- Un 24% de la deuda pública de EEUU está en manos extranjeras
- Los dos principales tenedores, Japón y China, empiezan a 'recular'
- Escenario de alto riesgo ante los elevados déficits y deuda del país
El boomerang comercial lanzado el jueves por Donald Trump contra el resto del mundo no ha tardado en volver a EEUU golpeando en la cara a los mercados. Una de las lecturas subyacentes a este movimiento es que los inversores extranjeros están dejando de ver a la primera potencia del planeta como un tradicional refugio seguro. Que esta visión cale es especialmente relevante en la medida en la que una importante porción de la deuda del Tesoro de EEUU está en manos de inversores de otros países, especialmente China y Japón. Además, en el horizonte ha surgido un atractivo reclamo: la segura Alemania emitiendo bonos en su decidida apuesta por volver a crecer y rearmar a Europa en este mundo que se ha vuelto tan peligroso. La conclusión es clara: los bandazos del inquilino de la Casa Blanca amenazan con convertir esas tenencias de bonos del Tesoro en un auténtico 'barril de pólvora', susceptible de acabar explotando si una chispa prende la mecha y no se para a tiempo. Los elevados déficit y deuda pública de EEUU estrechan mucho el pasadizo.
Según el último monitor fiscal del Fondo Monetario Internacional (FMI), el déficit fiscal de EEUU superó el 7,5% del PIB e iba camino de repetir hito ese año. En la senda de previsiones hasta 2029, todos los ejercicios la cifra superaba el 6%. En el caso de la deuda pública, las proyecciones del órgano apuntaban a un aumento del 120% del PIB actual a más de un 130% al final de la década. Las generosas medidas fiscales que quería aprobar Trump en su regreso (agresivas rebajas de impuestos) chocan con estos números. El mayor coste en intereses tras una época de tipos más altos es la guinda de este tétrico pastel.
El mercado del Tesoro de Estados Unidos, donde actualmente se compran y venden 28 billones de dólares en valores en circulación, está considerado el mercado de valores más profundo y líquido del mundo. Este hecho justifica el histórico interés que ha suscitado entre los inversores extranjeros. Qué mejor prueba que los propios datos: los extranjeros atesoran el 24% de la deuda pública de EEUU. Asia ha sido durante mucho tiempo el 'acaparador' más fiable de estos títulos. Sólo Japón posee alrededor de 1,1 billones de dólares de los pagarés de Washington, mientras que China posee aproximadamente 760.000 millones de dólares.
Sin embargo, estas tenencias están disminuyendo, en el caso de China, al nivel más bajo desde 2009. En diciembre se produjo el noveno descenso mensual consecutivo. Pekín ya ha recortado sus reservas del Tesoro durante tres años consecutivos. Las altas probabilidades de que esta tendencia se acelere en China y más allá llevan las huellas de Trump. No hay que olvidar que los aranceles más duros se han decretado contra Asia. Las tenencias de Japón también han caído, según los últimos datos del Gobierno estadounidense.
"Los asignadores de activos globales verán a EEUU de una manera muy diferente", opina en Bloomberg Neil Birrell, director de inversiones de Premier Miton Investors. "¿Venderán los inversores internacionales de EEUU como resultado de esto y empezarán a transferir dinero? Sí, probablemente lo harán". "El agravamiento de las preocupaciones sobre el crecimiento de EEUU a raíz de las noticias sobre los aranceles y las caídas adicionales relacionadas en las acciones estadounidenses han significado que el dólar no está disfrutando de su tradicional estatus de refugio seguro y moneda de reserva", constata Ray Attrill, jefe de estrategia cambiaria en National Australia Bank. Unas reflexiones que no invitan a la calma.
Desde Apollo, el estratega Torsten Slok pone el espejo ante la bolsa haciendo énfasis en que se han producido importantes entradas de capital extranjero en los mercados de renta variable de EEUU y los inversores extranjeros están ahora significativamente sobreponderados en renta variable del país. "En combinación con la caída del dólar y la actual sobrevaloración de los 7 magníficos, los riesgos a la baja para el S&P 500 como consecuencia de las ventas de los extranjeros son significativos", avisa.
Pero las caras de susto llegan con la deuda. "Un elemento potencial de represalia es recular en la compra de bonos del Tesoro", certifica John Velis, estratega macro de BNY en Nueva York, señalando a los inversores globales. "No comprar es probablemente más probable que vender", aclara, añadiendo a la ecuación la alternativa que suponen unos bunds alemanes con una oferta en aumento. Una anécdota resume bien este pensamiento. En una discusión hace semanas en redes sociales, un inversor estadounidense se quejaba del masivo estímulo fiscal alemán, denunciando que así la mayor economía de Europa perdía su estatus de refugio seguro como garante de la disciplina fiscal. Otro inversor -presumiblemente europeo- le contestaba que mejor invertir en bonos alemanes que en los de unos EEUU descarrilados políticamente.
"Algunos participantes en el mercado han expresado su preocupación por el efecto del aumento de los aranceles en la demanda extranjera de bonos del Tesoro de EEUU", escribían esta semana en una nota de investigación estrategas de Barclays, entre ellos Anshul Pradhan en Nueva York. "Con políticas orientadas a reducir el desequilibrio exterior, es probable que la demanda extranjera disminuya", añadían.
La escalada de las tensiones chino-estadounidenses ha alimentado a menudo las especulaciones de que Pekín aceleraría el desplazamiento de sus reservas de divisas de los activos estadounidenses. Muchos analistas, sin embargo, han restado importancia al riesgo de enfriamiento de la demanda exterior, argumentando que los bonos del Tesoro son casi insustituibles en una cartera global. "Podrías hacerlo, pero sería contraproducente", dijo Jim Caron, director de inversiones de soluciones de activos cruzados de Morgan Stanley Investment Management en Nueva York. "Te va a costar muchísimo", remata.
Papic (BCA Research): "El mensaje que nos envían los mercados hoy es que el mundo está a punto de abandonar EEUU. No que esté a punto de una recesión común y corriente"
Los estrategas, desde Morgan Stanley hasta UBS Global Wealth Management, discrepan sobre las perspectivas de los tipos de interés estadounidenses, ya que las medidas de Trump avivan las tensiones de la guerra comercial y amenazan con frenar el crecimiento mundial. Aunque eso normalmente sería positivo para los bonos del Tesoro, una retirada extranjera de los valores podría añadir un nuevo elemento de riesgo al mayor mercado de bonos del mundo.
Marko Papic, estratega jefe en BCA Research se fija en el mensaje que está telegrafiando el rendimiento del bono del Tesoro a 10 años. El experto sostiene que, aunque el rendimiento ha bajado estos días en medio del pánico en los mercados (ha subido el precio, los inversores han intentado comprar seguridad en medio del naufragio), realmente no ha caído tanto como debería e, incluso, por momentos, ha recuperado resuello. Este mismo lunes, en medio del pánico con el que abría la sesión primero en Asia y luego en Europa, el rendimiento del T-Note caía al 3,9%, pero enseguida ha vuelto a la órbita del 4%, evidenciando que le cuesta despegarse 'a la baja' de este nivel.
"Una recesión que se supone que es principalmente positiva para los bonos del Tesoro a largo plazo no está ayudando a bajar los rendimientos de los bonos", certifica Papic. "La limitación más importante para el presidente Trump es el mercado de bonos, que sencillamente no ha repuntado tanto como cabría esperar dadas las crecientes probabilidades de recesión. Con los rendimientos de los bonos elevados, el presidente Trump no podrá ampliar el déficit tanto como desea para compensar el descenso del crecimiento", insiste el estratega.
El economista de BCA Research cree que hay 'algo más en todo esto'. Un "éxodo" silencioso acelerado a golpe de titular. "La historia de 2025 no es la guerra comercial. Es que los inversores globales están utilizando el catalizador y el flujo de noticias de la guerra comercial para aligerar su exposición a los activos estadounidenses. El ruido de la guerra comercial está sirviendo de tapadera para un éxodo absoluto de EEUU", escribe Papic. "El mensaje que nos envían los mercados hoy es que el mundo está a punto de abandonar EEUU. No que esté a punto de una recesión común y corriente", rubrica.
Para Papic, el principal culpable de este éxodo es el drástico cambio en las perspectivas de impulso fiscal de EEUU. En plata: la política interna. "La revuelta contra la expansión del déficit que se está produciendo en la Cámara de Representantes no está recibiendo suficiente cobertura mediática, principalmente porque el consenso sigue siendo que el Senado importa y es más importante. Esto no ocurre cuando la Cámara de Representantes tiene una mayoría tan pequeña. En una recesión, los responsables políticos tienen la libertad de aumentar el déficit en respuesta a una desaceleración. Pero (...) si los rendimientos de los bonos se ven frenados por una prima a plazo de Trump, los conservadores de la Cámara no responderán con un mayor gasto fiscal, lo que frenaría el motor del crecimiento de la economía estadounidense en los últimos cinco años", resuelve el analista.
Europa (Macron) mete cizaña
Al otro lado de esta ecuación aparece Europa. Ya no solo es que los bunds alemanes ofrezcan atractivo y seguridad en medio de la marejada de EEUU. Los llamamientos se han empezado a multiplicar en el Viejo Continente para aprovechar esta fisura en la confianza de los inversores extranjeros hacia EEUU.
La voz más nítida está siendo la del presidente de Francia, Emmanuel Macron, otrora banquero de inversiones. El mandatario galo no solo ha pedido a las empresas de la UE que dejen de invertir en EEUU en respuesta a los abusivos aranceles. También está aprovechado la oportunidad para impulsar su visión de Europa como una fuerza geopolítica verdaderamente autónoma
El elemento clave aquí es una mayor integración de los mercados de deuda grandes pero fragmentados, potencialmente con más emisiones conjuntas que podrían actuar como un activo seguro alternativo a los bonos del Tesoro estadounidense. Macron lleva años impulsando el endeudamiento conjunto con este fin y, más recientemente, para financiar el gasto en defensa y tecnología. Si los funcionarios pueden avanzar en la integración de los mercados de capital de la UE, tendrán la oportunidad de atraer más inversiones de quienes buscan una alternativa a los activos en dólares, ha expresado el presidente francés.
En Bruselas, Paschal Donohoe, presidente del Eurogrupo de ministros de finanzas, ha afirmado que existe una enorme oportunidad a largo plazo si el bloque logra mejorar la eficiencia de sus mercados. Por su parte, Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo (BCE) ha constatado ante los líderes políticos que la condición de EEUU como refugio está amenazada por las decisiones políticas de Trump.
Por ahora, las autoridades de Berlín siguen descartando una mayor emisión conjunta de bonos de la UE, medida que consolidaría el atractivo del euro para los inversores. Sin embargo, reconocen que el debate está cobrando impulso, según fuentes cercanas a la política germana consultadas por Bloomberg.