viernes, 15 de agosto de 2025

¿Y si el objeto interestelar 3I/ATLAS es un test de Turing de una inteligencia superior?



(Inteligencia artificial -Max Barry/Nation States)



La trayectoria anómala del 3I/ATLAS y su velocidad lo alejan de ser un cometa al uso y pueden indicar un posible origen tecnológico. ¿Será la manera en la que una civilización interestelar testa nuestra inteligencia?



En 1949, Alan Turing concibió el juego de la imitación, una prueba de la capacidad de una máquina para mostrar inteligencia artificial equivalente a la de un ser humano. En la correspondiente Prueba de Turing, un humano interroga a un sujeto mediante una serie de preguntas y respuestas. Si el evaluador no puede distinguir una máquina de un humano, se concluye que la inteligencia artificial de la máquina ha superado la Prueba de Turing.

Se me ocurrió que un objeto interestelar con propiedades anómalas, como 3I/ATLAS, podría ser la Prueba de Turing de la inteligencia natural de la humanidad por parte de alguna inteligencia alienígena superior. Es bien conocido por cualquier viajero interestelar que hay abundantes rocas heladas en los sistemas planetarios. Estas constituyen los bloques de construcción sobrantes del proceso de formación de los planetas. Por esa razón, un alienígena podría suponer que cualquier observador inteligente en la Tierra debe estar familiarizado con las rocas espaciales, ya que impactan la Tierra con regularidad. No tan deprisa.

El físico alemán Ernst Florens Chladni fue el primero en publicar en 1794 la idea de que los meteoritos podrían ser rocas que no se originaron en la Tierra, sino en el espacio exterior. Recopiló todos los datos disponibles sobre varios meteoritos y concluyó que debían tener sus orígenes en el espacio. La comunidad científica de la época respondió con resistencia y burla. Pasó casi una década antes de que se alcanzase una aceptación general del origen de los meteoritos desde el espacio, principalmente después de que el científico francés Jean-Baptiste Biot recogiese datos y testimonios sobre la caída de miles de meteoritos en 1803 desde los cielos de L'Aigle, Francia.

Aunque inicialmente fue ridiculizada como disparatada por la comunidad científica, la noción de que existen rocas en el espacio exterior fue finalmente aceptada como verdadera. Este cambio de mentalidad es una marca de inteligencia. La ciencia es un trabajo en progreso mientras aprendemos de nuevos datos anómalos.

Avancemos hasta el 1 de julio de 2025, cuando fue descubierto el objeto interestelar 3I/ATLAS. El objeto fue inmediatamente declarado por la comunidad científica como una roca helada, un cometa. Esto es lo que generaciones de expertos en cometas aceptaron como su paradigma después de 1803. Pero seguramente también deben ser conscientes de otros desarrollos desde 1803. En 1957, el primer objeto artificial, Sputnik-1, fue lanzado, seguido por numerosos objetos tecnológicos que se unieron a la población de rocas en el espacio exterior.

Sin un análisis detallado, distinguir un objeto espacial tecnológico de una roca natural es complicado. Por ejemplo, el telescopio Pan STARRS en Hawái descubrió en 2020 un objeto etiquetado como 2020 SO que fue empujado por la presión de la radiación solar y fue posteriormente identificado como una etapa superior Centaur de un lanzamiento de la NASA en 1966 de la nave espacial Surveyor 2. De manera similar, el 2 de enero de 2025, el Centro de Planetas Menores anunció un asteroide cercano a la Tierra que fue posteriormente identificado como el coche Tesla Roadster lanzado en 2018 por SpaceX a una órbita elíptica alrededor del Sol. Este objeto cercano a la Tierra no era una roca, sino un coche. ¿Eso encendió la alarma de que los expertos en cometas y asteroides podrían confundir objetos tecnológicos interestelares con rocas? En absoluto.

Pan STARRS también descubrió el objeto interestelar anómalo, 1I/`Oumuamua, que exhibió aceleración no gravitacional que declina con el cuadrado de la distancia heliocéntrica —como si fuese empujado por la presión de la radiación solar, sin mostrar evidencia alguna de evaporación cometaria. Cuando propuse que podría ser de origen tecnológico, igual que 2020 SO, esta noción fue ridiculizada por los expertos en cometas, en un eco histórico del escrutinio de Chladni.

Esto nos lleva al último objeto interestelar, 3I/ATLAS. La imagen del Telescopio Espacial Hubble de 3I/ATLAS muestra un resplandor delante del objeto, pero no una cola cometaria prominente detrás de él, como es el caso de los cometas comunes. Las mediciones espectroscópicas no muestran evidencia de gas molecular o atómico que acompañe el resplandor alrededor de 3I/ATLAS, como es el caso de la mayoría de los cometas (véanse los informes aquí, aquí y aquí, así como la discusión sobre el hielo de agua aquí). Con el albedo típico del 5% para un asteroide, el diámetro de 3I/ATLAS necesita ser de 20 kilómetros para dar cuenta de su brillo. Pero como se argumenta en mi primer artículo sobre él, el reservorio de material rocoso en el espacio interestelar muestra que solo puede vemos una roca de 20 kilómetros una vez cada 10.000 años.

La posibilidad alternativa de que 3I/ATLAS sea un objeto tecnológico que se dirige al sistema solar interior explica su trayectoria retrógrada alineada con el plano eclíptico de los planetas alrededor del Sol (probabilidad del 0,2%), y su momento de llegada perfectamente ajustado a un encuentro cercano con Marte, Venus y Júpiter (con una probabilidad del 0,0005%, como se discute aquí). Como expliqué en un ensayo reciente, la columna de polvo compacta que precede a 3I/ATLAS puede ser suministrada durante seis meses por una capa de un milímetro de grosor de un objeto de 20 kilómetros. Tal capa fina podría haber sido suciedad que se acumuló en la superficie sólida de 3I/ATLAS después de que fuese bombardeado por gas y polvo interestelar durante su viaje interestelar.

¿Podría 3I/ATLAS ser la Prueba de Turing de la inteligencia humana por parte de una Inteligencia alienígena superior?

Con eso quiero decir que una inteligencia alienígena envió un objeto anómalo hacia el sistema solar interior para probar el nivel de inteligencia humana. Si los expertos terrestres en cometas insisten en que un origen tecnológico de 3I/ATLAS es "disparate sobre zancos, y es un insulto al emocionante trabajo en curso para entender este objeto," como argumentó el profesor Chris Lintott de la Universidad de Oxford el mes pasado, entonces los evaluadores pueden concluir justificadamente que los humanos fallaron la prueba y no merecen un estatus alto en la clase de civilizaciones inteligentes dentro de la galaxia Vía Láctea.

Como sugerí en un ensayo reciente, una manera de averiguar si 3I/ATLAS es tecnológico sería enviarle un mensaje. Cuando un periodista me preguntó ayer qué mensaje deberíamos enviar a 3I/ATLAS en caso de que albergue inteligencia, sugerí: "¡Hola, bienvenido a nuestro vecindario. ¡Paz!" A la BBC le encantó esta respuesta y me llamó para una entrevista de seguimiento.

El 3I/ATLAS es una cita a ciegas de proporciones interestelares. Como optimista, prefiero aproximarme a él con una mentalidad positiva. Cómo seguiríamos el saludo inicial con inteligencia alienígena dependería de los datos que recojamos. Después de confirmar que un objeto interestelar es definitivamente tecnológico y, por tanto, se clasifica con `10' en la escala de Loeb, una organización internacional de políticos necesitará decidir cómo manejar la situación.

El reto se asemeja a cómo una familia elige dar una respuesta adecuada a un visitante que apareció sin avisar en el patio trasero. La respuesta debe ser pronta si el visitante se aproxima a la puerta principal.

¿Sería un encuentro alienígena hostil o amistoso? Es difícil saberlo, ya que las incertidumbres son mayores que con otros riesgos existenciales, como la inteligencia artificial, el cambio climático global o el impacto de asteroides. Esperemos que la humanidad aprenda a evolucionar a un nivel superior de inteligencia siguiendo sus Pruebas de Turing interestelares.