El queso es uno de los alimentos con mayor huella de carbono. Foto: Unsplash
¿Sabías que una simple búsqueda en Internet genera emisión de dióxido de carbono por la energía que necesitan tus dispositivos? Es solo uno de los ejemplos más desconocidos que impactan en el cambio climático
El consumo de combustibles fósiles en las últimas décadas ha contribuido muchísimo a la degradación de nuestro medio ambiente. El calentamiento global, el cambio climático, la extinción de especies silvestres, el agotamiento de la capa de ozono y el aumento de la contaminación del aire son algunos de los problemas que sufre nuestro pobre planeta. Pero, existen una serie de acciones o de factores, que quizá desconozcas, que contribuyen a la exacerbación del cambio climático. Repasamos algunas de ellas:
Utilizar el ordenador
¿Contribuye el uso del ordenador, navegar por internet, realizar búsquedas en Google... al cambio climático? Así es. Todos los aparatos tanto eléctricos como electrónicos que utilizamos a diario generan la emisión de unos pocos gramos de dióxido de carbono a la atmósfera. ¿El motivo? La energía que necesitan todos nuestros dispositivos (ordenador, wi-fi, etc...) para funcionar.
Teniendo en cuenta que somos más de 4.600 millones de usuarios de internet en todo el mundo, todo empieza a cobrar sentido. Así que, obviamente no se trata de dejar de utilizar los ordenadores para trabajar o disfrutar de un hobby como pueden ser los videojuegos online, pero sí debemos ser conscientes de que su uso no es inocuo y que debemos apagarlos siempre que no los estemos utilizando (eso incluye también el frigorífico; muchos se entretienen mirando lo que hay dentro del mismo por si les apetece algo de comer o beber al verlo, pero quizá no sepan que si mantienes abierta la puerta del frigorífico durante un minuto, el motor del electrodoméstico permanecerá operativo durante más de media hora).
Los aparatos electrónicos que no usamos (como un router por la noche) tienen una gran huella de carbono. Foto: Unsplash
En general, sería recomendable apagar cualquier aparato eléctrico que no se esté usando, pues consumen siempre algo de energía incluso cuando están apagados, cambiar nuestro monitor a un LCD, que consume aproximadamente un 56% de energía menos que un monitor tradicional (de nuevo, deberíamos apagar el monitor cuando no estemos delante del ordenador) o incluso, utilizar bombillas fluorescentes sustituyendo las incandescentes si nos queda alguna, ya que las bombillas led solo consumen un 25% de energía en comparación con las otras. De la misma forma, si es posible, evita emplear la iluminación artificial durante el día: el sol nos proporciona luz desde el amanecer hasta el anochecer.
Así que te recomendamos que emplees la energía de forma inteligente y ahorres dinero también en el proceso. Lavar la ropa con agua fría, secar al aire siempre que sea posible o cambiar estufas de gas por eléctricas, serían otros de los pasos a tener en cuenta en el hogar.
Cultivo de arroz
Cultivar este alimento tan consumido en todo el mundo también provoca un efecto en el cambio climático. En esencia, el arroz precisa de enormes cantidades de agua para mantener con buena humedad los arrozales (necesitar estar inundados) y esto provoca la proliferación de microorganismos que producen metano, un gas de efecto invernadero más potente, si cabe, que el CO₂ o dióxido de carbono.
La agricultura, sobre todo del arroz, tiene un impacto ambiental. Foto: Unsplash
A su vez, el cambio climático afecta, en general, a la disponibilidad de alimentos pues, aunque teóricamente, el aumento de los niveles de dióxido de carbono impulsaría los rendimientos de cultivos como el trigo, la soja y el arroz, los eventos climáticos impredecibles y más extremos asociados con el cambio climático están dañando también nuestros cultivos.
Comprar ropa
Las emisiones de gases de efecto invernadero no solo provienen de aviones, fábricas y centrales eléctricas de carbón. Nuestra huella ambiental se extiende a través de una amplia gama de bienes cotidianos como, en este caso, la industria de la moda, Este sector es responsable de aproximadamente el 10% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, según la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.
La mayoría de esas emisiones provienen de sus largas cadenas de suministro y producción, sobre todo en el proceso de teñido y acabado. Por lo que, comprar ropa que no necesitas o incluso realizar adquisiciones habituales por defecto, harán que contribuyas, en cierta manera, a incrementar los efectos del cambio climático.
Comer queso
Según la calculadora de alimentos sobre el cambio climático creada por investigadores de la Universidad de Oxford y publicado en la revista Science, comer una porción de queso (30 gramos) de tres a cinco veces a la semana durante un año generan aproximadamente 201 kg de emisiones de gases de efecto invernadero. El queso es el tercer mayor productor de emisiones de carbono en la industria de la carne y los lácteos, detrás de la carne de res y de cordero. Y es que se utilizan alrededor de 10 litros de leche para producir un kilogramo de queso debido al proceso de maduración. Esto es sobre todo para los quesos curados; los quesos blandos, como el feta, el provolone o el brie, contienen menos leche, por lo que tienen un menor efecto sobre el medio ambiente.
Por
Sarah Romero
22/11/2021 - 05:00
Cosas que quizá no sepas que contribuyen al cambio climático (elconfidencial.com)
www.elconfidencial.com/medioambiente/clima/2021-11-22/cambio-climatico-dia-a-dia-consecuencias_3327474/