Mina de tierras raras en California, EEUU. (Reuters)
La UE y EEUU carecen de una estrategia compartida para hacer frente a la coerción económica china que afecta a las materias primas más importantes y sus cadenas de suministro
La Unión Europea y Estados Unidos dependen peligrosamente de China para obtener muchas materias primas fundamentales para sus transiciones ecológica y digital. Aunque han empezado a prestar más atención al reto de reducir esta dependencia, siguen siendo vulnerables a la coacción económica china. El fallo más evidente de su actual estrategia para construir cadenas de suministro resistentes es la falta de una cooperación transatlántica adecuada.
Esta cooperación fue el núcleo de la respuesta occidental a la crisis del petróleo de 1973. Ese año, el inicio de la guerra del Yom Kippur llevó a un grupo de Estados árabes a imponer un embargo a las exportaciones de petróleo a los países que consideraban amigos de Israel, reduciendo el suministro mundial del producto en un 14% y triplicando su precio. Fue una llamada de atención para los países europeos, Estados Unidos y sus aliados. Respondieron reduciendo su dependencia colectiva del petróleo de Oriente Próximo y mejorando la resistencia de sus cadenas de suministro, aplicando estrategias basadas en la independencia energética nacional y la diversificación comercial, y estableciendo un marco de actuación para futuras interrupciones del suministro.
En la actualidad, China controla alrededor del 80% de la producción mundial de materiales de tierras raras, un grupo de minerales utilizados en vehículos eléctricos, turbinas eólicas, sistemas de armamento militar y otras tecnologías avanzadas. El país representa el 98% de las importaciones de tierras raras de la UE y el 80% de las de Estados Unidos. Pekín ha descrito las tierras raras como un "recurso estratégico", y en ocasiones ha utilizado sus exportaciones de estos materiales como arma comercial. En 2010, China cortó todas las exportaciones de tierras raras a Japón en respuesta a un incidente en aguas cercanas a las disputadas islas Senkaku/Diaoyu. Tras este caso de coacción económica, Japón redujo la cuota china de sus importaciones de tierras raras del 91,3% al 58% en menos de una década.
La UE y EEUU no respondieron de forma adecuada a un reto similar entre 2009 y 2011, cuando China impuso estrictas cuotas de exportación de tierras raras, que son fundamentales para la competitividad industrial y las transformaciones ecológica y digital de los países occidentales. Esto hizo que los precios de las tierras raras aumentaran más de un 700%. El sistema de cuotas de exportación de China terminó en 2015 (tras una serie de disputas en la Organización Mundial del Comercio). Pero, a pesar de ver el enorme poder de China en el mercado, ni la UE ni EEUU redujeron su dependencia de las tierras raras chinas en este periodo.
No obstante, en una actualización de la estrategia industrial de la UE de mayo de 2021, la Comisión Europea publicó un documento sobre dependencias y capacidades estratégicas que identifica 30 materias primas críticas para las que el bloque es altamente dependiente de las importaciones de terceros países. Al mes siguiente, la Casa Blanca publicó un informe comparable sobre la construcción de cadenas de suministro resistentes, que identifica las mismas dependencias estratégicas, dedicando una sección entera a 35 minerales críticos. Ambos informes trazan un mapa de las cadenas de suministro, realizan evaluaciones de riesgo de estas dependencias y esbozan enfoques similares para reducir el riesgo de coerción económica y construir una mayor resistencia de la cadena de suministro impulsando la oferta nacional y la investigación y el desarrollo.
De hecho, el aumento de la oferta interna ha sido el eje de los esfuerzos de la UE y de Estados Unidos para contrarrestar la coacción económica. La Comisión Europea está trabajando con los Estados miembros de la UE para identificar proyectos de minería y procesamiento en Europa que podrían entrar en funcionamiento en 2025. La UE también ha puesto en marcha la Alianza Europea de Materias Primas para identificar obstáculos, oportunidades e inversiones en este ámbito. Y EEUU ha desarrollado la Evaluación de Materiales Estratégicos y Topografía de Riesgos, una herramienta digital para rastrear las instalaciones nacionales que actualmente producen o podrían producir materiales de importancia estratégica. Ambas potencias quieren invertir en una mayor cartografía geológica -para conocer mejor su potencial capacidad de producción nacional- y adoptar políticas de reciclaje de materiales críticos. En la UE, Horizonte Europa apoya la investigación y la innovación sobre nuevas tecnologías de extracción y procesamiento, sustitución y reciclaje. Siguiendo un enfoque similar al de la investigación y el desarrollo, el informe de EEUU habla de subvenciones, préstamos, garantías de préstamos y otros incentivos económicos para desarrollar la capacidad industrial, subvencionar los mercados y adquirir materiales.
Ambas estrategias exigen una mayor cooperación internacional, pero los compromisos que las acompañan son poco ambiciosos y no se cumplen. Aunque hay muy pocos proveedores de materias primas críticas que no sean chinos, y aunque es probable que se produzca una interrupción importante en el suministro de estas materias, la UE y EEUU siguen careciendo de una estrategia común de diversificación y de un enfoque compartido para responder a una crisis. La falta de un marco común no solo genera ineficiencias, sino que podría aumentar la competencia transatlántica durante las interrupciones graves de la cadena de suministros.
Si la UE y EEUU quieren reducir su vulnerabilidad al uso de tierras raras por parte de China con fines de coerción económica, y responder eficazmente a las crisis de suministro, tendrán que mejorar la resistencia de sus cadenas de suministro de materias primas críticas. Su Consejo de Comercio y Tecnología -que se reunió por primera vez en Pittsburgh el 29 de septiembre de 2021, y que incluye un grupo de trabajo sobre cadenas de suministro- es el marco perfecto para abordar el reto.
Hay tres elementos principales para ello. En primer lugar, la UE y EEUU deberían cooperar para mejorar su independencia y aumentar la producción nacional a través de una agenda conjunta de investigación y desarrollo, que abarque el reciclaje, los esfuerzos para anticiparse a los cambios en la oferta y la demanda, la cartografía geológica y las normas de sostenibilidad. En segundo lugar, deben trazar un enfoque común de diversificación y una estrategia que establezca sus prioridades de inversión internacional, las normas de extracción y los posibles escenarios para proyectos conjuntos, así como los métodos para reducir el riesgo de las inversiones privadas. En tercer lugar, la UE y EEUU deben comprometerse a establecer un marco para ajustar las cadenas de suministro o aumentar la producción nacional cuando China interrumpa el suministro con alguno de ellos. Este marco debería establecer formas eficaces de crear reservas estratégicas de materias primas críticas.
Hace 48 años, un embargo de petróleo cambió radicalmente la visión de los Estados occidentales sobre la geopolítica de las materias primas. Ello les obligó a plantear soluciones creativas y valientes a los problemas de sus cadenas de suministro. Hoy, la UE y Estados Unidos deben aprender de esta experiencia y desarrollar una ambiciosa agenda de diversificación y cooperación en el marco del Consejo de Comercio y Tecnología. Solo así podrán hacer frente a sus vulnerabilidades, aumentar su capacidad de respuesta a las crisis y reducir el riesgo que perturbaciones exógenas provoquen una competencia transatlántica.
*Análisis publicado en el European Council on Foreign Relations por Pau Ruiz Guix y titulado 'Critical mass: Raw materials, economic coercion, and transatlantic cooperation'
Por
Pau Ruiz Guix*
18/12/2021 - 05:00
¿Y si faltan materias primas? Una historia de coerción china y cooperación transatlántica (elconfidencial.com)
www.elconfidencial.com/mundo/2021-12-18/cadena-suministros-china-materia-prima-ue-eeuu_3343414/