Londres y su distrito financiero. (Reuters)
Las "órdenes de riqueza inexplicables" (UWO) que han entrado en vigor en el Reino Unido están consiguiendo que el mercado inmobiliario en negro se dispare entre los millonarios
"Con el único propósito de proteger mi anonimato y seguridad". Así se defendió la actriz de la saga de 'Harry Potter', Emma Watson, cuando en 2016 su nombre apareció en la lista de los papeles de Panamá. Watson, que por ese entonces contaba 26 años, abrió una empresa 'offshore' en las Islas Vírgenes llamada Falling Leaves Limited para comprar una casa en Londres por valor de 2,8 millones de libras (3,5 millones de euros). "Emma no recibe absolutamente ningún beneficio fiscal o monetario de esta compañía 'offshore', solo privacidad", afirmaba su representante a la revista británica 'The Spectator'.
Desde hace unos años, Londres se ha convertido en la capital del lavado de dinero a través del sector inmobiliario. El secreto bancario ha sido durante mucho tiempo una de las principales prioridades para muchos compradores y vendedores multimillonarios como Watson. Sin embargo, se trata de un velo que cada vez es más difícil de mantener. La opacidad en las operaciones de compra de bienes inmuebles es uno de los frentes en los que el gobierno de Reino Unido, entre otros, están luchando para evitar precisamente la entrada de dinero negro en sus cuentas. En junio, Westminster comenzó a publicar una lista de propietarios de compañías que se estaban beneficiando de estas compras, en un movimiento estratégico para evitar que los envoltorios corporativos se utilicen para ocultar la propiedad real de los millonarios.
Ningún otro país tiene un sistema legal que proteja tanto al propietario. Mientras traiga dinero no se pregunta de dónde procede
Ningún otro país tiene un sistema legal que proteja tanto al propietario. Mientras traiga dinero no se pregunta de dónde procede
La pasión de los ricos por estas prácticas criminales ha llevado a poner de moda el término “cleptocracy” (cleptocracia) dentro de la sociedad londinense, hasta el punto de que se organizan rutas turísticas en autobús para visitar los barrios más caros de la metrópolis. El llamado “cleptotour” fue creado por el activista ruso Roman Borisovich, antiguo banquero de Wall Street y reconvertido en activista dedicado a investigar córmo el mercado inmobiliario londinense ha pasado a ser un mercado global de dinero negro. “Todo el que quiera invertir aquí es bienvenido”, alega en un reportaje publicado hace unos meses en este diario. “Mientras traiga dinero no se pregunta de dónde procede. Ningún otro país del mundo tiene un sistema legal que proteja más los derechos del propietario. Una vez que compres aquí es imposible que te echen”.
En mayo de este año, el Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de los Comunes denunció en un informe que la ciudad de Londres estaba siendo utilizada para esconder “bienes corruptos”, en su mayoría de oligarcas rusos, e incluso, aliados del presidente Vladimir Putin. Con el objetivo de descubrir estas operaciones fraudulentas de números astronómicos, en enero de este año la Agencia de Crimen Nacional de Reino Unido (NCA) impulsó las llamadas “órdenes de riqueza inexplicables” (UWO, por sus siglas en inglés), una nueva herramienta que las autoridades judiciales y las fuerzas de seguridad pueden utilizar para exponer la corrupción, la evasión de impuestos y otras actividades ilícitas, entre las que destaca el blanqueo de dinero.
El recelo de Harrods
Su nombre es Zamira Hajiyeva, tiene 53 años y está casada con Jahangir Hajiyev, exgerente del Banco Internacional de Azerbaiyán. Seguramente no te suene, pero este mes de noviembre su cara apareció en todos los telediarios y medios de comunicación por haber sido la primera persona a la que se le ha aplicado esta nueva normativa anticorrupción. ¿El motivo? Podría resumirse en un “piensa mal y acertarás”. Es decir, ¿quién es capaz de gastarse hasta 200.000 euros en un día en joyas, perfumes y bolsos? Sus movimientos bancarios resultaron tan sospechosos que en Harrods ya la miraban con recelo. Gracias a esta nueva legislación, las autoridades descubrieron e hicieron público que no solo realizó compras astronómicas puntuales, sino que también adquirió un apartamento en Knightsbridge por valor de 10 millones de euros y un campo de golf, tasado en 13 millones. Y todo ello gracias a las 35 tarjetas de crédito con las que realizó los pagos.
Y esto parece ser solo el principio. El gobierno calcula que hay otros 5.000 millones de euros ocultos en bienes e inmuebles. La UWO ha hecho disparar todas las alarmas entre el lujo londinense. “Los multimillonarios no quieren que todo el mundo sepa que están comprando algo por 40 millones de libras. Las personas que gastan tanto dinero son bien conscientes del poder de la opinión pública”, asegura Charles McDowell, un prestigioso consultor inmobiliario entrevistado por 'The Financial Times'. Todo esto lleva a hacer cobros a espaldas del mercado. Según McDowell, las ventas de propiedades en los Kensington Palace Gardens, una calle de alta seguridad muy cercana al hogar de los William y Harry, en los que el precio promedio de las viviendas es de 33 millones de libras (unos 37 millones de euros), se efectúan sin declarar.
Hay amistades de toda la vida que se han roto por la pugna por inmuebles en el mercado negro
Por ello, el secreto se ha convertido en algo mucho más valioso que el propio dinero para esta clase de personas multimillonarias. "Ahora, estamos haciendo un trato en la costa, el comprador no quiere ser conocido", narra Timothy Davis, un broker financiero veterano de Nueva York. "No es porque sean famosos, es que no quieren recibir un pago de 20 millones de dólares por casa. Estamos viviendo un momento sensible en cuanto al conocimiento del nivel económico de estas personas. Simplemente, no quieres ser esa clase de tipo". Y más con el inexorable crecimiento de la brecha de la riqueza y el auge del populismo. Cualquier día uno de ellos puede ser el nuevo caso Hajiyeva y ser investigados o perseguidos por blanqueo de dinero.
Máxima competitividad
La venta de propiedades inmobiliarias a espaldas del mercado es la única forma en que este tipo de tratos pueden realizarse, con la entrada en vigor de la UWO. Hasta el punto de que se ha convertido en una vía con más nivel de competencia que la legal. “Hay historias de amistades de toda la vida que se han roto por la pugna por casas”, admite Roarie Scarsibrick, socia de la agencia de compras Property Vision. “Es ridículamente competitivo. Además, este tipo de operaciones en negro favorecen mucho más a los vendedores frente a los compradores: además de conseguir privacidad, los corredores pueden optar también por ocultar la fluctuación de precios y las comparaciones”.
“Los ricos han comprobado que las mejores casas ya no están dentro del mercado, sino fuera de él”, prosigue Scarsbrick. “Los acuerdos en negro son un síntoma de un mercado alcista. Mi consejo para los compradores en estas condiciones es simplemente esperar y tener paciencia. Puede parecer efectivo y privado, pero no es para nada una forma barata porque el vendedor tiene las tarjetas y el respaldo del mercado abierto si no haces o cumples lo que él quiere”.
E. ZAMORANO 03/12/2018
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