- La población está envejeciendo y la fuerza laboral cambiando rápidamente
- El covid aceleró la desigualdad y se va tarde con la brecha de género y racial
- Habrá más megaciudades con Asia perdiendo población y África ganándola
La pandemia del covid o la guerra de Ucrania han sido eventos que han destrozado todas las previsiones económicas de corto plazo. Sin embargo, estos eventos, pese al drástico impacto que están teniendo hoy no deberían hacer descarrilar las macrotendencias que ya vienen asomando la cabeza en las últimas décadas y que, a la postre, darán forma a la sociedad y a la economía en las próximas décadas. Los economistas de Bank of America Merrill Lynch (BofAML) han realizado un denso trabajo en el que exponen las diez macrotendencias que marcarán nuestra sociedad y economía en los próximos decenios.
En los últimos 50 años, la población mundial se ha duplicado, presentando un ritmo de crecimiento que podría considerarse como insostenible. Sin embargo, en las últimas décadas esto ha comenzado a cambiar a nivel agregado, pero las diferencias entre países son aún si cabe más agudas, lo que genera problemas (pensiones, sanidad, escasez de mano de obra) y soluciones (inmigración, un entorno más sostenible ).
Bajo este contexto, los economistas de BofAML han presentado sus 10 megatendencias demográficas. Estos expertos aseguran que estas tendencias "darán forma a las sociedades, las economías y la geopolítica. En un nuevo orden mundial, la demografía es clave, especialmente ahora... Cada país debe considerar sus desafíos, fortalezas y oportunidades demográficas, en medio de la 'desglobalización', e impulsar su 'independencia' nacional, remodelando las cadenas de suministro y las relaciones internacionales. ¿Sabía que la población de la India superará a la de China para 2025? ¿Qué habrá más africanos que chinos para finales de la década de 2020, más nigerianos que estadounidenses para 2050?".
Estas son las tendencias principales que darán forma al globo en las próximas décadas:
Pico de la fertilidad
Según los datos recabados, la sociedad podría alcanzar el 'pico de niños' dentro de 35 años a medida que las tasas de fertilidad disminuyan, seguido después por el 'pico de población' unos siete años después. Al mismo tiempo, el número de mayores de 65 años se duplicará con creces en 2050, ya que la esperanza de vida aumentará en más de 4 años.
"La disminución de las tasas de natalidad se debe principalmente a factores culturales y económicos, incluidos los costes de vida, el cuidado de los niños y la educación. El coste de criar a un hijo en Estados Unidos es de media 233.610 dólares hasta los 17 años. En el Reino Unido, una familia gastará una media de 202.660 libras esterlinas por niño... La vivienda es el gasto más importante, representando el 29% del coste total, seguida de la alimentación (18%), el cuidado de los niños y la educación (16%). El mayor aumento de costes en los últimos 50 años es producto del cuidado infantil y dela educación, unos costes que se han disparado a medida que la mujer se incorporaba al mercado laboral", sostiene el informe.
Con todo, la tasa de fertilidad mundial se ha reducido a la mitad desde los años 60, pasando de 5 hijos a menos de 2,5, por debajo de la tasa necesaria para que la civilización se reemplace a sí misma. Esto puede generar problemas durante la transición, como ejemplifican a día de hoy los sistemas de pensiones, pero puede ser positivo para la sostenibilidad del mundo y del medio ambiente a futuro.
"Un estudio de una universidad sueca estima que tener un hijo menos podría ahorrar aproximadamente 58,6 toneladas métricas de emisiones de carbono, el equivalente a sacar 25 coches de la carretera o coger 37 vuelos transatlánticos menos. Los crecientes temores sobre el clima, la incertidumbre sobre el futuro y la sobrepoblación", destaca el informe.
Envejecimiento
La civilización está envejeciendo, con tantas personas que cumplen 80 años como bebés recién nacidos, y más abuelos que nietos. Se espera que el número de personas de 65 años o más se duplique a partir de 2019-50.
Nunca antes en la historia moderna se había concentrado tanta riqueza en manos de los ancianos. El fuerte crecimiento de la economía tras la Segunda Guerra Mundial, la disminución de los impuestos para los hogares de altos ingresos y el aumento de los mercados inmobiliarios y bursátiles impulsaron las fortunas de las generaciones mayores en el mundo desarrollado.
"La riqueza acumulada de los Baby Boomers ha comenzado a transferirse antes de lo esperado ante la creciente incertidumbre en los últimos años (muchos padres están empezando a donar dinero a sus hijos o a ayudarles). Los principales beneficiarios son los Millennials, que se espera que sean 5 veces más ricos para 2030 gracias a las herencias, fideicomisos y planificación patrimonial.
La 'Nueva Asia'
Más del 50% de los países de Asia oriental y sudoriental tuvieron un crecimiento de la población inferior al 1% en 2015-20. La población de China está creciendo al ritmo más lento de su historia, y Japón tiene los mayores índices de dependencia de la tercera edad. Por el contrario, países como India, Vietnam o Filipinas tienen perfiles demográficos más favorables.
El dividendo demográfico va a ser positivo para India y negativo para China. En general, Asia se enfrenta a una disminución de la población en edad de trabajar, lo que está afectando los niveles futuros de crecimiento económico. Por un lado, las naciones de bajos ingresos como India están entrando en el período más positivo de la demografía. Este dividendo puede ayudar a estas economías a converger con China y otros países asiáticos más desarrollados. Además, también supone un aliciente para que se conviertan en centro de producción en las próximas décadas.
India sumará 183 millones más de personas en edad laboral en el período 2020-2050, lo que permitirá que el país obtenga el "dividendo demográfico" debido a una mayor producción por trabajador. Este "dividendo demográfico" es el resultado de que la población en edad de trabajar (15-64 años) es mayor que la población que no está en edad de trabajar (14 y menos y 65 y más). Esto suele generar un crecimiento extra para estos países, como ocurrió en Europa tras la Segunda Guerra Mundial.
El auge de África
El baby boom que se espera en África significa que más del 50% de sus países duplicarán su población para 2050. Si bien esto podría ofrecer una creciente reserva de trabajadores, también puede ser una maldición, puesto que si la inversión y la educación no terminan de adentrarse en África, este baby boom puede ser el principio de una gigantesca bolsa de desempleados.
Pero intentando ser positivos, África podría competir con India y otros países que ofrecerán grandes cantidades de mano de obra en los próximos años: "África es un centro potencial de trabajadores cualificados o también podría convertirse en el próximo proveedor de mano de obra barata y abundante para las corporaciones multinacionales, haciendo competencia directa a China e India. Alrededor del 74% de los africanos estarán en edad de trabajar en las próximas décadas, según AfDB. En nuestra opinión, esto podría fortalecer la economía a través de una mayor oferta de mano de obra y de ingresos imponibles. También se incrementarían las remesas extranjeras a medida que más africanos trabajen en el extranjero y envíen fondos a casa", sentencia estos expertos.
Inmigración
La producción de los emigrantes supone unos 7 billones de dólares al PIB mundial. En Europa podrían ser la solución a la escasez de mano de obra en el continente de más rápido envejecimiento y menor tasa de fertilidad. Además, la inmigración puede ser clave para aliviar el problema de las pensiones y otros desequilibrios que se producen en las sociedades envejecidas. Se prevé que a medida que la transición demográfica avance se dispare la demanda de trabajadores relacionados con los cuidados a las personas mayores. Sin la inmigración será imposible encontrar la mano de obra necesaria.
Además, "la migración internacional frena el envejecimiento en las sociedades de acogida En 2020, el 73% de todos los migrantes internacionales tenían entre 20 y 64 años. Los migrantes comprenden una mayor proporción de personas en edad laboral que la población general y, dependiendo de su país de origen, tienden a tener más hijos que la población local. Esto significa que la migración puede contribuir temporalmente a frenar la tendencia a largo plazo hacia el envejecimiento de la población en los países de destino", sostienen los economistas de BofaML.
Visto desde la óptima de los países 'emisores', la emigración de la población en edad de trabajar puede ayudar a aliviar las presiones sobre el mercado laboral en esos países. A nivel mundial, la edad promedio de todos los migrantes internacionales en 2020 fue de 39,1 años.
Urbanización 2.0
"La población urbana mundial superó a la rural por primera vez en 2007. Desde entonces, el mundo no ha dejado de urbanizarse: ahora es el 55% de la población. Aunque la pandemia ha modificado algunas dinámicas urbanas -en particular el trabajo flexible y los cambios en los estilos de vida y los desplazamientos-, ha hecho que los suburbios crezcan más rápido que las zonas urbanas interiores y, por tanto, que las ciudades se extiendan", señalan los analistas del banco.
Y se espera que la tendencia general de urbanización continúe. Para 2030, la ONU espera que el mundo cuente con 43 megaciudades (frente a 31 en 2018) con una población de más de 10 millones de habitantes. Igualmente, estima que el 66% de la población mundial viva en ciudades en 2050 por término medio y que esta cifra aumente al 87% en los países desarrollados (frente al 70% en 1980). Asia y África aportarán la mayor parte de este crecimiento (90%).
¿Cuáles son los riesgos? "Se necesitará un importante gasto en infraestructuras -unos 78 billones de dólares en los próximos 10 años (datos de PWC)- para dar cabida a esta población creciente y cambiante. La gestión medioambiental y de residuos también será clave, ya que las ciudades consumen el 75% de los recursos naturales del mundo y son responsables del 80% de las emisiones, según la ONU", explican.
¿Qué soluciones hay? "El crecimiento de la población urbana requerirá una combinación de gobernanza y regulación (seguridad y resiliencia, gestión de la desigualdad) y soluciones inteligentes en materia de infraestructuras, sobre todo en lo que respecta a la movilidad (por ejemplo, transporte público, vehículos compartidos y eventualmente autónomos), energía limpia, vivienda, tecnología (por ejemplo, telecomunicaciones) y gestión de residuos", apuntan en BofAML.
Desigualdad: ¿brecha o abismo?
Una de las tendencias demográficas más preocupantes es el aumento de la desigualdad, intensificado por el covid a corto plazo, y que corre el riesgo de empeorar debido a factores como el cambio climático a largo plazo. La desigualdad entre países ha disminuido en las últimas décadas, pero entre personas se encuentra en su punto más alto en 150 años. "La proporción de ingresos captada por la mitad más pobre de la población es la mitad de lo que era en 1820. Ocho personas controlaban la misma riqueza que el 50% de la población mundial en 2017, los 22 hombres más ricos del mundo controlan más riqueza que todas las mujeres de África", ejemplifican los expertos. Esta desigualdad en la riqueza se traslada a las disparidades en materia de salud (acceso a la sanidad) y tecnología (acceso a Internet).
"Más allá de las grandes diferencias en los niveles de vida, el aumento de la desigualdad podría limitar la productividad, restringiendo el gasto de los consumidores y el crecimiento, así como la inestabilidad política y la polarización. Las investigaciones de la OCDE en 2015 indicaron que la desigualdad había limitado el PIB mundial en un 8,5%, por ejemplo", añaden desde BofAML.
¿Qué puede ayudar a resolverlo? Según la ONU, la reducción de la desigualdad podría desbloquear 12 billones de dólares de oportunidades de mercado en los sectores de la alimentación y la agricultura, las ciudades, la energía y los materiales, y la salud y el bienestar, que podrían crear 380 millones de nuevos puestos de trabajo para 2030. Los expertos también proponen aumentar la inversión en educación para acelerar el desarrollo humano y apelan a la mejora del bienestar social que una renta básica universal suficiente puede otorgar.
Pico en la mano de obra
"La población mundial en edad de trabajar ha alcanzado su punto máximo (66%) y está disminuyendo, según el Banco Mundial, debido al envejecimiento de la población y a la reducción de las tasas de fertilidad y de participación, agravado por una mano de obra concentrada geográficamente que se enfrenta a varias carencias estructurales de competencias. Solo en Europa, la población en edad de trabajar será 95 millones menos en 2050 que en 2015 (fuente: CGD). Los cambios sociales y culturales también desempeñan un papel importante: la tendencia a la Gran Dimisión en EEUU y el movimiento "Lying Flat" de China (hacer lo mínimo para salir adelante, rechazo a trabajar en esceso) son ejemplos notables", sintetiza el informe de BofAML. Si por un lado, los baby boomers, que constituyen un tercio de la población activa, están abandonando el mercado laboral más rápido que nunca; por otro, las generaciones más jóvenes carecen de la experiencia y las habilidades necesarias para cerrar la mayor brecha en la reserva de talento laboral.
"La escasez mundial de talento podría duplicarse con creces hasta alcanzar los 85 millones de personas en 2030, frente a los 40 millones de 2020 (fuente: estadísticas laborales de EEUU). Esta escasez de talento también podría provocar la pérdida de 8,5 billones de dólares en beneficios anuales no realizados para 2030, lo que equivale al PIB combinado de Alemania y Japón. Sólo EEUU podría perder 1,7 billones de dólares en ingresos debido a la escasez de mano de obra, es decir, aproximadamente el 6% de toda su economía (fuente: Korn Ferry)", agregan.
¿Cómo paliar esta dinámica? Con la tecnología. "Mientras que 85 millones de puestos de trabajo podrían verse desplazados por un cambio en la división del trabajo entre humanos y máquinas, podrían crearse 97 millones de nuevas funciones más adaptadas para 2025, según el Foro Económico Mundial. El punto clave es que podríamos ser más productivos y tener más tiempo libre si los robots nos alivian de las tareas cotidianas más mundanas y repetitivas. Sectores como el industrial y el sanitario son los principales beneficiarios", desarrolla el informe.
Diversidad, equidad e inclusión
Factores demográficos relacionados con la raza, el género y las discapacidades afectan ya a la economía mundial. "Dentro de estos grupos sociales existen cuellos de botella y brechas culturales e institucionales. Desbloquearlos podría reportar considerables beneficios económicos y mitigar algunos de los retos relacionados con el envejecimiento de la mano de obra que se está reduciendo", exponen desde BofAML. Y dan un ejemplo claro: mientras que la brecha salarial entre hombres y mujeres estaba empeorando antes del covid (267 años para alcanzar la igualdad económica en la trayectoria actual), cerrarla podría aportar hasta 28 billones de dólares de PIB mundial adicionales para 2025.
Según el estudio, la diversidad y la inclusión serán impulsadas por la Generación Z (nacidos entre mediados de los 90 y 2010), la generación más numerosa y diversa: "El 22% de la Generación Z tiene al menos un padre inmigrante, en comparación con el 15% en los millennials". No obstante, existen importantes riesgos, evidenciándose que el coste de no abordar estas brechas ya es alto.
"Los sesgos de género y raciales conducen a disparidades persistentes en el mercado laboral y limitan la economía. Las malas políticas en esta materia han costado 70 billones de dólares desde 1990, mientras que cerrar las brechas de género y raza habría generado 2,6 billones de dólares más en producción económica en 2019", denuncia el informe, que desliza soluciones como prácticas de trabajo más flexibles para fomentar la participación así como leyes de apoyo en el ámbito del empleo. También mejor la educación para reducir los prejuicios raciales y de género.
El lento amanecer de la Generación C
Para los expertos de BofAML, a nivel demográfico, el cambio más perturbador viene de la próxima cohorte generacional: "Nacida después de 2016 en un mundo online y que lucha por la descarbonización, la Generación C es la primera generación que no recordará el brote del coronavirus, pero tendrá un impacto significativo en el mundo en el que vive". Como principales rasgos de esta generación, el informe cita estudios que evidencian un déficit cognitivo con respecto a los niños prepandémicos y cálculos de que esta cohorte (ahora mismo de 700 millones, el 9% de la población mundial), alcanzará los 2.000 millones en 2025, siendo menos numerosa que la Generación Z por el descenso en las tasas de fertilidad.
Los autores del informe consideran que las vicisitudes por las que se está pasando hoy día para aprender a vivir en mundo tecnológico -seguridad, privacidad, salud-, allanarán el camino para esta nueva cohorte. El resultado será "una generación sin dinero en efectivo, sin tiendas, sin conductor y potencialmente sin universidad", ya que cambian sus actitudes hacia el dinero, el trabajo, la movilidad y la educación con la llegada de nuevas tecnologías disruptivas". Además, añaden, la generación C podría ser la primera en "engañar a la muerte" y "alcanzar la inmortalidad" en un mundo con cero emisiones.