir al margen de la sociedad (ya sea para un periodo o para toda la vida), su forma de vestir con poca ropa de aspecto oriental y los peinados, la mayor parte de las veces al estilo rastafari. Muchos visitantes de Gavdos son personas normales que necesitan desconectar de su rutina en la gran ciudad, también hay muchos gays y lesbianas que buscan un sitio donde no sentirse juzgados y donde expresar libremente su amor.
Incoherentemente pero con su mensaje de simpleza, en la isla los hippies han impulsado la creación de pequeñas infraestructuras de venta y de puestos multiétnicos que de alguna manera contamina el paisaje y su naturaleza con formas y modos de consumo. Los hippies escapan de la realidad opresiva y estresante del sistema para encontrarse en una tierra de paradojas.
Para un viajero que se mueve en la búsqueda de las huellas de la memoria y del mito, la realidad que encuentra se presenta en toda su incoherencia. A este contraste se añade una situación real que es difícil olvidar, la guerra en el cercano Oriente, solo a pocos km más a Sur de las bonitas playas de la isla. El ruido ensordecedor de los aviones caza domina a menudo sobre cualquier otro.
Los hippies no parecen preocuparse de estos sucesos y viven su viaje esotérico y alucinógeno y su presumida libertad en familias improvisadas en este islote del paralelo 34 norte. Parece ser que los turistas hippies creen que la isla recibe toda la magia energía y fuerza de este famoso paralelo, que aúna Gavdos a otros lugares esotéricos de la tierra, como el desierto del Tíbet, Shikoku, la isla japonesa de los 88 templos, Santa Fe y el desierto de Arizona. El paralelo benéfico de los viajantes freak de la isla es el mismo que representa la diferencia entre la vida y la muerte para muchos que se entregan al mar como última esperanza y que van en pos de las costas europeas.
Madrid
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