domingo, 13 de abril de 2025

Matrimonios lavanda: la alternativa viral de la Generación Z a las aplicaciones de citas



Cada vez más personas de la Generación Z se unen en los llamados matrimonios lavanda 
(iStock)



Cansada de las citas fallidas y de los vínculos efímeros, la generación Z está cambiando las reglas del juego sentimental y abrazando una nueva forma de compromiso que ya es viral



Aplicaciones como Tinder y Bumble están perdiendo protagonismo entre los jóvenes, especialmente entre quienes forman parte de la Generación Z. Cansados de las decepciones románticas, del desgaste emocional y del algoritmo que convierte las relaciones en un juego de azar, muchos han empezado a dar la espalda a las plataformas de citas y a explorar formas más auténticas de conexión. La alternativa que está ganando terreno tiene nombre, historia y millones de visualizaciones en TikTok: los matrimonios lavanda.

Este nuevo modelo relacional, que no se basa ni en el sexo ni en el amor romántico, consiste en formar un compromiso legal y emocional con una persona con la que se comparte una profunda amistad, estabilidad emocional y proyectos de vida. Lejos de las convenciones tradicionales, los matrimonios lavanda ofrecen una estructura segura para convivir y apoyarse sin que exista atracción física ni deseo romántico entre los miembros de la pareja.

El concepto no es del todo nuevo. Surgió a finales del siglo XIX, cuando algunas personas del colectivo LGTBIQ+ optaban por casarse con alguien del sexo opuesto para encajar en una sociedad hostil. Hoy, este término ha sido resignificado por los más jóvenes como una forma de construir vínculos sólidos sin necesidad de amor romántico. Y, para muchos de ellos, representa algo mucho más profundo que una simple moda: una forma revolucionaria de entender las relaciones.


¿Qué empuja a la Generación Z hacia este tipo de relaciones?

Detrás de esta tendencia hay una serie de factores sociales, económicos y emocionales que explican por qué los matrimonios lavanda están cobrando fuerza. La precariedad económica y la crisis de vivienda son dos de las causas más evidentes. Con los precios del alquiler disparados y los salarios congelados, compartir casa y gastos con alguien de confianza se convierte en una solución viable y emocionalmente segura. Vivir en pareja —aunque sea de forma platónica— permite acceder a beneficios fiscales, herencias, seguros o derechos legales compartidos, algo especialmente relevante en un contexto de incertidumbre laboral.


placeholderAplicación de citas Tinder (Reuters)
Aplicación de citas Tinder (Reuters)
Además, la saturación emocional de las aplicaciones de citas está llevando a muchos jóvenes a buscar relaciones más tranquilas y estables. La “fatiga del swipe”, los vínculos superficiales y la presión por encajar en ideales románticos han agotado a una generación que prioriza la salud mental, la autenticidad y la seguridad emocional. En lugar de perseguir la chispa del flechazo, muchos prefieren rodearse de personas con las que compartir valores, respeto y cuidado mutuo.


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También influye el cambio de mentalidad hacia modelos no convencionales de familia y pareja. Los matrimonios lavanda encajan perfectamente en esa nueva lógica relacional, donde lo importante no es el deseo o el romance, sino el acompañamiento, la compatibilidad de estilos de vida y el compromiso sin etiquetas. Es una forma de construir una “familia elegida” que respeta los límites personales y permite explorar otras formas de afecto sin renunciar a una vida en común.


Ventajas y riesgos de una unión sin romance

Este tipo de vínculos trae consigo algunas ventajas claras. La estabilidad emocional y financiera que ofrece un matrimonio lavanda puede ser muy positiva para quienes desean apoyo constante sin las complicaciones del amor romántico. También facilita la conciliación de otros modelos de vida —como el poliamor o la asexualidad— y reduce la presión por cumplir expectativas tradicionales.

Aunque el amor no sea romántico en este tipo de matrimonios, eso no significa que no sea profundo, transformador y, sobre todo, real

Sin embargo, también existen algunas implicaciones delicadas. Aunque no hay romance, sí puede haber dependencia emocional o desajustes si no se establecen acuerdos claros. Además, las implicaciones legales de un matrimonio no desaparecen solo porque no haya amor de por medio: herencias, propiedades, decisiones médicas o incluso divorcios pueden complicarse si la relación no está bien definida desde el inicio. Para que funcione, la base de todo matrimonio lavanda es la comunicación honesta, el respeto mutuo y una visión compartida del futuro.