El Hudson Yard es la primera etapa de un proyecto que prevé extenderse sobre 11 hectáreas.
A orillas del río Hudson, en lo que fue un área inaccesible al público que servía como patio para trenes, se inauguró este viernes la promoción inmobiliaria privada más grande en la historia de Estados Unidos: Hudson Yards.
El proyecto de "uso mixto", que por su magnitud semeja más a una miniciudad en el oeste de Manhattan, incluye espacios para el arte, un complejo de restaurantes dedicados a España, un centro comercial de siete pisos en el que se pueden encontrar marcas de diseñadores y tiendas exclusivas. Todo esto entre seis rascacielos con oficinas y residencias de lujo.
Pero esto es solo el principio, ya que Hudson Yards es la primera fase de un complejo cuyo costo de desarrollo se estima en US$25.000 millones y una vez terminado incluirá 15 edificios sobre una extensión de 28 acres.
La segunda fase, a la que se le llama Western Yard, incluirá una escuela y más espacios para tiendas, restaurantes de lujo, oficinas y residencias, de acuerdo con información del sitio oficial de Hudson Yards.
De momento, el espacio que ya ocupa el proyecto inmobiliario es mayor que el Rockefeller Center (de la década de los 30) y será dos veces mayor que el World Trade Center, desarrollo con el que han comparado a Hudson Yards por considerarse la última construcción a gran escala que se hizo en Nueva York.
Entre los elementos que más han llamado la atención del nuevo vecindario, está el Vessel, una instalación de arte que se asemeja a un panal gigante y a la que algunos se refieren como "una escalera a ningún lado" o como un "cesto", cuyo único propósito parece consistir en ser un espacio para fotos. El nombre es temporal.
De hecho, desde su inauguración ya se pueden ver en Instagram las fotos de miles de usuarios en la intrincada estructura que recuerda a una imagen en 3D de M.C. Escher.
Otro elemento que destaca es el centro cultural llamado Shed, el único edificio que construyó la alcaldía de la ciudad de Nueva York y que se usará para instalaciones de arte, conciertos, convenciones y eventos culturales.
De estadio a vecindario de lujo
Antes de convertirse en el nuevo vecindario exclusivo, el espacio que ahora ocupaHudson Yards se iba a usar para la construcción de un estadio. Esto fue ante la expectativa de que la ciudad fuera anfitriona de los Juegos Olímpicos de 2012.
Pero ante el fracaso de la candidatura —ya que Londres ganó como sede— la pregunta quedó en el aire ¿qué hacer con el último gran espacio sin desarrollarse en Manhattan?
La solución surgió cuandoRelated Companies y Oxford Properties Group —las compañías constructoras de Hudson Yards— recibieron de la ciudad y el estado exenciones tributarias para el desarrollo del ambicioso proyecto.
Otro factor fundamental para su realización fue la inversión de miles de millones por parte del gobierno para la extensión de la línea siete del metro y la mejora en la infraestructura de los parques que le rodean.
De acuerdo con información del departamento de economía de The New School for Social Research, la ciudad terminó invirtiendo US$5,6 millones de dinero público —esto incluye la extensión del metro y exenciones de impuestos—.
Estas inversiones se hicieron bajo la premisa de que la construcción de Hudson Yards beneficiaría a los ciudadanos al generar miles puestos de trabajos.
Sin embargo, los detractores del proyecto señalan que el desarrollo inmobiliario solo beneficia a un grupo minoritario y que hubiera tenido más sentido construir viviendas asequibles.
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