Trabajo, niños, tareas domésticas... Si algo define a las mujeres es su capacidad para atender varias tareas al mismo tiempo. La afirmación podría ser tachada de sexista si no estuviera corroborada por la ciencia. Sí, ellas tienen un cerebro más activo, preparado para un rendimiento alto, aunque eso suponga serios riesgos para la salud.
Esa es la conclusión de uno de los mayores estudios realizados para determinar las diferencias de funcionamiento neurológico entre hombres y mujeres. Lo han llevado a cabo investigadores de la Universidad de Nueva York en colaboración con una red de clínicas que ha aportado más de 46.000 tomografías cerebrales. A través de ellas se pueden apreciar las zonas que se activan en la realización de distintas tareas.
De esa forma se ha averiguado que los cerebros femeninos tienen un mayor flujo sanguíneo en dos áreas significativas: la corteza prefrontal y el sistema límbico. La primera está involucrada en la toma de decisiones, la resolución de problemas o la planificación de comportamientos cognitivamente complejos. La segunda se relaciona con aspectos emocionales.
Si esas áreas reciben más sangre es porque necesitan más oxígeno (más energía) debido a que su trabajo es mayor. Por tanto, la investigación plantea que las mujeres tendrían un mayor potencial para organizar su entorno, o dicho de otro modo, tienen la capacidad de ser más productivas y resolutivas, además de más empáticas e intuitivas.
Vulnerables a las emociones
El inconveniente es que, al mismo tiempo, se verían más vulnerables a los problemas emocionales. El mayor flujo sanguíneo en áreas límbicas podría explicar por qué ellas, estadísticamente, doblan el riesgo de sufrir problemas de ansiedad, depresión, alzheimer y trastornos relacionados con la alimentación o el insomnio.
El mismo estudio también parece arrojar luz sobre los mecanismos biológicos que influyen en el comportamiento masculino. Las áreas de su cerebro que reciben más sangre son el centro visual (reconocimiento y atención) y el de la coordinación (habilidades físicas). Eso podría aclarar la razón de que ellos presenten tasas más altas de trastorno de déficit de atención e hiperactividad, o problemas vinculados a la conducta.
Sin embargo, la biología no suele ofrecer respuestas definitivas a la psicología. El cerebro es demasiado complejo para determinar causas únicas y la influencia del estilo de vida y el entorno añaden una infinidad de variables. Pero lo que ya nadie puede dudar es que la naturaleza abre una distancia entre hombres y mujeres que las leyes y las costumbres, en muchos casos, deben corregir.
HUGO DE LUCAS
28 ABR. 2018 23:33
http://www.elmundo.es/yodona/lifestyle/2018/04/28/5ae2f4dd268e3e246d8b4761.html
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