- El billete verde pierde los 0,88 euros, sus mínimos de 2022
El dólar está cayendo con una intensidad inusitada. En la jornada de este viernes ya se deja más de un 1% frente al euro y toca mínimos no vistos desde principios de 2022. El que fuera activo refugio durante las grandes turbulencias parece haberse convertido en un activo de riesgo. En una sola semana, el 'billete verde' acumula caídas que superan el 3,9% frente al euro. Se trata de la mayor caída desde marzo y, para ver correcciones tan agresivas hay que irse ya a la semana de la pandemia y el confinamiento o los peores momentos de la crisis financiera durante 2009 y 2009. Aquí, la divisa única es la otra cara de la moneda. El euro, para sorpresa de analistas e inversores, parece haberse convertido en una suerte de activo refugio para todos aquellos inversores que huyen de las turbulencias y la incertidumbre generada por la errática política de Donald Trump.
De este modo, el dólar está sufriendo caídas pronunciadas en los mercados de divisas, víctima de una creciente pérdida de confianza por parte de los inversores internacionales. La escalada proteccionista liderada por Donald Trump ha desencadenado una tormenta financiera que debilita no solo la cotización del billete verde, sino también su prestigio como activo refugio. En un giro que pocos anticipaban, el euro comienza a asumir ese papel tradicionalmente reservado al dólar, el franco suizo y el yen japonés. Como prueba de ello, el índice euro (pondera el tipo de cambio de la divisa única con las divisas de sus grandes parejas comerciales) sube un 4% desde el pasado 4 de abril. Que el euro suba frente al dólar no demuestra que la divisa única se convierta en un activo refugio, sin embargo, esta subida frente a las grandes divisas del mundo sí deja entrever que algo se está cocinando en este mercado y que el euro puede ser el gran ganador.
Desde el anuncio de los nuevos aranceles por parte del presidente estadounidense, el euro se ha comportado como una moneda refugio, según destacan los analistas de Rabobank. Jane Foley, experta en divisas de la entidad, subraya que "el euro ha estado haciendo una muy buena imitación de una divisa refugio". En los días posteriores al discurso en el Jardín de las Rosas, el euro ha sido la tercera divisa del G10 con mejor comportamiento, solo por detrás del franco suizo y el yen japonés, ambas reconocidas históricamente por su estabilidad. El movimiento es tal que el dólar ha perdido incluso los 0,88 euros por unidad de la divisa única, unos niveles que no se veían desde febrero del año 2022.
Una de las claves que explican esta sorprendente fortaleza del euro es su vínculo con un superávit por cuenta corriente (grosso modo exportaciones, menos importaciones), una característica que comparte con las otras dos monedas mencionadas. Aunque tradicionalmente se ha considerado que el euro carece de los fundamentos necesarios para ser una verdadera divisa refugio (en parte debido a su corta existencia y a su asociación con crisis de deuda como la de 2010), la situación actual ha impulsado a los inversores a reconsiderar sus posiciones y apostar por activos europeos.
Foley advierte, no obstante, que esta fortaleza del euro podría no sostenerse indefinidamente. "No sería sorprendente que el euro devolviese parte de las ganancias registradas en los últimos días", admite. Aun así, Rabobank ha revisado al alza su previsión para el par euro/libra, que ahora sitúa en 0,85 en seis meses frente al anterior 0,83, lo que refleja una creciente confianza en la moneda común.
Un giro más profundo que una corrección
La caída del dólar y el ascenso relativo del euro reflejan una tendencia más amplia: el deslizamiento del sistema financiero global hacia una mayor fragmentación. En este contexto de incertidumbre política, guerra comercial y polarización económica, los inversores están buscando alternativas más estables. Y, por primera vez en mucho tiempo, el euro empieza a mostrar credenciales para asumir ese rol en los mercados internacionales.
Este es el motivo fundamental que están señalando las principales casas de análisis, una verdadera crisis de confianza derivada de los aranceles, sumada a unas previsiones económicas mucho peores. Hasta ahora el billete verde era bastante inmune a la agitación geopolítica pues, cuando el dinero salía de su renta variable en desbandada por el miedo o la crisis no se iba muy lejos, pues los bonos actuaban como activo refugio. Ahora la correlación se ha roto, tanto bonos como acciones caen sin piedad y, en resumen, los inversores sacan el dinero de sus fronteras buscando diversificar sus portafolios, quitando peso a EEUU y por tanto, a los activos denominados en dólares.
Así lo defiende Bank of America que explica en su última nota que "se ha generado de golpe una correlación positiva entre el dólar y las acciones de EEUU, un cambio que es consistente con el aumento de la prima de riesgo de EEUU, dado que está perdiendo ese 'excepcionalismo económico' que le caracterizaba". Pero ¿qué es ese excepcionalismo económico y por qué ahora parece estar debilitándose". Según T. Rowe Price es que mientras el resto del mundo se tambalee "tanto el crecimiento como la inflación de EEUU se mantienen más altas gracias a su sólido mercado laboral y el poder del consumo". Ahora los aranceles han debilitado de golpe esa narrativa derribando al dólar por el camino.
"El desplome del dólar está funcionando ahora como un indicador de la tendencia de los inversores a salir de EEUU"
Desde Capital Economics explican que "el dólar está cayendo drásticamente por el creciente temor a un golpe económico por los aranceles". Según la firma hasta ahora "los mercados e inversores tenían confianza en ese excepcionalismo estadounidense" sin embargo "los acontecimientos recientes indican una pérdida de confianza" y, dada la posición negativa internacional ahora el dólar sigue siendo muy vulnerable a una reversión de entradas de capital". En resumen, hasta ahora si la situación iba mal seguía existiendo la creencia de una EEUU triunfante que acabe imponiéndose, ahora la incertidumbre es altísima y con el país en el foco de la misma ese principio se está quebrando.
Los expertos de ING alegan que "el desplome del dólar está funcionando ahora como un indicador de la tendencia de los inversores a salir de EEUU". Por un lado, el banco neerlandés indica que otros valores refugio como el yen, el franco suizo o incluso el euro están emergiendo, pero la cosa no termina ahí. Divisas que no son ni mucho menos consideradas 'refugio' como el dólar australiano o el neozelandés, más sensibles a China, están subiendo frente al billete verde. Eso indica, según ING que los inversores de todos los países "están construyendo un posicionamiento diferente (diversificando su exposición a múltiples divisas) generando la caída generalizada del dólar".
Una de las claves, en ese sentido, puede ser China, con la que se mantiene en liza la guerra comercial, con unos aranceles de 145 puntos. De hecho diversos analistas ya debaten sobre si el gigante asiático está iniciando una represalia sobre los bonos y, por consiguiente, el dólar. Esto explicaría también esa revalorización de las divisas que no suelen ser activos refugio, pero que son muy sensibles a la economía y exposición del gigante asiático, como las de Nueva Zelanda y Australia. Desde Gavekal Research explican que "China está liquidando sus tendencias de bonos para cambiar sus dólares por oro o monedas de países con los que tiene una relación menos conflictiva, como Europa, Canadá, Australia y Japón". El gigante asiático cuenta con 767.000 millones de dólares solo en bonos de EEUU a través de su banco central. A esta preocupación hay que sumarle los cerca de 143.000 millones de exportaciones de EEUU a China que están en riesgo con los elevados aranceles.