Los polvos de Horlicks, inventados en Wisconsin a finales del XIX, se han convertido en el objeto de deseo de las compañías más poderosas: son nutritivos y ayudan a dormir bien
Grandes compañías como Coca-Cola, Nestlé, Kellogg o Unilever -propietaria de Knorr y Lipton- están detrás de ella. Horlicks, la bebida objeto del deseo, consiste en unos polvos parecidos a los de Cola Cao o Nesquik. La gran diferencia es que el producto que se obtiene es una leche malteada elaborada partir de cebada y enriquecida con vitaminas y minerales, es decir, un producto que se percibe como saludable.
La propietaria de la marca es la farmacéutica Glaxo Smithkline y es una de las joyas de su línea de alimentación sana denominada Healthcare, cuyo principal y jugoso mercado es la India, donde arrasa en ventas. Su historia es tan tortuosa que de materializarse la compra por alguno de los grandes grupos que pujan cifras millonarias por ella -en torno a los 4 mil millones de dólares-, la veterana marca Horlicks, fundada en 1877 en la fábrica de Racine, Wisconsin ('The Oxford Companion to Sugar and Sweets'), podría retornar al mercado americano y expandirse en el europeo, donde solo en Reino Unido tiene consumidores acérrimos.
Originaria de Wisconsin
Aunque la mayor fábrica mundial se encuentre ahora en la división de la India de Glaxo, los preciados polvos de la malta de cebada se inventaron y popularizaron entre finales del XIX y mediados del XX en EEUU gracias a dos hermanos ingleses que emigraron a Chicago y después se establecieron en Wisconsin. El despegue definitivo de la marca se produjo en 1886 cuando triunfó su campaña como bebida "fácil de digerir, alta en carbohidratos para niños, jóvenes e inválidos, y lo más importante, como una forma de beber leche esterilizada" ('The All-American Dessert Book', Nancy Baggett).
Sin embargo, la sede de la por entonces famosa compañía regresó a mediados de los 40 al país originario de sus creadores, Gran Bretaña, desde donde se introdujo después en la aún colonia británica de la India, el país que actualmente aglutina el gran negocio. Allí sigue siendo una bebida muy popular para el desayuno y para los más pequeños por el aporte nutricional y la ventaja de que sustituye a la leche sin pasteurizar, ya que en el proceso esteriliza de patógenos la cruda.
En EEUU ha desaparecido prácticamente y no existe un producto equivalente, solo se le parece Carnation aunque con diferencias. Si Glaxo Smithkline Healthcare acaba por deshacerse de ella, tal y como ha anunciado, para financiar parte de la compra de Novartis, los polvos de leche malteada podrían tener una segunda vida con su marca original, aunque ahora ya no sería probable que se ligaran a los batidos con nata y helado para darles sabor, sino como una opción nutricional sana.
El producto de los hermanos Horlick se hizo a finales del XIX con el mercado de la alimentación infantil
¿Por qué comprar Horlicks, un producto que dejó de existir en EEUU a pesar de convertirse en un complemento imprescindible no solo como preparado, sino como ingrediente de la creciente industria de los batidos? Simple: Horlicks es una bebida que se puede vender como saludable a pesar de que contenga azúcar en forma de maltosa, que es un tipo de glucosa considerada menos perjudicial que la fructosa y mucho menos dulce.
La imagen saludable
En plena fiebre por vender productos sanos, las versiones que desarrolló Glaxo Smithkline como la light -que contiene mucho menos azúcar y ha recibido buenas críticas nutricionales y de producto- la hacen aún más atractiva. Además, la leche malteada con cebada contiene un buen aporte de proteínas y grasas y su origen fue, en concreto, el de satisfacer una demanda saludable para la alimentación infantil debido a su alto valor nutricional.
A mediados del XX saltó al mercado de los batidos y como bebida relajante para adultos antes de dormir
Este fue el gran descubrimiento y el objetivo comercial del farmacéutico William Horlick y su hermano James, que además sirvió para esterilizar y como elemento de seguridad alimentaria para la entonces común leche cruda sin pasteurizar. En su primera versión se mezclaba con agua caliente, después se descubrió que con leche sabía mejor y mejoraba sus cualidades. Para evitar los problemas de la leche cruda, los Horlick añadieron a la mezcla leche en polvo que, además de darle mejor sabor, eliminaba de un plumazo los problemas derivados de las bacterias: una forma sana de ingerirla y no correr riesgos a principios del siglo XX.
Expediciones al Ártico
Se hizo tan popular que en poco tiempo saltó del mercado infantil al adulto con campañas que promovieron expediciones al Ártico, publicidad que incluyó también a la mítica aventurera y piloto Amelia Earhart, que desapareció en un vuelo en el Pacífico en 1937. Su patrocinio acabó dando nombre incluso al descubrimiento de unos montes denominados desde entonces Horlicks. Se usó además como alimento nutritivo fácil de preparar para los soldados durante la Primera Guerra Mundial y terminado el conflicto, se descubrieron y potenciaron otras cualidades como la de relajante para dormir. Se convirtió en su nueva publicidad a mediados del siglo XX en el segmento de los adultos, un aspecto que caló entre los consumidores de Gran Bretaña cuando se trasladó la compañía.
Para entonces, era además un ingrediente habitual en batidos de todo tipo, como añadido por el sabor dulce de la maltosa de cebada, ampliamente utilizado en la época dorada de los 'milkshakes'. Ya no se trataba de resaltar sus cualidades saludables, sino las de su sabor. Con el paso de los años, Horlicks se recluyó en Gran Bretaña, donde continuó siendo muy popular y la compró el gigante Glaxo en los años 60.
La farmacéutica retomó sus cualidades originales para incluirla en su línea de productos saludables, pero sin perder el foco en el mercado adulto como la bebida perfecta para irse a dormir. Obviamente, Horlicks no contiene ningún ingrediente específico para conciliar el sueño, pero sí se demostró que el efecto de la bebida caliente, su densidad y su alto valor energético saciaban y facilitaban el sueño.
Más micronutrientes y hierro
El gran negocio estalló, sin embargo, en la India, donde debido al gran número de consumidores y su perfil ideal para conseguir una alimentación rica en hidratos de carbono, proteínas y grasas en la población infantil, disparó su consumo. También en otras partes de Asia la leche malteada encontró su sitio y se extendió a otras marcas. Nestlé entró en el mercado con su propia creación, Milo, que incluye cacao en polvo y que está presente además en Australia y en América Latina, aunque siempre desearon hacerse con el producto original.
Un reciente estudio afirma que estas bebidas a base de cebada aportan muchas vitaminas, calcio y hierro
Un estudio realizado en Malasia en 2015 explicaba que los niños que consumían bebidas malteadas "disponían generalmente de un mayor aporte de micronutrientes que los que no las consumían. Más aún, los consumidores de estos productos cumplen mejor los requisitos nutricionales de ingesta calórica, proteínas, vitaminas A y C, tiamina, riboflavina, niaciana, calcio y hierro. Estos hallazgos sugieren que las bebidas como la leche malteada pueden ser una estrategia simple y efectiva para mejorar la dieta general". No obstante, el estudio estaba financiado por el propio Nestlé, entre otros, y puntualizaban en todo caso que "existen otras opciones de alimentos que pueden conseguir aún mejores cantidades de micronutrientes que las bebidas malteadas".
La apuesta millonaria
¿Si el negocio es boyante porque Glaxo Smithkline busca el mejor postor? Serviría para cubrir los costes de sus adquisición de Novartis y centrarse en su negocio, abandonando la línea de consumo de bebidas en manos de las verdaderas compañías del sector. Nestlé lleva años detrás del producto, pero se ha cruzado en su camino Coca-Cola, que aunque no ha declarado nada oficialmente, sigue moviéndose rápido en el mercado de bebidas con nuevas estrategias saludables en plena guerra contra el azúcar.
Para Nestlé, que tiene una bebida similar, Milo, sería una oportunidad de penetrar en el mercado indio
La compañía con base en Atlanta ya se ha hecho con una línea Bio, los zumos Honest, al adquirir más del 50%, aunque a pesar de su etiqueta ha sido criticada por su alto contenido en azúcar. Siguiendo la misma estrategia, adquirieron la marca Costa Café por 5,1 mil millones de dólares, después de que varios estudios lleven ya años demostrando las bondades de su consumo, contrariamente a lo que la comunidad médica creía hace medio siglo. Horlicks sería un negocio inédito para Coca-Cola, pero sin duda la compañía le aportaría todo su potencial de marketing, distribución y promoción para sacarle partido.
Para Nestlé, que tiene una bebida similar de leche malteada bajo la marca Milo, sería una oportunidad de adueñarse del suculento mercado indio y eliminar competidores, ademas de comercializarla en el resto del mundo. Es una incógnita qué ocurriría con Milo. Para Coca-Cola sería dar un giro de 180 grados: ofrecer una bebida caliente, algo hasta ahora fuera de su ámbito, en el que ya está tomando posiciones. Aún se sigue esperando al mejor postor, pero el invento de los hermanos Horlick podría relanzarse con una gran apuesta de los grandes del sector.
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