El seis veces campeón del mundo de natación, ya retirado, habla por primera vez de su homosexualidad
Tiene 47 años, es seis veces campeón del mundo de natación, fue el abanderado de su país en los Juegos de Pekín de 2008 y estableció ocho récords del mundo. El británico Mark Foster ha tenido que esperar a estar retirado de la competición para poder decir públicamente que es gay, como ya hicieron en su país otros deportistas de élite como Gareth Thomas y Tom Daley, a los que agradece que "allanaran el camino". "Pasé de puntillas por las sombras durante demasiado tiempo, pero ahora es el momento de salir", confiesa Foster en una entrevista en The Guardian en la que habla por primera vez de su homosexualidad, un secreto que ha estado guardando 30 años.
El exnadador cuenta que es un maestro en el arte de decir sin decir y opina que probablemente haber ocultado su orientación sexual haya tenido un impacto negativo en su carrera. "Decir medias verdades y no ser mi verdadero yo solo me está haciendo daño. Tengo 47 años, soy un hombre de mediana edad y ya no estoy compitiendo", comienza su relato Foster, que en los últimos 26 años ha tenido dos relaciones largas con varones y al que aceptan y apoyan su familia y amigos, según cuenta el diario británico. En la entrevista, Foster, que desde que dejó las piscinas ha trabajado mucho en televisión y como modelo, explica que en estos años hizo algunos gestos en apoyo de la comunidad gay, pero "de puntillas".
El nadador se confiesa "un poco nervioso" por su salida del armario y admite que "hace años habría tenido miedo de cómo sería juzgado". Pero ya no. "Ojalá lo hubiera hecho cuando tenía 21 años y conocí a mi primer compañero. Pero no estaba listo", añade el nadador, que precisa que han pasado muchas cosas en su vida en el último año que le han empujado a dar el paso, como empezar a tener problemas con su "otra mitad", como llama a su condición de gay, asistir a terapia o perder a su padre. "Él sabía que yo era gay pero nunca hablamos mucho", declara el deportista, que cuenta que los sensacionalistas News of the World, Daily Mail o Sun trataron de obligarle a admitirlo.
"Pero no quería ser forzado", aclara, para recordar que se llegó a publicar que tenía una relación con la también nadadora Rebecca Adlington. Durante los Juegos Olímpicos de 2016, la grabaron apretando la pierna de Foster debajo de la mesa. "Ella conoce mi otra mitad. Somos buenos amigos. Yo debería haber dicho: 'No seáis tontos. Soy homosexual". Pero no se atrevió.
Ahora sí. Y explica que "cuando era más joven", pensó que sus "sentimientos eran solo una fase". "Tenía amigas. Nunca tuve novio, pero sí experiencias sexuales con chicos. En las competiciones de natación, me gustaba ir con mujeres para desviar la atención sobre mi verdadero yo. No es que no disfrutara el acto, es que prefería a los chicos. Acepté que era gay cuando me enamoré de mi primer compañero", recuerda.
"He vivido una vida abiertamente gay con mis amigos y mi familia, pero siempre lo oculté como nadador", sentencia. ¿Por qué? “Estaba preocupado por cómo afectaría a mi trabajo. Mis escuelas de natación atienden a niños y existe la percepción insidiosa de que gay es igual a abusador de menores. No quería que me percibieran como una amenaza para los niños”, dice.
Esta salida del armario reabre el debate en torno al secretismo que rodea la homosexualidad en el deporte. En la élite internacional cada vez son más los deportistas que han declarado su homosexualidad tras varios años ocultándolo por miedo a ser discriminados.
Pocos son sin embargo los deportistas de élite que han dado el paso antes de retirarse. Es el caso del jugador de waterpolo español Víctor Gutiérrez, que en 2016 apareció en la portada de la revista Shangay. “Espero que mi salida del armario sirva para romper un tabú dentro del deporte”, aseguró el jugador, que decidió hacer pública su homosexualidad a los 25 años porque sentía “la responsabilidad, como deportista gay, de dar la cara”, informa Ignacio Gomar.
La tenista Martina Navratilova fue una pionera de las salidas del armario estando en activo al más alto nivel al hacerlo público en los años ochenta, y Amelie Mauresmo siguió sus pasos y se declaró lesbiana a los 19 años después de ganar el Open de Australia. Hace tres años, el jugador de fútbol americano Michael Sam se convertía en el primero en su deporte en dar el paso, lo que le valió el apoyo del presidente Barack Obama.
En activo destacan el saltador de trampolín olímpico británico Tom Daley y el boxeador puertorriqueño Orlando Cruz, que se casó con su novio en 2013 en Nueva York. El esquiador británico Gus Kenworthy se declaró gay a los 24 años, tras ganar la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de invierno en Sochi (Rusia). El patinador español Javier Raya publicó una foto con su novio en Instagram declarándose "la persona más afortunada del mundo" tras participar en los mundiales de patinaje.
Otros como el nueve veces medallista olímpico de natación, el australiano Ian Thorpe, o el pívot de la NBA John Amaechi no se atrevieron estando en la cúspide y esperaron a terminar sus carreras deportivas. El jugador de rugby británico Gareth Thomas también hizo pública su homosexualidad ya retirado en 2008, cuando estaba tramitando su divorcio de la que fuera novia de la infancia.
EL PAIS 28/11/2017
https://elpais.com/deportes/2017/11/28/actualidad/1511861064_612069.html
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