El mundo tecnológico está en shock.
El viernes, Sam Altman, una de las estrellas más brillantes de la floreciente industria de la inteligencia artificial, un hombre que para muchos se había convertido en el portavoz de la IA, fue expulsado sin ceremonias de la empresa que cofundó.
La IA ha estado en nuestras vidas durante años: sugiriéndonos cosas en nuestras redes sociales, recomendando películas en plataformas de transmisión de video y contribuyendo al cálculo de nuestras primas de seguros.
Pero hasta la llegada del chatbot de IA ChatGPT, la mayoría de la gente nunca antes había interactuado con la inteligencia artificial ni había obtenido una respuesta de ella.
La inteligencia artificial es una tecnología increíblemente poderosa. Suena como una mala trama de película, pero muchos expertos dicen seriamente que podría salvar el mundo o destruirlo.
Hay mucho en juego, y Altman es una de las relativamente pocas personas que tiene ese tipo de futuro en sus manos.
Su despido de OpenAI, la empresa detrás del bot ChatGPT, fue tan repentino como dramático. Mi teléfono explotó cuando se supo la noticia, mientras la comunidad tecnológica y los periodistas intentaban entender qué había pasado.
En un comunicado, la junta directiva afirma que Altman no había sido "consistentemente sincero en las comunicaciones" con ellos y, como resultado, habían "perdido confianza" en su liderazgo.
Leyendo entre líneas, esto sugiere que quizás ocultó información y de alguna manera lo descubrieron. La redacción del comunicado oficial es tan poderosa que casi suena personal.
Hay muchos rumores pero, hasta el momento, no hay más datos.
A veces las empresas de tecnología tienen una cultura laboral tan tóxica que provoca la caída de su jefe, pero en este caso no se conocen quejas en este sentido dentro de OpenAI.
En octubre la compañía fue valorada en US$80.000 millones, por lo que no parece haber ningún problema financiero en la compañía.
¿Y algún problema con la tecnología en sí?
Hace unos días, Altman escribió sobre ChatGPT y afirmó que había dificultadas para satisfacer un "aumento de la demanda" y que habían teniendo que pausar las inscripciones del servicio de suscripción de alto nivel.
¿Es eso suficiente para ser despedido?
Su cofundador Greg Brockman, que fue despedido de la junta unos minutos después de Altman, dijo que ambos hombres estaban sorprendidos por lo repentino que había sucedido.
Sólo había seis personas en esa junta, incluidos Brockman y Altman. Si realmente todo esto les pilló por sorpresa, eso significa que la decisión final fue adoptada por solo cuatro personas.
¿Qué pasó para que este pequeño grupo actuara con tanta decisión y rapidez?
Altman, ahora ex director ejecutivo de OpenAI, participó en debates con líderes mundiales sobre los riesgos y beneficios que planteaba la poderosa tecnología en la que era pionero.
Por sorpresa
De manera memorable dijo que la IA era "una herramienta y no una criatura" y parecía honesto acerca de sus temores de que algún día esta tecnología pudiera quedar fuera de control.
Hace apenas dos semanas estuvo en el Reino Unido en la primera cumbre mundial sobre seguridad de la IA como uno de los alrededor de 100 delegados globales.
La semana pasada pronunció un discurso sobre el futuro de su empresa y su tecnología.
Realmente creo que no tenía idea de lo que se avecinaba.
Hasta ahora los peces gordos de Silicon Valley han respaldado a Altman, incluido el ex director ejecutivo de Google, Eric Schmidt, quien lo describió como un "héroe".
El jefe de Microsoft, Satya Nadella, dijo que seguía "confiando" en la empresa. Pero claro, Microsoft ha invertido miles de millones en ella y la tecnología que sustenta ChatGPT ahora está integrada en las aplicaciones de oficina de Microsoft.
Un personaje que hasta ahora ha estado inusualmente callado es Elon Musk. Él y Altman crearon OpenAI, junto con otros, pero se dice que se pelearon por la decisión de dejar de ser una organización sin ánimo de lucro.
Hay rumores de que es precisamente este tema el que una vez más ha dividido las opiniones dentro de la empresa.
La compañía X de Musk, anteriormente Twitter, lanzó un nuevo chatbot llamado Grok. Quizás no le disguste que OpenAI esté un poco distraída por un tiempo debido a un drama interno.
Mientras tanto, le corresponde a la directora de tecnología, Mira Murati, asumir el cargo de directora ejecutiva interina. El mundo de la tecnología es pequeño: anteriormente trabajó en la empresa de automóviles Tesla, propiedad de Musk.
¿Podrá estabilizar este barco que de repente se tambalea?
- Zoe Kleinman
- BBC News
- 18/11/2023
- https://www.bbc.com/mundo/articles/cw42kzwepz8o