jueves, 19 de septiembre de 2019

Mentiras de mayordomo: así son los seis embustes más comunes para ligar en Tinder

tinder


Y no, no son para parecer más guapos o quitarse años. Científicos de Estados Unidos han descubierto que existe un tipo de engaño característico de las plataformas de ligue


Plataformas como Tinder han propiciado una nueva forma de ligar. En teoría, es especialmente atractiva para personas que, por diversas razones, no frecuentan los escenarios tradicionales del cortejo y prefieren ejercitarlo al amparo de la tranquilidad —y discreción— de la pantalla de sus móviles. Pero también han traído consigo una curiosa dicotomía. En el intercambio de mensajes preliminar, cuando la relación virtual es incipiente, ¿hasta qué punto hay que mentir, para parecer más atractivo, y hasta qué punto hay que decir la verdad, si lo que se busca es una persona afín? David Markowitz, profesor de la Escuela de Periodismo y Comunicación de la Universidad de Oregón, en Estados Unidos (EE UU), y su colega Jeffrey Hancock, de la de Stanford (EE UU), se hicieron esta pregunta en 2018, y llevaron a cabo un estudio para hallar la respuesta.
Los investigadores han analizado el grado de honestidad y los tipos de mentiras más habituales vertidas por los usuarios en los primeros intercambios de mensajes (lo que ellos denominan "fase de descubrimiento"). Para ello, analizaron los chats de 110 personas que usan estos canales de citas. El resultado, publicado en la revista Journal of Communication es bastante sorprendente, por cuanto revela que existe un tipo de mentira característico de estas plataformas.
Evidentemente, en el ligoteo por el método tradicional también se puede mentir. De hecho, más impunemente: los embustes en el cara a cara se los lleva el viento, mientras que los que se sueltan en Tinder quedan por escrito y se pueden revisar. Por eso en el ámbito online se dan sobre todo lo que Markowitz y Hancock llaman "mentiras de mayordomo" (butler lies, en inglés). Más que falsedades son imprecisiones deliberadas, equívocos difícilmente constatables, que no nos comprometen ni cierran puertas. "La tecnología facilita las mentiras de mayordomo porque el móvil ofrece ambigüedad sobre dónde se halla esa persona o qué está haciendo en ese momento. Esas vaguedades conducen a un tipo de mentira que es más raro que se dé offline", describe David Markowitz, quien nos explica el porqué del término elegido: "Un mayordomo podía decir: 'El señor no está en casa', y si era mentira, el visitante nunca lo sabría. La tecnología ahora tiene funciones similares".
Esas mentiras se emplean con dos finalidades. La primera es fortalecer la conexión con la otra persona haciéndole creer que compartimos sus gustos. Un ejemplo: afirmar que nos gusta Coldplay solo porque ha dicho que le gusta Coldplay. Son las "mentiras de presentación". La segunda, controlar el timing de las citas: posponerlas, espaciarlas o cancelarlas con excusas creíbles que no impliquen dar calabazas. En esta categoría entrarían declaraciones como: "Mañana no puedo quedar porque tengo que llevar a mi madre al médico". Incluso aunque esa relación prosperase, la otra parte nunca sabría si ese día tuvimos que llevar o no a nuestra madre al médico. Son las "mentiras de disponibilidad".
El estudio, además, identifica algunas de las mentiras más comunes en estos canales, cuyos prototipos podrían ser:

'Mi hermana me ha llamado y viene a mi casa a cenar'

La clásica "mentira de disponibilidad". Es una excusa recogida en el trabajo de Markowitz y Hancock; el participante que la usó reconoció que era falsa. El mensaje continuaba: "Podemos posponerlo, si quieres. Te pido disculpas", de lo que los investigadores desprenden que "el emisor quiere evitar encontrarse con su cita pero, al mismo tiempo, preservar la relación". La catalogan como "extremadamente falaz".

'También me encantan los perros'

Con frecuencia, las declaraciones engañosas tienen por objeto parecer un buen partido al otro usuario. Como este había escrito previamente que era amante de los perros, el participante contraatacó con una improvisada admiración por los canes… completamente fraudulenta: admitió a los investigadores que no le gustan los perros y que, de hecho, le dan alergia.

'Podría pasarme horas viendo esa serie del tirón'

La misma estrategia, con distinto contenido. Aquí el participante intenta mostrar un interés común, a fin de "proporcionar la base para futuras comunicaciones y parecer más atractivo".

'Ojalá pudiera ir'

Muchas personas también usan esta clase de mentiras para ocultar sus creencias o sus estados emocionales. Un usuario explicó a los investigadores que recurrió a ella simplemente porque no le apetecía quedar; de modo que optó por enunciar precisamente lo contrario, con una técnica que le permitía, además, eludir el encuentro sin dar explicaciones. Para los autores del estudio, es una mentira con cierta calidad "social": salva la cara del comunicante y da pie a un próximo encuentro.

'No puedo escribirte porque se me ha estropeado el móvil'

El pretexto de la tecnología exime de culpa al usuario, quien supuestamente no puede proseguir con la comunicación por causas ajenas a su voluntad. El autor de este mensaje confesó en el estudio que su móvil funcionaba perfectamente; sentía, en cambio, que le estaban "acosando" demasiados pretendientes. "Estos datos sugieren —dice Markowitz— que los medios móviles pueden actuar como un búfer para retrasar la comunicación".

'Esta noche mejor que no. He tenido un día horrible y estoy agotado'

Echarle la culpa al trabajo es una disculpa muy interesante, porque al decir que la larga jornada nos ha dejado exhaustos parece incluso que lo hacemos por deferencia al otro usuario, quien seguramente preferirá vernos en plenitud de facultades. Al mismo tiempo, quedamos como personas responsables y trabajadoras.

Una estrategia arriesgada que adoptan hombres y mujeres

Según Markowitz, hombres y mujeres mienten por igual en las aplicaciones de citas. Pese a todo, advierten los investigadores, la interacción en estas plataformas es, por lo general, honesta. Solo un 7% de los mensajes analizados eran falsos. En opinión de Markowitz, esto tiene sentido: "El objetivo principal de las citas online —dice— es encontrar a alguien con quien salir y presumiblemente pasar con él el resto de tu vida. Las personas reconocen que el engaño, hasta cierto punto, puede socavar este objetivo, especialmente si las mentiras son ofensivas o arriesgadas".
Markowitz añade que "un poco de engaño probablemente pasará desapercibido o no terminará una relación, pero las grandes mentiras (si se detectan) lo harán". De ahí que, según descubrió la pareja de investigadores, las personas que buscan una relación de una noche mientan más que aquellas que anhelan encontrar a un compañero o compañera.

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