La colocación de los alimentos en el supermercado es decisiva (Reuters/Valentin Flauraud)
Un estudio en Inglaterra revela que los clientes compran un 20 por ciento menos de dulces, chocolatinas y patatas en los supermercados que no los colocan junto a las cajas de salida
Seis de las nueve cadenas de supermercados más grandes de Inglaterra eliminaron hace un año la venta de chocolatinas, patatas fritas y snacks variados en la línea de cajas, el lugar en el que muchos picamos cuando esperamos a pagar la compra. Ahora, un año más tarde, un estudio demuestra que ese método ha funcionado, ayudando a reducir su consumo entre los clientes.
Los datos son reveladores: los clientes compraron un 20 por ciento menos de chocolatinas, patatas fritas y dulces variados en sus visitas a los supermercados. Una quinta parte, comparado con aquellos que hicieron sus compras en las cadenas que aún tienen ese tipo de productos junto a las cajas de salida.
Las compras de ese tipo de dulces y alimentos poco saludables para comer al momento descendieron nada más aplicarse las prohibiciones en las seis cadenas de supermercados y han continuado bajando durante todo el año. Incluso ha provocado que el gobierno inglés se plantee su prohibición en todos los supermercados del país.
Los números cantan
El estudio, publicado en la revista PLOS Medicine, se realizó entre 30.000 hogares acostumbrados a comprar en los supermercados Tesco, Aldi, Lidl, Asda, Co-op, M&S, Morrisons, Sainsbury's, y Waitrose. Pero los datos de otros 7.500 clientes muestran cifras aún mayores que el 20 por ciento que señala el informe oficial.
La doctora de la Universidad de Cambridge que lideró el estudio, Jean Adams, asegura a la BBC que los resultados sugieren que cambiar los lugares donde se exhiben los productos altera los hábitos de los consumidores: “Es realmente alentador que los pequeños cambios en el diseño del supermercado puedan provocar diferencias y tener un impacto en las dietas de las personas”.
La colocación de chocolatinas y patatas entre otros snacks en la línea de cajas de los supermercados no es aleatoria y, de hecho, varias asociaciones han protestado por inducir a la compra compulsiva de esos productos. Así, muchas familias ceden a comprárselo a los niños como recompensa a su buen comportamiento durante el tiempo en el que han hecho la compra.
El deseo del gobierno inglés es el de poner fin a esa venta de alimentos y bebidas poco saludables en la línea de cajas para reducir a la mitad la obesidad infantil. Un portavoz del Departamento de Salud y Asistencia Social ha explicado a la BBC que "esta investigación respalda lo que los padres han estado diciendo: la venta de alimentos azucarados y grasos a la salida de los supermercados provoca que terminen comprando productos que no necesitan o no quieren. Por eso, pronto trabajaremos en la restricción de este tipo de ofertas”.
AUTOR
EL CONFIDENCIAL
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