- La plata también se desmorona
- Los aranceles ponen fin a una oleada de compras frenéticas por la incertidumbre
Las bolsas del mundo (y en particular en EEUU) llevan días cayendo a plomo. Por su parte el dólar, que actuaba como un verdadero refugio en tiempos complicados, también se desliza en una espiral descendente atrapado por las contradicciones de la escalada arancelaria. En ese sentido todos los mercados tendrían claro cual es el resultado prácticamente instantáneo de esta situación, una revalorización del activo refugio por excelencia, el oro. Sin embargo, lejos de ocurrir esto, el metal amarillo cae un 1,63% tras otra clara caída del 1,41% en la jornada de ayer para posarse por debajo de los 3.100 dólares la onza.
El oro no es el único que ha tenido una reacción como esta, pillando a traspié a muchos inversores. Su hermana pequeña, la plata, también está en la misma dinámica, pero mucho más pronunciada. El metal cae hoy un 5,3% tras retroceder un 7,73% en la primera jornada después del 'día de la liberación'.
En la búsqueda de respuestas algunos analistas apuntan a una gran distorsión que han generado los aranceles. Según muchos de ellos, los inversores estadounidenses estaban comprando la semana anterior al anuncio de forma masiva ambos metales, disparando los precios a nivel mundial y generando un déficit a medida que las cámaras de Nueva York se llenaban. "El anuncio de Trump pone fin al flujo masivo de metales preciosos", explicaba Anant Katia, experta de Greenland Investment.
Marcus Garvey, responsable de estrategia de materias primas de Macquarie, explica que "ha aumentado la demanda de material que pueda trasladarse a Estados Unidos antes de la posible imposición de aranceles, como puede verse claramente en la acumulación de las existencias de oro en este país". De hecho los últimos datos disponibles mostraron unas compras de 330.000 millones de dólares en oro desde EEUU en un solo mes (enero), según datos del Departamento de Comercio; 30.800 millones de dólares más que el mes anterior.
Llegó hasta tal punto la fiebre por comprar el metal que incluso desajustó las cifras de la Fed de Atlanta de previsión PIB alterando por completo en déficit comercial y provocando que esperase una contracción el primer trimestre de 2,4%. Ahora, para bien o para mal, la niebla de guerra de los aranceles se ha acabado. De hecho el metal precioso no ha sido incluido como producto gravado por EEUU, por lo tanto ya no hay motivos para una voracidad salvaje de las compras por parte de los inversores de este país. Los expertos de Generali lo explican claramente: "Los aranceles no se aplicarán a los lingotes de oro".
¿Qué pasará ahora?
Desde Commerzbank explican también que pese a que la distensión arancelaria está teniendo un efecto clave de cara al futuro, esperan que el oro vuelva a subir próximamente. "El oro suele recuperar sus pérdidas rápidamente, lo que también podría ocurrir en esta ocasión. Después de todo, el mercado ahora espera que la Reserva Federal recorte los tipos de interés en 100 puntos básicos para finales de año. Al mismo tiempo, los riesgos de inflación están aumentando debido a los aranceles. Esta combinación apunta a un tipo de interés real significativamente más bajo y, por lo tanto, a un precio del oro más alto".
Goldman ve la reciente liquidación en el oro como una oportunidad. El banco norteamericano atribuye esta situación a "factores técnicos" como "una debilidad del mercado de valores que ha provocado un fuerte movimiento hacia un mercado alternativo (los bonos)". En ese sentido cree que finalmente la peor perspectiva económica del mundo "da argumentos a activos defensivos como el oro" y por consiguiente, mantiene su precio objetivo en los 3.300 dólares.
Desde Schroders explican que "tras reducir con los aranceles nuestra exposición a renta variable y usar la deuda como cobertura, nos sigue gustando el oro". Según estos expertos el metal "se beneficia tanto de un crecimiento más débil como del riesgo más estructural que plantea el aumento de los niveles de deuda". Desde Safra Sarasin añaden que "los factores estructurales deberían mantener, aunque vemos un riesgo de que las caídas temporales siguen".
No todos piensan igual, no en vano los analistas de Morningstar consideran que vienen fuertes caídas en la materia prima debido a que los bancos centrales detendrán sus enormes compras, algo que ha sido un catalizador clave en los precios el último año y medio. "Una encuesta del Consejo Mundial del Oro reveló que el 71% de los bancos centrales planean reducir o mantener sus reservas de oro, lo que indica una disminución de la demanda".
Sin embargo, consideran desde Commerzbank que "la plata sí se ha quedado bajo una enorme presión"; pues esta materia prima, al igual que cobre, está fuertemente vinculada al crecimiento de la economía mundial, que ha quedado en entredicho. "Existe la preocupación de que los aranceles estadounidenses provoquen una desaceleración notable de la economía mundial, lo que también afectaría la demanda industrial de plata". Esto ha provocado que la relación entre el oro y la plata alcance su nivel más alto desde julio de 2020.