Un grupo de jóvenes con mascarilla en el centro de Madrid.Javi Martinez
Que una enfermedad sea endémica no quiere decir que sea obligatoriamente leve ya que existen otras dolencias endémicas de mayor gravedad, como la malaria
Según algunos científicos, el fin de la pandemia no estaría lejos. Los datos que llegan de Reino Unido son alentadores y los contagios y hospitalizaciones van disminuyendo gracias a la vacuna pero también por la alta circulación del virus. Incluso en Italia, las infecciones y las hospitalizaciones están creciendo de manera más suave en los últimos días y esto es un buen augurio para el futuro.
Pero... ¿Qué sucederá después? No, el virus no va a marcharse sólo con un chasquido de dedos, está aquí para quedarse. Como ha asegurado el doctor Anthony Fauci, consultor médico del presidente estadounidense Joe Biden, todavía estamos en la primera de las "cinco fases pandémicas", con un impacto todavía muy negativo a nivel mundial. A esta fase le seguirá una desaceleración, presumiblemente en el periodo estival, como ya hemos visto en los dos últimos años; y después llegará la fase de control, definida como endémica.
Que el virus se convierta en una enfermedad endémica significa que continuará circulando en alguna parte del mundo durante años, pero su prevalencia e impacto caerán a niveles relativamente manejables, por lo que se parecerá más a una gripe. Para clasificar que una enfermedad infecciosa ya está en fase endémica, la tasa de infecciones debe estabilizarse durante el paso de los años y no presentar picos difíciles de manejar, como ocurre actualmente con el Covid.
"Una enfermedad es endémica si el número de reproducción base R0 es estable en uno", explica la epidemióloga Eleanor Murray, de la Universidad de Boston. "Esto significa que una persona infectada, de media, infecta a otra persona si no hay barreras de contención del virus", añade.
ÓMICRON, UNA TRANSICIÓN
Es evidente que todavía estamos lejos de este momento. Sin embargo, muchos científicos consideran que ómicron representa un periodo de transición para llegar a la endemicidad ya que, al infectarse una cantidad tan grande de personas con el virus, se creará una importante capa de inmunidad natural. Además, ómicron parece ser menos grave que la variante delta.
Los estudios existentes indican que esta variante prospera más en las vías respiratorias superiores que en los pulmones y, como resultado, los ingresos hospitalarios son más cortos y ha disminuido el número de pacientes que necesita ingresar en unidades de cuidados intensivos. Por eso, se cree que con el tiempo el Sars-CoV-2 será como otros coronavirus que causan resfriados.
La sensación del fin inminente de la pandemia está reforzada por la imagen que tiene la sociedad de que ómicron es una variante "leve" (algo que ocurre en gran medida gracias a las vacunas) y por las referencias que muchos políticos hacen a la necesidad de "aprender a vivir con el virus". Pero ómicron, con su alta tasa de contagio, sigue estresando los sistemas sanitarios del mundo y la realidad es que la nueva variante parece tener un importante potencial para retrasar la ansiada endemicidad.
¿QUÉ SIGNIFICA LIDIAR CON UN VIRUS ENDÉMICO?
El término "endémico" se refiere a una enfermedad que está constantemente presente, independientemente de su gravedad. La malaria, por ejemplo, es una enfermedad endémica en áreas tropicales y subtropicales y solo en 2020 mató a 600.000 personas. Es cierto que la gente vive con ella, pero no sin dolor y sufrimiento.
"La endemicidad no implica que una enfermedad sea leve y la enfermedad leve no implica endemicidad", tal como ha aclarado Elizabeth Halloran, directora del Centro de Inferencia y Dinámica de Enfermedades Infecciosas en Seattle, al 'Financial Times'. Además, cree que "no hay mucho que los humanos podamos hacer intencionadamente para avanzar hacia la endemicidad".
Por su parte, Angela Rasmussen, viróloga de la Universidad de Saskatchewan, en Canadá, recuerda que "la endemicidad no consiste únicamente en reducir a uno el número reproductivo del virus, también entran en juego otros factores como cuál es la tasa de hospitalizaciones y muertes. si el sistema de salud está sobrecargado hasta el punto de correr el riesgo de escasez de personal o si hay tratamientos disponibles para limitar al máximo el número de personas que enfermarán gravemente", sentencia.
La mayor incógnita en este viaje hacia la endemicidad es la posibilidad muy real de que surjan nuevas variantes. No existe una 'ley' que requiera que un virus se vuelva más leve con el tiempo. "Es muy difícil predecir la evolución de la virulencia", dice Eddie Holmes, biólogo evolutivo que ayudó a publicar la secuencia del genoma del Sars-CoV-2 en enero de 2020. "Podría subir, bajar o permanecer igual. Ciertamente, todavía es posible que surja una variante más virulenta en el futuro", aclara. Y es que este virus circula por todo el mundo, y se sabe que es precisamente la alta circulación la que favorece la aparición de nuevas variantes. Con el riesgo real de tener que empezar de cero de nuevo en octubre, cuando comenzará la temporada de frío.
La idea de que el Sars-CoV-2 pueda quedarse con nosotros para siempre puede sonar inquietante. Nunca se podría volver a nuestra vida pre-pandemia sin tener que llevar mascarillas, sin tener que enseñar el pasaporte sanitario o sin renunciar a viajes o a apretones de mano.
Quizás comprender (y aceptar) que la pandemia es una emergencia a largo plazo podría ayudar a los gobiernos (y psicológicamente a los ciudadanos) a organizarse de manera más efectiva, introduciendo nuevas medidas de seguridad en su vida cotidiana o eligiendo las inversiones adecuadas. Más que pensar en cuándo terminará la pandemia, tal vez debería discutirse cómo lograr vivir con Covid, sin sorprenderse con la llegada de cada nueva ola.
El otoño pasado, cuando la variante delta parecía estar bajo control, justo antes de la explosiva invasión de ómicron, Jeremy Farrar, director de Wellcome, una fundación de salud global con sede en Londres, le dijo al 'New York Times': "Tenemos que empezar a pensar en planificar y entender que estamos frente a una infección que nunca se irá". Por eso, el optimismo podría ser uno de los mayores obstáculos para implementar planes de "convivencia" ya que, al pensar que el Covid se va, la población tiende a bajar la guardia y se frenan inversiones necesarias.
INVERSIONES NECESARIAS
Entre las medidas necesarias a tomar para lograr esta endemicidad está fortalecer la investigación tanto como sea posible para llegar a una vacuna universal de dosis única que se aplique a todas las variantes (es un desafío audaz, pero el trabajo está en progreso).
También convendría continuar con el desarrollo de medicamentos antivirales efectivos, seguros y de bajo coste y desarrollar un plan de pandemia real. Porque después de más de dos años de pandemia los médicos y trabajadores de la salud no pueden trabajar de manera continua, al igual que los pacientes con otras enfermedades, principalmente enfermedades oncológicas y cardíacas, no pueden ver como se cancelan sus pruebas o intervenciones cada vez que el Covid entre en una fase de emergencia.
Otro de los grandes retos es asegurar la vacuna para todos los países del mundo, porque solo así se podrá realmente reducir la circulación del virus. Además, la ingeniería puede contribuir a reducir el riesgo de contagio con sistemas de ventilación mecánica controlada en el interior de los edificios.
CRISTINA MARRONE (IL CORRIERE DELLA SERA)
Actualizado Jueves, 20 enero 2022 - 12:30
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