- China pierde capacidad de producción por las restricciones comerciales
- El país también se ha visto lastrado por la política de cero casos de covid-19
- Las empresas se mudan a otros países por las dificultades para exportar
La capacidad de producción de China lleva tiempo deteriorándose. En los últimos años, las restricciones comerciales encabezadas por Estados Unidos o la política de cero casos de coronavirus han golpeado a 'la fábrica del mundo'. Ahora, el modelo 'made in China' podría estar llegando a su ocaso.
El planteamiento funciona "siempre y cuando los productos estén fabricados en China y se vendan en China, pero el modelo de negocio de producir allí y exportar ya no es viable", señala el presidente de Kyocera, Hideo Tanimoto, en una entrevista con Financial Times. La compañía que lidera es una de las más expuestas a la situación del país y a sus vínculos con Estados Unidos.
Kyocera tiene una cuota de mercado del 70% en la venta de componentes cerámicos que se usan en las máquinas que fabrican chips, por lo que le afecta el último veto de Estados Unidos a China. La administración de Joe Biden restringió las exportaciones de tecnología estadounidense para semiconductores a Pekín. Una decisión a la que se sumaron Países Bajos y Japón. Por lo tanto, China se queda sin parte de las piezas de terceros que necesita para producir, reduce su negocio y el de sus suministradores.
De hecho, esta no ha sido la única ocasión en la que Kyocera se ha visto salpicada por las disputas comerciales entre ambos países. La compañía ha tenido que replegarse de su vecina asiática en varias ocasiones. En 2019, trasladó una de sus fábricas en China, ya que uno de sus clientes, Estados Unidos, había impuesto aranceles a los productos salidos de allí. La producción se trasladó a Vietnam. Asimismo, su planta de cámaras para vehículos, que vendía también a empresas estadounidenses, se movió de China a Tailandia.
Por eso, Tanimoto ve una fractura en la cadena de producción de China. El país es capaz de fabricar y vender en su mercado local. Sin embargo, cuando se trata de exportar a otros países, surgen las complicaciones. Ese aislamiento parcial le está costando el puesto de 'fábrica mundial', como defiende el directivo en el medio británico.
En la industria de chips, las dificultades de Pekín son evidentes. Las empresas estadounidenses tienen limitaciones para vender materiales a China, por lo que el país no puede contar con los medios que necesita para fabricar semiconductores. Además, Tanimoto explica que en la práctica, aunque se habían restringido las exportaciones de la tecnología más puntera, también se están dejando de enviar herramientas comunes. Por la parte de Países Bajos, el país asiático se queda sin las máquinas que fabrica ASML, fundamentales en la fabricación de chips. De nuevo, eso ha provocado que Kyocera vaya a levantar sus próximas instalaciones en Japón y no en China.
La empresa que dirige Tanimoto ha rebajado un 31% sus perspectivas de beneficio operativo para el ejercicio. La razón es que "si los fabricantes de equipos para chips paralizan sus entregas a China, nuestros pedidos también se van a ver afectados", explica a Financial Times.
La situación de la firma nipona es solo un ejemplo de lo que ocurre con miles de empresas. Trasladan su producción a países libres de restricciones comerciales, lo que ha beneficiado a Vietnam, a Malasia, Bangladesh o Taiwán. Allí se está mudando no solo el sector tecnológico, sino fábricas de calzado, de ropa o del sector metalúrgico, entre otras. De esta forma, las exportaciones de China van contrayéndose.
A todo ello se ha sumado una pandemia. La política de cero casos de coronavirus de China ha lastrado la actividad del país. Hasta hace unos meses, las restricciones y los confinamientos seguían siendo habituales. La situación de bloqueo por el coronavirus ha parado muchas fábricas por brotes de la infección y, además, ha perjudicado el consumo interno.