'Ligth', détox, adelgazante, saludable... son etiquetas que cada vez acompañan a más alimentos, pero detrás de ellas suele esconderse una realidad muy diferente a sus supuestos beneficios e incluso son productos que pueden hacernos engordar. Como afirma Susana Monereo, directora de la Unidad de Endocrinología y Nutrición de Vithas Internacional, más del 70% de las personas o están a dieta, o lo van a estar, o están cuidando su alimentación para no engordar, tengan o no sobrepeso.
"El hecho de añadir estas 'etiquetas saludables' a los alimentos hace que los consumamos en mayor medida pensando que se trata de un producto saludable, pero para cerciorarnos la clave está en saber leer el etiquetado correctamente", asegura
Este tipo de productos, al creer que no engordan, se consumen hasta un 30% más que si no tuvieran este tipo de 'coletilla saludable', lo que produce finalmente una ganancia de peso. Su fabricación, además, "suele implicar un procesamiento y refinamiento de los nutrientes y es frecuente añadir aditivos que mejoren su sabor", explica la especialista.
Por ejemplo, según la FDA (la agencia de Estados Unidos responsable de la regulación de alimentos y medicamentos), los alimentos etiquetados con el término 'bajo en grasas' sólo se puede declarar si ese producto contiene menos de 3 gramos de grasa por cada 100 gramos de producto. Para ser etiquetado como 'bajo en calorías', un alimento debe contener 40 calorías o menos por porción etiquetada. 'Fuente de fibra' quiere decir que ese producto contiene al menos 3 gramos de fibra por 100 gramos de producto y si en el producto pone 'fuente de proteína' quiere decir que al menos un 12% del valor energético del alimento proveniente de las proteínas.
Monereo incide también en el caso de los productos 'light', sin azúcar, que no tienen glucosa, "pero llevan endulzantes muy potentes que pueden tener efectos sobre el cerebro, incitando al consumo de más productos dulces", explica Monereo.
Con los llamados 'alimentos bajos en grasa', por ejemplo, algunos yogures, puede ocurrir que, aunque tengan menos grasas, "contengan gran cantidad de azúcares, de modo que ni adelgazan ni son más saludables".
Sobre los productos sin gluten, la especialista apunta que son aptos para intolerantes al gluten, pero no debe extenderse su consumo generalizado al resto de la población. "Aunque efectivamente no llevan gluten, incluyen otro tipo de carbohidratos refinados de alto índice glucémicos que nada tiene que ver con la etiqueta de saludable o adelgazante".
La recomendación, para evitar este tipo de situaciones, es "leer siempre bien el etiquetado y asegurarse de que no existen azúcares o grasas escondidas bajo otro tipo de nombres".
¿Edulcorantes artificiales o azúcar?
La idea de sustituir los azúcares añadidos por edulcorantes sin calorías podría convertirse en una estrategia para prevenir la obesidad, ya que reduciríamos la ingesta energética relacionada con estos carbohidratos. Sin embargo, numerosos estudios evidencian que no se consigue una bajada de peso.
"La explicación de por qué ocurre esto no está del todo clara, pero parece como si el cerebro fuera capaz de detectar la sustitución, de modo que el individuo compensa la ingesta con otros nutrientes. A nivel intestinal, además, parece ser que se detecta la diferencia, de modo que no se produce la misma saciedad que con los azúcares", explica la doctora.
Además, algunos alimentos calificados como 'sin azúcar' no lo son realmente, "por eso es tan importante saber leer el etiquetado correctamente para poder identificar azúcares con nombres raros que pueden aparecer disfrazados entre los edulcorantes".
EDURNE URRETA
4 JUN. 2018 15:38
http://www.elmundo.es/yodona/fitness/2018/06/04/5b07e6e0ca474115218b46b6.html
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