- El viejo continente se convierte en el principal foco de la inversión china
- La SEC ha metido a 80 empresas de este país en su lista de exclusión
La tensión entre Washington y Pekín sigue 'in crescendo' y parece que ya hay un gran beneficiado: Europa. Con Wall Street persiguiendo a las principales compañías Chinas, el viejo continente se ha convertido en un faro para la inversión china. Esta región se ha convertido en el principal destino para las fusiones y adquisiciones chinas, además de atraer grandes flujos de capital.
El problema con Estados Unidos viene de la guerra comercial de Donald Trump, pero se ha mantenido con Joe Biden. La Comisión de Bolsa y Valores de EEUU ya ha incluido a más de 80 empresas en una lista negra que componen los valores con riesgo de exclusión. La ley, firmada como ley por el entonces presidente Donald Trump, tiene como objetivo eliminar a las empresas de jurisdicción extranjera de las bolsas estadounidenses si no cumplen con los estándares de auditoría estadounidenses durante tres años seguidos. Esta lista incluye a auténticos titanes como Pinduoduo, JD, Nio, Bilibili o NetEase.
Al margen de este movimiento de la SEC, el gigante tecnológico Didi ha dicho que dejará de cotizar en la Bolsa de Valores de Nueva York por una investigación de ciberseguridad en China, un año después de su oferta pública inicial de 4.400 millones de dólares. Mientras tanto, EE. UUya ha anunciado su intención de implementar una nueva ley que obliga a las empresas extranjeras a abrir sus libros o enfrentar la exclusión directa a partir de 2024.
Toda esta situación ha congelado el ánimo inversor del gigante asiático en Wall Street que está completamente paralizado y, el grueso de estas operaciones se ha repartido entre Europa y otros países de Asia, aunque ha sido el viejo continente el que se ha llevado la palma. Según datos de EY, solo en el primer trimestre las fusiones y adquisiciones Chinas en Europa alcanzaron los 2.130 millones de euros, un cifra modesta dado que la situación económica del país, aún aquejada por el covid, ha provocado que centren su liquidez en su propio país. Sin embargo se trata de casi el doble que toda América del norte junta, cuya inversión fue de 1.170 millones de dólares.
Pese a todo se han producido 43 ofertas anunciadas y, por valor de las adquisiciones estas se han centrado principalmente en Alemania en primer lugar y, seguidamente, de Italia y Países Bajos. Los principales sectores en los que se ha apostado China son los relacionados con la salud y los servicios financieros. El que más cerca está de Europa es la propia Asia (descontando China), donde los inversores de este país han invertido 2.110 millones concentrados principalmente en Singapur y la India.
Sin embargo, la inversión no son solo las adquisiciones y las fusiones. Según el último estudio de Rhodium Group la inversión directa en Europa aumentó a 10.600 millones de euros en 2021 y, concretamente, los inversores de capital riesgo chinos se duplicaron con un récord de 1.200 millones de euros ese año. Unas cifras que, debido a la coyuntura económica actual de ambas partes, los expertos esperan que se mantengan en estos niveles sin grandes aumentos. Sin embargo, parece claro que las bolsas pueden convertirse en el nuevo Wall Street con la tensión disparada entre las dos grandes potencias mundiales.
Zúrich, capital bursátil de China
Aunque sin duda donde han puesto el ojo las empresas del país asíatico es Suiza. Su clima político estable y sus condiciones legales para la inversión extranjera han provocado que se de una verdadera fiebre de OPIs chinas en los últimos meses. Solo en desde abril se han dado ya 10 anuncios de salidas a bolsa en el parqué del país alpino.
Destaca el caso del fabricante de baterías Gotion High-Tech y la empresa biotecnologíca Lepu Medical. De momento, ninguna de ellas ha empezado a cotizar, pero se espera que este mismo mes ya empieza su andadura en el parqué helvético las primeras compañías cotizadas chinas.
Jos Dijsselhof, director ejecutivo de la bolsa suiza Six Group, explicó en una entrevista en Bloomberg que "la neutralidad y la previsibilidad de que Suiza sea un país independiente, que no forme parte de la UE ni de ninguna otra alianza, es atractiva para las empresas internacionales porque sabes lo que obtienes, no estás jugando a la pelota con la política, estás en un entorno empresarial", dijo Dijsselhof.