Una de las fiebres con la que ha acabado este 2022 es la de los tokens no fungibles (NFTs, por sus siglas en inglés). A principios de año, las ventas en este nicho registraron un récord de 4.900 millones de dólares a nivel global. Pero el mes pasado, en noviembre, esa cifra ha caído un 89%, según CryptoSlam. Ese desplome amenaza a compañías como Gamestop o Coinbase, que lanzaron sus propias plataformas para intercambiar NFTs. Además, su colapso se entiende mejor en el contexto de la crisis de las criptomonedas, ya que son el medio de pago en este ámbito.
"La confianza ha sido sacudida", señala Ian McMilan, consejero delegado de Mojito, una startup de software que ayuda a las marcas a desarrollar plataforma para NFTs.
Una sacudida que se ha llevado por delante las ventas del comercio online de tokens no fungibles de GameStop, que en solo un día de julio de 2021 cerraron un récord de transacciones de 2.100 millones de dólares. Esa cifra también se ha venido abajo con el paso del tiempo hasta mover apenas 4.820 dólares en octubre, según DappRadar.
Sin embargo, esos malos datos no han frenado a la de videojuegos para seguir dando pasos en la industria. El mes pasado llevó sus NFTs a InmutableX, una plataforma web3 para juegos basada en la red de ethereum. Tras esa nueva posición, DappRadar ha dejado de publicar los datos de GameStop, ya que no tiene las cifras del nuevo sitio, lo que impide conocer sus últimos datos tras su llegada al nuevo marketplace.
Además, a la compañía se le han sumado los problemas de la quiebra de FTX. La de videojuegos distribuía las tarjetas regalo de la plataforma 'cripto' de Sam Bankman-Fried hasta que esta se declaró oficialmente en bancarrota. Entonces, GameStop se comprometió a devolver el dinero a los clientes afectados. La propia FTX tenía su propia ventana para vender tokens no fungibles. Sin embargo, esa plataforma ya no funciona y únicamente remite a la situación de suspensión de pagos de la compañía.
La situación de Coinbase en este ámbito es muy parecida. El exchange lanzó su herramienta de venta de NFTs en mayo y, unos meses después, alcanzó su punto álgido con más de medio millón de dólares en ventas. Pero esos números se han reducido casi en su totalidad y el valor de las transacciones ha caído un 99% a finales de diciembre.
En total, su plataforma ha vendido 7,2 millones de dólares en NFTs desde sus inicios en primavera. La cifra dista, y mucho, de la del líder del mercado OpenSea, que solo en las últimas 24 horas ha registrado transacciones por 8,2 millones. En todo caso, el mal momento también pesa sobre esta, aunque sea la competidora número uno de la industria.
Pese a todo, Coinbase está intentando reflotar las ventas, tal y como ha explicado el responsable de producto del grupo, Max Branzburg. Su plataforma de NFTs ha cambiado la forma en la que se registraban los tokens no fungibles para reducir las comisiones de los compradores. En este tipo de transacciones se paga lo que se denomina 'gas' para poder emitir el token y registrarlo en una red blockchain, el coste que está intentando reducir la compañía, ya que es el que repercute en los coleccionistas. El directivo defiende que las ventas son casi inmediatas y que la mayoría, el 92%, se realizan en las 24 horas siguientes a su lanzamiento.
Pese a ello, la recuperación de este nicho parece complicada en el corto plazo. Especialmente, debido a los escándalos que están salpicando a la industria 'cripto'. Por eso, el horizonte se presenta "complicado", avisa Catherine Flick, del centro universitario De Montfort en Reino Unido. "Ahora que hemos visto varios colapsos 'cripto', por sí solo, el valor monetario de los NFTs no es una razón de compraventa. De hecho, la mayoría de personas han perdido aquí su dinero", añade.
Mojito, que ha colaborado con la casa de subastas Sotheby's o que ha trabajado con el equipo de béisbol de Milwaukee (EE.UU.), ha visto cómo sus clientes han ido retirando sus activos debido al mal momento que atraviesa el mercado. Especialmente, algunos de ellos han parado las campañas de marketing con NFTs. Parte de las compañías siguen interesadas en estos productos, aunque más a largo plazo y vinculándolos con objetos físicos. El CEO de la compañía dice que "la gente está esperando sentada a que pase la tormenta".