- Durante los años de los tipos negativos, los bancos alemanes acumularon efectivo
- Pretendían minimizar el impacto de los tipos de interés negativos del BCE
- Ahora con la subida de tipos se han deshecho de 21.000 millones en efectivo en dos meses
Los tipos de interés negativos que han reinado en la zona euro desde 2014 hasta 2022 supusieron un cambio importante para el negocio bancario. Las entidades vieron como la bajada de los tipos reducía la rentabilidad de su negocio por varias vías. Una de ellas era a través de la penalización (llegó a ser de hasta el 0,5%) que los bancos tenían que pagar por dejar su exceso de liquidez aparcado en el banco central. Para reducir al máximo este 'daño', algunas entidades alemanas optaron por convertir parte de esa liquidez a efectivo (billetes y monedas), esquivando así, de forma parcial, el impacto de los tipos negativos.
Ahora que los tipos están volviendo a subir, los bancos alemanes se están deshaciendo a toda prisa de este efectivo para volver a ingresarlo en el banco central y obtener ese 0,75% que ofrece el BCE a los bancos por 'custodiar' su dinero. Heike Mai, economista de Deutsche Bank, explica en una nota que esta tendencia dio comienzo en julio, con la llegada de la primera subida de tipos de interés del BCE (50 puntos básicos). El precio del dinero pasó del -0,5% al 0% de una tacada.
Tener el dinero aparcado en el banco central dejó de tener un coste con el final de los tipos negativos, mientras que atesorar efectivo en bóvedas o cajas fuertes sí lo tenía (coste de custodia física y mantenimiento). En ese momento, los bancos alemanes comenzaron a entregar su efectivo al banco central y a convertirlo en 'dinero electrónico'. "A finales de julio, los bancos en Alemania habían reducido su stock de billetes y monedas en un récord de 11.000 millones de euros. Hay mucho que sugiere que continuarán reduciendo sus tenencias de efectivo que no devengan intereses", asegura Mai.
elEconomista.es ha tenido acceso a los balances de los bancos alemanes para comprobar que durante el mes de agosto la tendencia, además de continuar, se ha acentuado. Los bancos alemanes se han deshecho de 21.000 millones en billetes y monedas hasta finales de agosto, mientras que los balances en el banco central (la liquidez que guardan en el Bundesbank) ha subido con gran intensidad en el mismo periodo de tiempo.
Según los datos del Bundesbank, el dinero que los bancos alemanes tienen en efectivo se ha reducido desde los 51.000 millones de junio a los 23.000 millones de agosto. Las entidades germanas no tenían tan poco efectivo desde finales de 2014 y principios de 2015. Por el contrario, el dinero que acumulan en el balance del banco central se ha incrementado hasta los 1,13 billones de euros, máximos históricos.
Los bancos alemanes y, probablemente, todos los europeos quieren aprovechar estos 'beneficios caídos del cielo'. Mantener el dinero en el banco central no conlleva ningún riesgo, mientras que sí genera un beneficio que ahora es ya del 0,75%.
Esto que parece algo escandaloso (ganar dinero sin riesgo) es una herramienta clave de política monetaria que se lleva usando años. Cuando la economía está recalentada y la inflación es alta, los bancos centrales suben la remuneración de las reservas (liquidez pura) para que los bancos aparquen el dinero y vean menos atractiva la concesión de crédito. Mientras que dejar el dinero en el banco central genera un beneficio sin riesgo, el crédito tiene un riesgo evidente: el impago o morosidad.
El misterio del efectivo en Alemania
Heike Mai explica que "desde 2018, las entidades alemanas han mantenido en torno a la mitad del efectivo en caja fuerte de todos los bancos de la zona del euro. Sin embargo, en términos de activos totales, la participación de Alemania en el mercado bancario de la zona del euro es equivalente a solo una cuarta parte. No se puede responder de manera inequívoca a por qué los bancos alemanes reaccionaron con fuerza a los tipos de interés negativos del BCE, pero tenemos dos explicaciones obvias que, sin embargo, tienen varios 'peros'".
La primera: "Es cierto que el sistema bancario alemán tiene las reservas (liquidez pura) más altas en términos absolutos en una comparación europea y, por lo tanto, tenía mayores motivos para evitar los tipos de interés negativos manteniendo efectivo, que no tenía penalización. Sin embargo, los bancos franceses también tienen reservas muy altas y no lo hicieron", explican la experta de DB.
"El hecho de que la gente en Alemania siga pagando en efectivo y, que, por lo tanto, los bancos tengan que tener billetes y monedas disponibles para sus clientes tampoco es una buena explicación a priori. Pero lo cierto es que el volumen de negocios (valor) de los pagos en efectivo no ha aumentado a lo largo de los años", explica Mai. Si los clientes no han demandado mucho más efectivo, no tiene sentido que los bancos alemanes hayan optado por multiplicar la cantidad de dinero en efectivo que mantenían.
"La única explicación posible es que hay más espacio disponible en las bóvedas de Alemania o que otros costes de almacenar efectivo como el transporte o los seguros, son más bajos. Como resultado, para estas entidades era más barato mantener el efectivo que los depósitos del banco central (penalizados al -0,5%) respecto a otros países europeos. Posiblemente con una excepción: también en Austria, los bancos multiplicaron sus tenencias de efectivo cuando se introdujeron los tipos de interés negativos", aseguran la experta de Deutsche Bank. Ahora, se espera que esta tendencia (conversión de efectivo en dinero electrónico) se acentúe a medida que el BCE siga subiendo los tipos de interés.