Los daños económicos del terremoto de 7,8 grados de magnitud que asoló Nepal el sábado y en el que han muerto al menos 3.200 personas, podrían ser inmensos.
La ayuda internacional está llegando al país, devastado por el terremoto y por muchas réplicas posteriores, y se pondrá a trabajar en la reconstrucción de una de las naciones más pobres del mundo.
Según cálculos del Servicio Geológico de Estados Unidos, las pérdidas podrían superar los US$20.000 millones del Producto Interno Bruto del país. Rajiv Biswas, economista de IHS, cree que los costos de reconstruir el país podrían ascender a US$5.000 millones en los próximos cinco años.
El terremoto destruyó edificios en la capital, Katmandú, y la infraestructura de transportes del país. Además, se teme que el terremoto haya provocado daños en los proyectos hidroeléctricos en el Himalaya, cerca del epicentro del seísmo.
Katmandú sufre el lunes cortes de energía más prolongados de lo normal. Según los expertos, los planes de invertir US$1.600 millones de dinero chino en una presa hidroeléctrica en el Himalaya podrían paralizarse.
El turismo, la fuente principal de ingresos del país, que da empleo a un 7% de la población activa y supone el 8% de la economía, se verá afectado a corto plazo por la cancelación de viajes.
Pero el papel de la ayuda internacional podría tener un gran impacto en este pequeño país, señalan algunos observadores. Los compromisos de ayuda empezaron a llegar el lunes. El Banco de Desarrollo Asiático se comprometió a aportar US$200 millones en una primera fase de rehabilitación del país.
Aún se desconoce cuánta ayuda aportará Naciones Unidas durante la fase de emergencia, pero las donaciones podrían ascender a cientos de millones.
La pregunta ahora es si el gobierno de Nepal está en condiciones de supervisar un complejo proceso de reconstrucción. El país se ha visto afectado durante años por el desacuerdo político, por la lucha de las distintas facciones por la creación de una nueva Constitución, casi una década después de que el acuerdo de paz pusiera fin a décadas de insurgencia maoísta.
Algunos economistas creen que la reconstrucción después de una catástrofe natural puede traer un periodo de mayor crecimiento económico gracias la construcción de mejor infraestructura en los países en desarrollo. Las autoridades chinas así lo afirmaron tras el terremoto de Sichuan de 2008.
Sin embargo, otros creen que hay pocas pruebas empíricas que apoyen esta tesis, ya que un impacto positivo de la ayuda quedaría anulado por la destrucción de fábricas, propiedades privadas y otra infraestructura. En Haití, los US$3.500 millones recibidos tras el terremoto no han conseguido sacar el país a flote.
“No solo necesitas dinero para la reconstrucción, también conocimiento humano y un Gobierno funcional”, según Ilan Noy, experto en economía de desastres en la Universidad Victoria de Wellington, en Nueva Zelanda. “Nepal pertenece a la categoría de países en los que no está claro si la capacidad de ejecutar la reconstrucción será suficiente”.
El PIB per capita de Nepal era de US$694 en 2013, lo que hace que el país sea más pobre que Mali y que Burkina Faso. Su economía, que creció un 4% el año pasado --un ritmo más lento que el 7% de India--, depende de sus trabajadores en el extranjero, cuyas remesas de divisas representan un tercio de la economía local. El desempleo se sitúa en el 40%.
lunes, 27 de abril de 2015 12:23 EDT
Biman Mukherji contribuyó a este artículo.
http://lat.wsj.com/articles/SB12777624514006393725204580606562248092620?tesla=y
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