- Su población se redujo en 2022 por primera ves en seis décadas
- Se niega a compensar este descenso con inmigrantes
Hace escasas semanas, la Oficina Nacional de Estadística de China anunció que la población del país asiático se redujo en aproximadamente 850.000 personas en 2022, hasta los 1.400 millones de habitantes. Un fenómeno que no se producía desde hacía seis décadas y que, de no tomarse medidas para frenarlo, tendrá importantes consecuencias en el futuro, entre ellas impedir que esta nación se convierta en la mayor economía del mundo.
Uno de los principales problemas a los que se enfrenta el gigante asiático es el descenso de su tasa de natalidad. Durante décadas, el número de ciudadanos en edad de trabajar no hizo más que crecer, lo que permitió a China ganarse el título de fábrica del mundo. Sin embargo, la tasa de fertilidad se ha ido reduciendo con los años, hasta tal punto que el Gobierno de Pekín se vio obligado a relajar la política del hijo único en 2016 y empezar a ofrecer incentivos a las familias que tuvieran hasta tres hijos. Pero este cambio de rumbo no ha dado resultado: el número de nacimientos ha pasado de los más de 6 hijos por mujer en 1970 a los 1,1 hijos por mujer en 2022, el nivel más bajo desde que se tiene registro. En ciudades como Pekín y Shanghai, esa cifra baja hasta los 0,7 hijos por mujer.
Por si esto no fuera suficiente, el país se muestra totalmente contrario a compensar la caída de la natalidad con inmigrantes. En concreto, sólo el 0,1% de su población procede de otros países. De no revertirse estás dos tendencias, el número de habitantes que alberga China se reducirá a casi la mitad a finales de siglo y esto, a su vez, impedirá que mejore el nivel de vida de los chinos y la nación asiática no podrá alcanzar su objetivo de convertirse en una superpotencia, según Naciones Unidas.
Cambio en el enfoque económico
Además de la mano de obra barata, el crecimiento económico que experimentó China en las últimas décadas también se sustentó en un aumento constante de las manufacturas y el sector inmobiliario.
Este último fue uno de los principales pilares de la economía china, siendo el país que más construye y consumiendo la mitad del hormigón que se produce a nivel mundial. Y es que, desde principios de siglo, los ciudadanos han invertido el 70% de su riqueza en bienes raíces. Pero el idilio terminó en 2022, cuando el sector inmobiliario se vio inmerso en una crisis sin precedentes en materia crediticia, de confianza y de liquidez. Ni esto ni tener millones de apartamentos vacíos han frenado al Gobierno de Pekín, que sigue apostando por el cemento de cara a los próximos años.
Para mantener elevada tanto la demanda del sector inmobiliario como el crecimiento de la economía de China, el Gobierno de Pekín se ha visto obligado a cambiar por completo sus planes, los cuales pasan ahora por dejar de importar materias primas y exportar productos muy baratos para producir e invertir en bienes de mayor valor añadido que sean consumidos por los ciudadanos chinos.
La caída de la natalidad también golpea a Europa
Cabe señalar que China no es el único país que se enfrenta a un declive de su tasa de natalidad. En Europa, por ejemplo, está previsto que la población disminuya un 21%, unos 157 millones de personas, para finales de siglo, siendo superada por Nigeria como tercera fuerza laboral para entonces, publica Business Insider.
Aunque EEUU sí que tendrá un crecimiento demográfico positivo, se deberá principalmente a la inmigración. En concreto, representará un tercio de la población estadounidense -más de 100 millones de personas- en la segunda mitad de este siglo, según cálculos del Pew Research Center.
La India no tiene ese problema
Un país que no se enfrenta a una reducción de su población es la India. Al contrario, le arrebató el título de nación más poblada del mundo a China en 2022 con 1.417 millones de habitantes, según World Popular Review.
En el año fiscal que concluye en marzo de 2023, el Banco de la Reserva de la India y el Fondo Monetario Internacional esperan que el país registre un crecimiento del PIB del 7,2%, frente al 8,7% registrado en el periodo 2021-2022. Esto permitirá al país colarse en el top 5 de mayores economías del mundo y desbancar a Reino Unido, cuyo crecimiento apenas alcanza el 4%.
Asimismo, todas las previsiones apuntan a que la población de la India seguirá creciendo hasta alcanzar los 1.688 millones de personas en 2050, destaca las Naciones Unidas. Y en algún momento no muy lejano, el país se convertirá en la principal economía del mundo.