Tras mudarse a Pekín, la escritora Mithila Phadke descubrió la prevalencia del uso de números en la vida cotidiana.
Como alguien nuevo en Pekín, había ciertas cosas para las cuales mi cerebro intentaba hacer espacio rápidamente: el momento exacto en el que necesitaba salir de casa para evitar ser aplastada por la masa que llenaba el metro en hora punta; la ubicación de los mejores lugares para comer mala xiang guo (una versión sofrita del estofado); nunca tirar el papel higiénico en la taza del baño; y nunca jamás intentar comer el "dumpling" (masa rellena) de una sopa poniéndolo directamente en la boca (¡hay que pincharlo y sorberlo, gente!).
Sin embargo, había una tarea que parecía imposible: recordar mi número de QQ, una serie de dígitos asignados al azar que servían como identificación de usuario en el servicio de mensajería de QQ que usaba nuestra oficina, así como muchos otros en China.
Como la única empleada extranjera en mi departamento, también fui claramente la única con este problema.
Mis compañeros de trabajo chinos no tuvieron dificultad para recordar sus propias identificaciones de 10 dígitos o, en algunos casos, de nueve dígitos. Nadie más sintió la necesidad de correr hacia su computadora como una imbécil para verificar ese número cada vez que alguien se lo pedía.
Si no se han dado cuenta, esa idiota era/soy yo. Desde aquel día, hace dos años, cuando un colega me ayudó a configurarlo, nunca he cerrado la sesión de mi cuenta de QQ porque me preocupa no ser capaz de iniciarla de nuevo. Si me preguntan cuál era mi número de identificación de QQ, después de llevar más de 104 semanas viviendo en China y usando este servicio de mensajería, no sabría decirlo.
Una vez le pregunté al chico británico que trabajaba en la oficina de al lado si recordaba el suyo. Su respuesta fue negativa. Tampoco podían hacerlo mis dos amigos estadounidenses. "¿Qué significan esos números?", nos quejábamos entre nosotros. "¡No hay ningún tipo de orden en ellos! ¿Por qué no usan letras?".
Ninguno de los lugareños a quienes habíamos preguntado parecía ver algo inusual en el hecho de tener que recordar no solo las cadenas largas de dígitos QQ, sino también otros conjuntos de números en otras áreas de su vida cotidiana. Aparecían en direcciones de sitios web. Eran parte de la jerga de internet.
Ciertos números eran importantes por creencias culturales: algunos eran auspiciosos; otros debían ser evitados a toda costa.
Una vez que empecé a indagar, parecía que vivir en China significaba ser bombardeado constantemente por números, mucho más que en otros países y culturas. Y ninguno de mis compañeros de trabajo o amigos chinos estaban muy seguros de por qué.
"He oído que las tarifas de los trenes en el sitio web de CTrip son un poco altas", me dijo Panbi, mi compañera de habitación de Sichuan, cuando me mudé aquí por primera vez, mientras discutíamos mis planes de viaje para el Año Nuevo Chino. "¿Por qué no intentas 12306?"
"Um. ¿Ese es el número de la línea de ayuda?", le pregunté añadiendo que no estaba segura de que tener el dominio necesario del mandarín para resolver la gestión por teléfono. Resulta que no era una línea de ayuda. 12306.cn es el sitio web oficial y la aplicación de China Rail, la compañía estatal de ferrocarriles. Ya sabes, al igual que los sitios web de servicios de correo electrónico 163.com y 126.com.
El menor esfuerzo
Al tratar de averiguar exactamente por qué todos ellos fueron nombrados de esa manera, encontré la publicación de un usuario muy desconcertado (no chino) en el foro de una compañía de software. "¿Son 126.com y 163.com direcciones de correo electrónico falsas?", preguntaba, con cierta preocupación.
"He encontrado varias direcciones de correo electrónico de nuestros miembros con estos dominios. Por lo que he podido descubrir a través de una investigación limitada, estos dominios podrían ser falsos". Otros usuarios aclararon rápidamente que eran direcciones legítimas. Sin embargo, nadie explicó por qué.
O, mejor dicho, casi nadie. Resulta que la razón para ello era probablemente la misma que estaba detrás de cada una de mis opciones de vida: implicaba el menor esfuerzo.
Como me dijo por correo electrónico Frankie Huang, una escritora y estratega que reside en Shangai, los números son mucho más fáciles de usar para escribir cuestiones de este tipo -como los nombres de sitios web-, en comparación con el pinyin, el sistema romanizado para caracteres chinos.
"No todos en China tienen un dominio perfecto de pinyin. Si los sitios web tienen nombres de pinyin, podría ser difícil para algunas personas averiguar qué letras escribir", dijo. Una serie de números es más fácil de memorizar que las palabras de un idioma extranjero.
Además, como cada número implica apretar solamente una sola tecla, se puede escribir mucho más rápido. "Esta fue una ventaja particular cuando los teléfonos tenían teclados reales y tenías que presionar las teclas numéricas varias veces para marcar las letras", agregó Huang. "Nadie tiene tiempo para eso."
Mercadeo
A diferencia de los ID de QQ, los dígitos en el nombre de un sitio web generalmente no son aleatorios, explica Christopher Beam en un ensayo en New Republic.
Por ejemplo, 163.com es la dirección del sitio web de la compañía de internet china NetEase. Tiene su origen en los días cuando el acceso a la web era por vía telefónica y los clientes tenían que marcar 163 para conectarse. "Las compañías telefónicas China Telecom y China Unicom simplemente reasignaron sus conocidos números de servicio al cliente como nombres de dominio, 10086.cn y 10010.cn, respectivamente".
Aquí también entran en juego las palabras homófonas. Aunque '1' se dice "yi" en mandarín, cuando se pronuncia como parte de una serie de números, se convierte en yao. Así, por ejemplo, entre las diversas plataformas del conglomerado de comercio electrónico Alibaba se encuentra 1688.com, con los números pronunciados como 'yao-lio-ba-ba' en mandarín. ¿Se dan cuenta?
Algunos, como McDonald's (traducidos fonéticamente al mandarín como "Maidanglao", hasta que la compañía cambió su nombre en 2017 ) decidieron ser más creativos. Por ejemplo, se puede ordenar un McMuffin en línea escribiendo 4008-517-517.cn porque "517" en mandarín es "wu yao qi". Casi como "wo yao chuh" o "Quiero comer" ("chuh" es la ortografía fonética más cercana para "chi", la palabra real para "comer").
El sitio web 51job.com suena muy parecido a "quiero un trabajo", y el "6" en la dirección del sitio de transmisión de video 6.cn es un casi homófono para "transmitir", escribe Beam. Todos los dígitos chinos son monosilábicos, lo que los hace más fáciles de recordar como sonidos o una canción corta y pegadiza.
Si bien esta fascinación de la sociedad china con los números realmente se hace evidente una vez que ha vivido en ese país durante bastante tiempo, a menudo es algo que los turistas también pueden notar.
Superstición y censura
La primera vez que me topé con esta peculiaridad cultural fue hace años, en mi primer viaje aquí.
Estaba en la ciudad de Taizhóu, pasando unos días con mi papá. Él trabajaba allí, volando entre Taizhóu y Bombay cada dos meses. Yendo hacia su apartamento, noté que el panel del ascensor no tenía un cuarto piso. Había 1, había 2 y luego 3A y 3B. Meses más tarde, cuando me mudé a China, seguí encontrando ascensores que también se saltaban el piso 4.
Eso obedece a que la pronunciación de la palabra "cuatro" en mandarín suena inquietantemente parecida a la palabra "muerte". Lo cual, en el caso de los chinos más ortodoxos, requería eliminar el número por completo.
Un compañero de trabajo me sugirió gentilmente que retirara uno de los cuatro posavasos pintados a mano que había traído de la India para mi jefa antes de presentárselos.
Mi agente de bienes raíces me informó, de forma estrictamente off the record, que a menudo los apartamentos numerados 4 o 44 suelen alquilarse a extranjeros. "Muchas veces, los chinos del lugar no quieren vivir allí", dijo, instantáneamente haciéndome recordar la casa 44 dentro de Qianmachang Hutong en Pekín, donde había vivido mi exnovio estadounidense.
Huang dice que su edificio de apartamentos en Shanghai es "un ejemplo extremo de superstición numérica".
Se lo atribuye no solo a la china, sino también a la numerología occidental. Además de dejar de lado los pisos 4, 14, 24 y 34, también se eliminó el 13. "Una vez, estaba mirando nuestro edificio desde el exterior con mi esposo y tratamos de averiguar cuál era nuestro piso contando", recordó Huang. "(Luego nos dimos cuenta) de que los números de piso no tienen sentido, ya que todos están equivocados". 13, en realidad, era 14; mientras que el 23 era el 20.
El número 8, por otra parte, es el más afortunado, ya que suena como la palabra mandarín para la prosperidad. Las matrículas de los automóviles con múltiples 8 probablemente hayan sido compradas por una fortuna por sus dueños. Y si obtiene un 888 en su número de teléfono, es probable que pueda venderlo por un precio bastante bueno.
Los números también dan una sensación de solidez, algo evidente por la tendencia del gobierno a incorporarlos a las políticas oficiales.
Están los "Cuatro Integrales", una lista de cuatro objetivos políticos presentados por el presidente chino Xi Jinping, en un conmovedor intento de redimir el número 4, luego de que durante la Revolución Cultural el presidente Mao llamó a la destrucción de los "Cuatro Viejos": viejas ideas, vieja cultura, viejos hábitos y viejas costumbres.
Debido a que las políticas oficiales se mantienen separadas de la superstición cultural, es irrelevante cuán "afortunado" sea un número. El ex secretario general del Partido Comunista de China, Jiang Zemin, tenía la "Triple Representatividad". Y el predecesor de Xi, Hu Jintao, tenía la doctrina de los "Tres Supremos" y luego presentó los "Ocho honores y ocho vergüenzas".
Luego está el amplio y salvaje mundo de la jerga china en internet, donde los esfuerzos para esquivar a los censores (o simplemente a los padres entrometidos) se traducen en una gran popularidad para los números homófonos.
Así que 748 se usa para decirle a alguien que se vaya al infierno, 555 básicamente significa un emoji que llora, 233 significa que te estás riendo y 520 es "te amo". Y si realmente quisieras poner algo que vaya más allá tienes 2010000, que significa "te quiero por 10.000 años". ¿Qué les parece eso para su hashtag de Instagram del día de San Valentín?
Lee la versión original en inglés.
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