Todas las especies de caballitos de mar están protegidas por CITES e incluidas en la Lista Roja de la UICN (Project Seahorse)
El 95% de los ejemplares provienen de países en los que actualmente no está permitida su exportación
Un estudio científico publicado recientemente en la revista especializada Marine Policy revela que el contrabando de caballitos de mar no cesa pese a las distintas regulaciones que prohíben la compraventa de estos animales. Y es que, muchas de las especiesque pertenecen a este género se encuentran al borde de la extincióndebido a lo obsesionada que está la especie humana con ellas.
La culpa la tiene la medicina tradicional china, que ha atribuido históricamente propiedades afrodisíacas a estas criaturas que, una vez capturadas, son disecadas y reducidas a polvo. Luego los consumidores pueden añadir esta especie de elixir como condimento en la cocina, o mezclarlo con aceite hasta conseguir un ungüento que, aseguran, levanta el apetito sexual.
Se estima que solo en China la demanda interna de caballitos de mar es de unas 600 toneladas y mueve aproximadamente 1.600 millones de euros, lo que es una total aberración si se tiene en cuenta que todas las especies de caballitos de mar están sujetas, desde el año 2002, a restricciones comerciales porque forman parte del Apéndice II del Convenio CITES sobre el comercio de especies amenazadas.
Pero en lugar de regular el comercio, los países históricamente responsables del 98% de las exportaciones de caballitos de mar, entre los que figuran la India, Filipinas o Indonesia, decidieron prohibir las exportaciones de estas criaturas por completo. Incluso Tailandia, que llegó a ser el mayor exportador mundial de caballitos de mar, impuso una prohibición en enero de 2016.
Según el trabajo publicado ahora, elaborado por expertos del Instituto de Pesquerías y Océanos de la Universidad de la Columbia Británica (Canadá), el 95% de los caballitos de mar que se vendieron entre 2016 y 2017 en Hong Kong –el principal distribuidor- se habían declarado como importaciones de países que tienen en vigor prohibiciones de exportación.
En concreto, según los resultados obtenidos en una encuesta realizada a 189 comerciantes, el país que más ejemplares exportó a Hong Kong fue Tailandia, seguido de Filipinas, China, Australia, la India, Malasia y Vietnam. Un escenario que revela que, sin duda, la prohibición mundial que impide el comercio de los caballitos de mar es una de las más burladas.
Se estima que las redes de arrastre y otros métodos de pesca no selectivos capturan cada año 37 millones de caballitos de mar que cruzan fácilmente las fronteras escondidos entre envíos marisco u otros. Por ello, no basta con regular el comercio, sino también la pesca a fin de reducir el número de capturas accidentales.
A juicio de los expertos, el fin del tráfico ilegal no pasa tanto por prohibir por completo las capturas de caballitos de mar, sino por regularlas de forma eficiente y, sobre todo, por trabajar más estrechamente con los países implicados.
¿El objetivo? Asegurar un estricto cumplimiento de la regulación y comprobar, entre otros, que los comerciantes no acepten caballitos de mar procedentes de países con prohibiciones comerciales.
La mayor parte de los caballitos de mar son capturados en las costas del sudeste asiático y enviados a Hong Kong, desde donde son distribuidos al resto del mundo. En España, su consumo crece cada año debido a que en el sur de Portugal se halla la mayor zona de cría de caballitos de mar de toda Europa.
Además de formar parte del Apéndice II del Convenio CITES, las 42 especies de caballitos de mar están incluidas en la Lista Roja de Especies Amenazadas que elabora la UICN y su futuro peligra también por la destrucción de su hábitat natural.
Artículo científico de referencia:
Global seahorse trade defies export bans under CITES action and national legislation. Sarah Foster, et al; Marine Policy. March, 2019. https://doi.org/10.1016/j.marpol.2019.01.014
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