jueves, 30 de abril de 2015

Una dieta podría reducir el riesgo de desarrollar Alzheimer

Getty Images

Investigadores probaron con éxito una dieta especial que diseñaron y que parece reducir el riesgo de desarrollar el mal de Alzheimer.
El estudio comparó la llamada dieta MIND con la popular dieta mediterránea, benigna para el corazón, y la dieta DASH, que busca ayudar a controlar la presión alta. La dieta MIND toma muchos aspectos de las otras dos, y todas contienen principalmente vegetales y una baja cantidad de alimentos con alto contenido de grasa. Sin embargo, la dieta MIND pone un énfasis particular en comer alimentos “saludables para el cerebro”, como vegetales de hojas verdes y bayas, entre otras recomendaciones.
El estudio, realizado por investigadores del Centro Médico de la Universidad Rush en Chicago, descubrió que cumplir estrictamente cualquiera de las tres dietas reducía las probabilidades de contraer el mal de Alzheimer. No obstante, sólo la dieta MIND pareció ayudar a contrarrestar la enfermedad aun cuando la gente seguía sólo algunas de las recomendaciones de la dieta. La investigación fue basada en la observación, no fue aleatoria ni controlada, y por lo tanto no es evidencia de que la dieta MIND causó un riesgo menor de contraer Alzheimer. En cambio, la investigación muestra que hay una asociación entre ambos.
El estudio es parte de un pequeño conjunto de investigaciones que se centran en la forma en que la nutrición puede mejorar la salud cerebral y prevenir el declive cognitivo y el daño a la memoria que traen aparejado el mal de Alzheimer y otras formas de demencia. Expertos afirman que hay una conciencia creciente de que los factores de estilo de vida —no sólo la genérica— juegan un rol prominente en el desarrollo del Alzheimer, y los investigadores esperan encontrar una dieta óptima que reduzca las probabilidades de desarrollar la enfermedad. Se estima que unos 5,1 millones de personas en Estados Unidos tienen Alzheimer, una cifra que se prevé que crezca a 7,1 millones para 2025, según la Asociación de Alzheimer.
“Es un campo relativamente nuevo comparado con las enfermedades cardíacas y la diabetes y la nutrición”, dice Martha Clare Morris, profesora de epidemiología neurológica de Rush. “A medida que aprendemos más y más, creo que definitivamente modificaríamos o actualizaríamos la dieta (MIND) según las investigaciones más recientes”, agrega Morris, quien fue la principal autora del estudio, publicado recientemente en la revista Alzheimer’s & Dementia.
La dieta MIND, cuyo desarrollo llevó dos años, toma su nombre de las siglas de Mediterranean-DASH Intervention for Neurodegenerative Delay (algo así como Intervención mediterránea-DASH para retraso neurodegenerativo). Los investigadores modificaron las dietas mediterránea y DASH según evidencia de estudios en animales y humanos que analizan la nutrición y el cerebro. DASH son las siglas de Dietary Approaches to Stop Hypertension (Enfoques dietarios para detener la hipertensión).
Harald Walker/Corbis

Por ejemplo, las frutas, que son una recomendación común en las dietas para mantener saludable el corazón, no han mostrado detener el declive cognitivo o prevenir la demencia, pero las bayas, y en especial los arándanos, sí lo han hecho, señala Morris. La dieta MIND recomienda comer bayas al menos dos veces a la semana y no incluye recomendaciones de otros tipos de frutas. La investigación también ha mostrado que los vegetales de hojas verdes protegen al cerebro más que otros vegetales. La dieta MIND incluye una porción de hojas verdes además de comer uno o más vegetales extra al día. La dieta MIND contiene muchas nueces y frijoles, granos enteros y aceite de oliva, y recomienda una copa de vino diaria, todo lo cual también es recomendado por una o las dos otras dietas.
El estudio se realizó entre 923 participantes que no tenían demencia al comienzo de la investigación. Sus edades oscilaban entre los 58 y 98 años, con una mediana de 81 años. Los participantes, que fueron relevados en promedio durante cuatro años y medio, respondieron cuestionarios todos los años sobre cuán a menudo comían ciertos alimentos, entre 144 opciones distintas. Quienes se alimentaron siguiendo de cerca la dieta MIND registraron un riesgo 53% menor de desarrollar Alzheimer. El riesgo se redujo 54% con la dieta mediterránea y 39% con la dieta DASH.
De forma considerable, el seguir la dieta MIND aún de forma moderada ayudó a disminuir el riesgo de Alzheimer en 35%. En comparación, seguir de forma moderada las dietas mediterránea o DASH no afectó las probabilidades de contraer la enfermedad. Ese descubrimiento fue particularmente alentador, porque para muchas personas es más fácil seguir sólo algunas de las recomendaciones de una dieta. “Creo que eso motivará a la gente”, sostiene Morris.
El estudio controló la predisposición genética, la actividad física, la actividad cognitiva y la educación. Un análisis más profundo controló varias enfermedades crónicas. Fue el primer estudio publicado sobre la dieta MIND, y los investigadores prevén que se realicen más cambios pequeños. Por ejemplo, luego de más investigación podrían agregarse a la dieta el cacao y la cafeína, señala Morris.
Los investigadores también analizaron vegetales de hojas verdes en relación al declive cognitivo. Los participantes que comieron de una a dos porciones de vegetales verdes al día registraron un “descenso drástico en la tasa de declive cognitivo” frente a la gente que comía menos verdes, dice Morris. “Era alrededor del equivalente de ser 11 años más joven”, agrega.
Murali Doraiswamy, profesor de psiquiatría del Centro Médico de la Universidad de Duke, y experto en Alzheimer que no estuvo involucrado en el estudio de la dieta MIND, elogia el potencial de la dieta. Afirma, no obstante, que se necesita un estudio controlado aleatorio para determinar si la dieta realmente reduce el riesgo de demencia, y si combinarla con cambios en el estilo de vida como hacer ejercicio y meditación podría generar más beneficios.

Tres soluciones para evitar una "era oscura digital"

Ilustracion de evolucion de humanidad
Algunos analistas temen que la transformación digital esté poniendo en riesgo el futuro de la historia.

En el pasado el hombre escribió sobre piedra, pergaminos, vitela... prácticamente sobre cualquier elemento que llegara a sus manos. Y algunos de esos documentos físicos, como las pínturas en cuevas, duraron decenas de miles de años.
Pero desde 1980 nuestras vidas se han ido digitalizando a una velocidad vertiginosa y ahora la mayoría de nuestras fotos, videos, investigaciones y escritos están almacenados en nuestras perecederas computadoras o en centros de datos distribuidos por todo el mundo.
En otras palabras, la Historia se ha mudado a internet. Y algunos analistas digitales temen que esta transformación esté poniendo en riesgo su futuro.
 Vint Cerf, "padre de internet"
Vint Cerf, advirtió que si hay una pérdida masiva de información podríamos entrar en una "era oscura digital".
El pasado mes de febrero el apodado "padre de internet", Vint Cerf, advirtió que si se pierden estos datos podríamos entrar en una "era oscura digital".
Trillones de gigabytes de información digital de una importancia crucial para los futuros archivistas e historiadores perviven bajo una amenaza potencial de pérdida, por la corrupción de los archivos, el robo, la obsolescencia e incluso los desastres naturales y los causados por el hombre.
¿Cómo se puede evitar esa potencial "era oscura digital"? Aquí te presentamos tres vías de solución que la industria ya está desarrollando a largo plazo.

"Rayos X" de los archivos

Ilustración de situación apocalíptica
¿Cómo sería el mundo si perdiéramos todos nuestros datos digitales?
El propio Cerf propuso que se haga una suerte de "retrato digital" de los contenidos, la aplicación y el sistema operativo con el que se procesó.
Así, se crearía una réplica de cada pieza de software y hardware que se haya producido, y se almacenaría de la misma manera que lo hacen los museos, para que nunca se vuelvan obsoletos.
La universidad de Carnegie Mellon, en Estados Unidos, ya ha puesto en práctica un proyecto que sigue esa línea de trabajo, llamado Olive.
Esta solución requiere que la información quede preservada digitalmente en una especie de máquinas virtuales almacenadas en la nube.

Almacenamiento masivo y barato

Pero hay algunos analistas que creen que la industria de la tecnología creará sus propias soluciones impulsada principalmente por la fuerza del mercado.
Uno de ellos es Jeremy Burton, presidente de producto y marketing en EMC, una compañía que ayudó a digitalizar unos 82.000 manuscritos en la biblioteca del Vaticano.
Vaticano
EMC ayudó a digitalizar 82.000 manuscritos en la biblioteca del Vaticano.
Burton cree que cada vez será más común disponer de unos estándares de almacenamiento de datos de dimensiones industriales, a medida que la capacidad de almacenamiento se va haciendo más accesible.
Por ejemplo, hace 10 años almacenar datos habría costado unos US$45 por gigabyte. Mientras que ahora cuesta unos céntimos, comenta Burton.
"Seguro que vamos a ver un aumento de los servicios de almacenamiento digital", dice.
"Hay una nueva generación de gente que está creciendo y espera tener acceso a cualquier información que quieran -no sólo a datos recientes, sino a todos los datos".

Almacenamiento "a prueba de bombas"

La seguridad es un factor esencial para cualquier solución.
Gravado sobre medicina
¿Qué pasaría si perdiéramos todo el conocimiento médico almacenado digitalmente?
Un pulso electromagnético causado por una gran explosión nuclear, por ejemplo, podría acabar con redes enteras de electricidad y potencialmente parar a la civilización.
El año pasado el multimillonario gestor de fondos de cobertura (hedge funds) Paul Singer le adivirtió a sus inversores que un pulso electromagnético, denominado EMP por sus siglas en inglés, era "la amenaza más significativa" para Estados Unidos y sus aliados.
Y en un mundo digital cada vez más interconectado, también se podría llegar a ese punto catastrófico a causa de un malware particularmente agresivo o a través de una ciberguerra a nivel estatal.
Para contrarrestar estas amenazas cada vez son más comunes los centros de datos a prueba de bombas, protegidos con sofisticados sistemas de seguridad físicos y cibernéticos.
Grandes compañías e instituciones con un interés específico en la protección de datos y en su accesibilidad a largo plazo ya están invirtiendo en estos centros, a medida que toman consciencia de las amenazas.
Entre ellas están bancos, compañías de seguros y gobiernos.
Pero aún queda mucho por hacer.
Como civilización, sólo ahora estamos empezando a imaginar las devastadoras consecuencias que podría acarrear la pérdida masiva de información.

Tecnología    29/04/2015
http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2015/04/150428_tecnologia_soluciones_prevencion_era_oscura_digital_ig

¿Cuánto engorda un cubata?

Calorías del alcohol



Un artículo publicado en el 'British Medical Journal' reclama que las bebidas alcohólicas informen del contenido en calorías

La Eurocámara ha votado una iniciativa para que estos datos sean obligatorios


Hay quien se refiere a ellas como las calorías invisibles. Mientras los alimentos envasados deben llevar claramente indicado su contenido en calorías, no sucede lo mismo con las bebidas que superan 1,2 grados de alcohol. La normativa europea, aprobada en 2011, eximió a las botellas de cerveza, vino o licores de reflejar esta información hasta que la Comisión tome una decisión definitiva, que debería manifestar antes del año 2016.
Ante este escenario, dos iniciativas —una desde el ámbito científico, otra desde el político— han puesto el foco esta semana sobre la misma cuestión: la necesidad de incluir en el etiquetado de las bebidas alcohólicas los datos sobre el número de calorías dado el impacto que tienen en el sobrepeso y la obesidad (y su desconocimiento por parte de la mayoría de los consumidores).
“No hay ninguna razón por la que las calorías del alcohol merezcan un tratamiento diferente de las de la comida”, plantea Fiona Sim, la presidenta de la Royal Society for Public Health británica en un artículo que publica este miércoles elBritish Medical Journal. El título del texto no puede ser más explícito: “Las bebidas alcohólicas contribuyen a la obesidad y deberían incluir un cómputo de calorías obligatorias”.
En plena derrota en la batalla mundial contra la obesidad, Sim plantea que la ausencia de información calórica en las bebidas alcohólicas es un lujo que la sociedad no se puede permitir, ya que alimenta el desconocimiento sobre el impacto de estos productos en el sobrepeso de la población. La autora del artículo pone como ejemplo un estudio hecho en 2.117 adultos en el que el 80% desconocía el contenido en calorías de las bebidas más comunes. “La mayoría de las mujeres desconoce que dos copas grandes de vino tienen 370 calorías, lo que representa una quinta parte de su ingesta de energía diaria”, añade.
Trabajos de la sociedad de salud pública británica elevan al 10% la aportación de las calorías procedentes del alcohol en la dieta de bebedores sociales. “En España no contamos con trabajos de este tipo, pero yo diría que, como mínimo, la cifra debe ser la misma”, indica Felipe Casanueva, presidente de la Sociedad Española del Estudio de la Obesidad.
El experto en obesidad coincide con la preocupación de la especialista en salud pública británica. “Hay una completa ignorancia sobre el aspecto calórico de las bebidas alcohólicas”, explica, “es una cuestión que me preocupa bastante”. Mientras la convivencia con el alcohol “se maneja en España bastante bien” y se tienen muy presentes cuestiones relacionadas con la conducción o las consecuencias del abuso, el también director científico del Centro de Investigación Biomédica en Red-Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición (Ciber-obn) destaca que, entre los bebedores sociales, rara vez se piensa en que el alcohol supone “una parte muy importante de la ingesta calórica y contribuye a la obesidad”. No solo eso: “Se trata de calorías de bajísima calidad nutritiva, y que, además no sacian”.
Además del alegato científico de Fiona Sim, el debate sobre el etiquetado ha recalado esta semana en el Parlamento Europeo. Este miércoles los eurodiputados han adoptado una resolución que plantea “la urgente necesidad de mencionar claramente en el etiquetado el contenido calórico de las bebidas alcohólicas”, y pide a la Comisión “que presente la correspondiente propuesta legislativa”, de cara a que se incorpore a la nueva estrategia de la UE en materia de alcohol (2016-2022).
No es la primera vez que se intenta una medida similar. La presidencia sueca de turno de la Unión Europea en 2011 ya lo propuso y fracasó. Estados Unidos incorporará en el etiquetado las calorías a partir de diciembre de este año, aunque solo en las bebidas servidas en restaurantes.  En Europa, Irlanda ha tomado la delantera y prepara una ley para obligar a las empresas a reflejar esta información en las botellas.
Fuentes de la Federación Española de Bebidas Espirituosas (FEBE) han indicado que prefieren no manifestarse sobre la idoneidad de incluir la información sobre el contenido de calorías hasta que se pronuncie la Comisión Europea. "Acataremos lo que decida, a día de hoy estamos cómodos con la situación actual", añaden desde la federación.  

Dos combinados, 300 calorías

La cantidad de energía que aporta cada gramo de alcohol supone 7 kilocalorías (una hamburguesa Big Mac tiene 510 kcal, la ingesta diaria recomendada son 2.000 kilocalorías en los hombres y 1.800 en mujeres). Este es el contenido calórico del alcohol que contienen algunas de las principales bebidas:
Una caña (200 cc) de cerveza: 70 kcal.
Una lata de cerveza: 105 kcal.
Un vaso pequeño de vino (100 cc): 70 kcal.
Un carajillo (25 ml): 70 kcal
Un vermut (100 ml): 140 kcal.
Una copa de coñac (50ml): 140 kcal.
Un combinado (50 ml): 140 kcal. No se incluyen las calorías del refresco.
Un whisky (50 ml): 140 kcal.

http://elpais.com/elpais/2015/04/28/ciencia/1430211302_966927.html

miércoles, 29 de abril de 2015

¿Por qué gobiernos y bancos podrían aliarse para acabar con el dinero efectivo?

dolares colchon -

El dinero efectivo podría tener los días contados. 

Por unas razones o por otras, los bancos y los gobiernos están poniendo limite el uso del papel moneda. Los gobiernos argumentan que sería una forma eficaz de luchar contra el fraude (controlarían todos los movimientos), mientras que los bancos tendrían todo el dinero en su poder, ya que las entidades financieras tienen prácticamente el monopolio del dinero electrónico.
Otro elemento que podría adelantar el final del efectivo son las políticas monetarias ultra-expansivas que están implementando los bancos centrales en medio mundo, otra institución que ha declarado la 'guerra' al papel moneda.
Con unos tipos de interés cerca de cero, a los bancos les 'sale caro' tener dinero ocioso en sus balances o en las arcas de los bancos centrales, de modo que algunas entidades han comenzado a cobrar por sus depósitos a los clientes, es decir, hay que pagar por ingresar dinero en una entidad financiera. Pero esto tiene un riesgo que los bancos ya buscan cómo evitar: que los depositantes saquen su dinero y lo metan debajo del colchón

¿Y si los ciudadanos sacan su dinero?

Los depositantes podrían decidir retirar su dinero del banco y mantenerlo en efectivo en una caja fuerte (con los riesgos que conlleva). Esto sería una corrida bancaria general, las entidades quebrarían y se podrían generar enormes problemas financieros. Y es que el dinero en efectivo, los billetes y monedas que llevamos en la cartera podrían ser uno de los 'enemigos' de los bancos y los gobiernos.
Victoria Matía, directora de banca electrónica de La Caixa se refería hace unos meses así sobre el efectivo: "A los bancos nos interesa que se acabe con el efectivo... Es nuestro enemigo porque no sabemos qué hace la gente con él, no nos proporciona información y es ineficiente". Sin nuestro dinero los bancos no pueden dar préstamos, comprar deuda pública o invertir en otros activos para sacar rentabilidad. Por su parte, los gobiernos tampoco pueden controlar que hacemos con ese dinero, algo que tampoco les agrada demasiado.
Con el fin del dinero en efectivo entraríamos en una nueva era donde la confianza y la fe serían aún más importante de lo que lo es ya hoy. Hace decenas de años EEUU y otras potencias se encontraban bajo el patrón oro, que permitía convertir una cantidad determinada de dólares en una cantidad determinada de oro, es decir, todo el mundo confiaba en un trozo de papel porque estaba respaldado por una de las materias primas más valiosas del mundo. Con el fin del patrón oro en 1971 llegó la era del dinero fiduciario (papel moneda), que se basa en la fe y la confianza de que esos papeles se pueden intercambiar por bienes y servicios aunque no estén respaldados por nada.
Los economistas y expertos más liberales de EEUU y otros países ya detestan el papel moneda que no está respaldado por oro, explican desde Bloomberg. Y no quieren ni oír hablar de la era del dinero electrónico: "Al menos el anonimato del papel moneda es liberador, tú decides cuándo y cómo gastarlo sin controles de nadie", explica Stephen Cecchetti, exconsejero del Banco de Pagos Internacionales (BPI).
Tal es la preocupación de los bancos y bancos centrales que algunos economistas como Ebrahim Rahbari, economista de Citigroup, han señalado que si el público decide acaparar el efectivo hay varias formas de evitarlo. Por ejemplo, imponer un impuesto sobre el dinero en efectivo o directamente eliminar y prohibir el papel moneda, es decir, que el dinero efectivo pierda su validez para ser intercambiado por bienes y servicios.
Eliminando el papel moneda y forzando a la gente a usar el dinero electrónico los bancos centrales tendrían total libertad para bajar los tipos de interés sin que la población  pudiera reaccionar retirando el efectivo de en los cajeros. Sería como vivir un 'corralito de efectivo infinito', todo el dinero estaría en manos de los bancos y nunca más se podrían utilizar los billetes y las monedas.


28/04/2015 - 15:36



http://www.eleconomista.es/divisas/noticias/6667025/04/15/Por-que-gobiernos-y-bancos-podrian-aliarse-para-acabar-con-el-dinero-efectivo.html#.Kku8KAkWg8Amtep



Pequeños hábitos que lastran nuestra felicidad



Lo hacemos casi instintivamente. Recordamos con vergüenza y nos recriminamos la debilidad. Así nos machacamos sin querer


En la Encuesta de Condiciones de Vida del INE un 63,6% de la población valora su satisfacción global con la vida entre los siete y los diez puntos. Buena cifra, pero significa que hay un tercio que no cree que su vida en general merezca más de un seis en felicidad. Lo cual no deja de ser curioso porque al tratarse la felicidad de un estado mental, ¿no debería uno poder influir en él?
“Tenemos unos 4.000 pensamientos al día y el problema es que no los controlamos”, dice la psicóloga María Jesús Álava, directora de una clínica homónima y autora del libro Las tres claves de la felicidad. “Muchos están distorsionados, son catastrofistas y no son objetivos, del tipo 'Nada tiene solución, toda falla, siempre me ocurre lo mismo...' que nos llevan al límite y nos influyen de forma clara en nuestras emociones”. Es decir, el problema no es tanto lo que pasa sino cómo decidimos abordarlo.
Desde pequeños nos hacen prestar atención cada vez que hay un problema en vez de cuando pasa algo positivo
Este tipo de pensamientos, en su opinión, causan una serie de hábitos que califica de tremendos. “Nos machacamos sin piedad, principalmente cuando hemos tenido un acontecimiento poco satisfactorio. Y deberíamos hacer justo lo contrario debido a que estamos especialmente débiles y vulnerables. Otro sería recriminarnos y traer a la memoria hechos pasados en los que actuamos de manera poco hábil, ya que el cerebro no distingue el tiempo verbal y los vivimos como si estuvieran pasando ahora, llevándonos a la inseguridad y la insatisfacción”. Para completar la lista: dejar que los demás nos culpen de sus problemas y sufrir por lo que no tiene solución.
Con esta filosofía, la doctora recomienda fijarse más en los hábitos que conviene potenciar. Aceptar la condición humana, llena de errores; asumir el desconocimiento y la falta de control sobre la vida, sobre todas sus variables; animarnos en los momentos duros; cambiar de actitud; usar el sentido del humor en las situaciones más límite; comprender que las cosas pueden tardar más en llegar de lo que desearíamos... “Tenemos que desarrollar al máximo el pensamiento lógico, que hay mucha gente que lo tiene atrofiado. La felicidad está en nuestras manos".
Nos machacamos sin piedad, sobre todo cuando estamos débiles y vulnerables. Y nos recriminamos hechos pasados que nos llevan a la inseguridad
Álava reflexiona que el problema puede venir de que una educación centrada en lo negativo –“desde pequeños nos hacen prestar atención cada vez que hay un problema en vez de cuando pasa algo positivo”. Desde su consulta observa que adolescentes y jóvenes son los que cada día acuden más a solicitar sus servicios. “Cada vez tienen menos recursos anta la vida, pero a unos niveles tremendos, rindiéndose a las dificultades, con poca resistencia a la frustración ya que no los hemos preparado para luchar en condiciones de adversidad”. El motivo en su opinión es la sobreprotección.
Con esto en mente, un equipo de psicólogos de su centro, en colaboración con la Autónoma de Madrid, ha desarrollado Gomins, una aplicación para Android e iOs con el conocimiento de los 15.000 casos que asegura haber revisado. “Los juegos están diseñados para reforzar las competencias que necesitan los niños en el presente actual”. Algo que si ocurre desde luego los podrá ayudar en su futura existencia.

http://elpais.com/elpais/2015/04/28/icon/1430217826_503436.html

Ochenta dudas ante el contenedor amarillo

Reciclaje



Entre el 25% y el 30% de lo que se echa en este cubo no debería ir en él


Diecisiete años después de la puesta en marcha de la recogida selectiva de envases a través del contenedor amarillo aún surgen dudas sobre lo que se debe depositar en él. Hay consenso generalizado sobre las botellas de plástico y latas de bebidas y los tetrabriks, y que incluso no hay que echar en ellos juguetes, utensilios de cocina (sartenes, por ejemplo) o ropa, pero, ¿a partir de aquí? ¿Dónde va una cápsula de café? ¿Y un envoltorio de caramelo, un táper usado, una bolsa de redecilla de patatas, una caja de CD o DVD, un frasco de jarabe vacío, una botella de amoníaco o un tenedor de plástico?
Según datos del sistema integrado de gestión del contenedor amarillo, Ecoembes, a pesar de que ha habido una evolución positiva en cuanto al depósito de impropios, estos están entre el 25 y el 30%. Una encuesta realizada a 834 habitantes de la localidad de Cehegín (Murcia) el pasado año, demostró que sólo el 37% respondía correctamente a tres preguntas relacionadas con la recogida selectiva de residuos. Desde Ecoembes afirman que “hay que seguir reforzando esta línea para mejorar la eficiencia del sistema”.
Algo hay que hacer, pero también por parte de administraciones y empresas, porque el último informe del Instituto Nacional de Estadística sobre residuos urbanos domésticos destaca que de los 22,4 millones de toneladas procesados en 2012 por las empresas gestoras, 18,3 millones correspondieron a residuos mezclados y solo 4,1 millones a la recogida selectiva. Recientemente, Eurostat, la Oficina Europea de Estadística, también nos ha sacado los colores, ya que, aunque generamos menos kilos de residuos por habitante, en 2013 estuvimos muy por encima de la media de la UE entre lo que tiramos y desaprovechamos en vertederos (el 60% frente al 31%) y por debajo en reciclaje (20% frente al 28%).
Hemos recogido diferentes tipos de envases, embalajes, envoltorios o recipientes aportados como ejemplo por personas que en alguna ocasión se han encontrado en la disyuntiva de no saber qué hacer con ellos. A partir de ahí se ha generado una lista con ochenta objetos y se ha remitido a Ecoembes, para su consulta. He aquí el resultado.

¿Deben ir los siguientes envases y recipientes al amarillo?

ALIMENTACIÓN
1. Envoltorios pequeños de caramelos, chicles, bombones… 
2. Cajas metálicas de bombones, pastas y otros dulces… SI
3. Envases de yogur. 
4. Tapa del envase del yogur. 
5. Envases metálicos de nata montada. 
6. Tarrinas de mantequilla, margarina y queso de untar. 
7. Envoltorios de aluminio de mantequilla. 
8. Botes o tarros de barro de cuajadas y cremas. NO. Al contenedor gris del resto de basuras o a un punto limpio.
9. Tapas de los envases de cristal. 
10. Tapones de plástico (botellas, tetrabrik, tubos pasta de dientes…). 
11. Tapones de corcho natural. NO. Al gris
12. Tapones de corcho sintético. SI
13. Chapas de botellas de cristal. 
14. Botes de plástico de kétchup, mostaza y mahonesa. 
15. Abrazaderas de plástico de las latas de bebida. 
16. Plástico que envuelven paquetes de varias botellas y tetrabriks. SÍ
17. Vasos de papel de hamburgueserías y cafeterías. NO. Al azul de papel y cartón
18. Tapas de vasos de papel de hamburgueserías y cafeterías. SÍ
19. Tarrinas de papel de helados. NO, Al azul
20. Envases de aperitivos (pipas, patatas, gusanitos…). 
21. Sobre de sopas, caldos y purés. 
22. Bolsas de plásticos de alimentos frescos empaquetados (fruta y verdura).
23. Bolsas de plástico de magdalenas, cruasanes, galletas… 
24. Bolsas de redecilla de naranjas y patatas. 
25. Plástico fino trasparente de paquetes de embutidos y quesos. 
26. Bandejas y otros envases de plástico duro con alimentos a granel (carnes, embutidos y encurtidos) 
27. Papel plastificado utilizado en carnicerías y pescaderías NO. Al azul. Si tiene restos de alimentos, al gris.
28. Bandejas de corcho blanco (poliestireno expandido o poliespán). SI
29. Bandejas plateadas de empanadas, pasteles, tartas… SI
30. Envases triangulares de plástico de sándwiches. 
31. Táperes para envasar alimentos. NO. Al gris o a un punto limpio
32. Papel de aluminio 
33. Celofán o plástico (film) para envolver alimentos en el hogar. 
34. Latas de conservas. 
35. Latas de alimentos preparados o precocinados y encurtidos. 
36. Latas de aceite de cocina. 
37. Envoltorios individuales de galletas, magdalenas, pastas… 
38. Cápsulas de aluminio de café. NO. Al gris o puntos de recogida especiales
39. Hueveras de plástico. 
40. Moldes de silicona para dulces y otros postres. NO. Al gris


MENAJE DEL HOGAR
41. Platos, vasos y cubiertos de plástico desechables. SI
42. Biberones. NO. Al gris
43. Termos. NO. Al gris
44. Bidones empleados por ciclistas. NO. Al gris
45. Macetas de plástico. NO. Al gris o a un punto limpio
46. Celofán que envuelve discos, libros, revistas… SI
47. Corcho blanco de embalajes. SI
48. Plástico de burbujas de embalajes. 
49. Cajas de plástico de CD y DVD. NO. Al gris
50. Carcasas de vídeos VHS. NO. Al gris
51. Fundas y carcasas de cintas de casete. NO. Al gris
52. Fundas de móviles, tabletas, ipodipad. NO. Al gris
53. Estuches de gafas. NO. Al gris
54. Recipientes metálicos de velas pequeñas. NO. Al gris
55. Envases de plástico de paquetes de pilas, tornillos, bombillas… 
56. Monederos y carteras. NO. Al gris
57. Cajas de plástico de rotuladores, bolígrafos, pinceles… 
58. Bolígrafo. NO. Al gris o a un punto limpio
59. Carretes de hilo. 
60. Sacapuntas. NO. Al gris o a un punto limpio
61. Estuches (plumieres) de material escolar o similar. NO. Al gris
62. Envases mixtos que contengan papel y/o cartón y plástico (sobres, cajas de juguetes…). Hay que separarlos: el papel/cartón, al azul, y el plástico, al amarillo
63. Materiales plásticos del marco de una fotografía o cuadro. NO. Al gris
64. Mechero, NO. Al gris o a un punto limpio
65. Cajas de plástico duro (triángulos de carretera, herramientas…) NO. Al gris o a un punto limpio
66. Aerosoles (limpieza, insecticidas, ambientadores…). SÍ (siempre vacíos)
67. Botellas de plástico de lejías, amoniaco y limpia-hogares. SÍ (siempre vacíos)
68. Latas de pintura. SÍ, si son de uso doméstico.
69. Cubos y barreños de plástico (de basura, de fregar…). NO. Al gris o punto limpio
70. Bolsas de basura y de la compra. 
71. Bolsas de plástico de fregonas, maquinillas de afeitar, esponjas, papel higiénico… 


MEDICINAS, HIGIENE PERSONAL Y COSMÉTICA
72. Caja de cartón de los medicamentos. NO. Al punto SIGRE de las farmacias
73. Envases de plástico (blísteres y botes) de los medicamentos. NO. Al punto SIGRE de las farmacias
74. Envases de pañuelos de papel. SI
75. Tubos y otros envases de pastas de dientes.
76. Envase de un dosificador de jabón. 
77. Envases de lacas, espumas, moldeadores… 
78. Resto de envases de productos de higiene personal (geles, champús, acondicionadores, cremas…). 
79. Envases de pintalabios, rímel, vaselina… SI
80. Neceseres. NO. Al gris

http://elpais.com/elpais/2015/04/27/ciencia/1430130449_028355.html