Con la llegada de la guerra comercial son muchos los que piensan en dejar de consumir productos estadounidenses. La realidad es que su influencia está presente en muchos aspectos clave
Son las 7 de la mañana del jueves y tu despertador suena un día más. Ayer te quedaste hasta tarde viendo cómo Donald Trump ponía aranceles a todo el planeta y pensando en qué pasaría ahora. Es muy probable que lo primero que hagas según suene la alarma, aun sin darte cuenta, sea tocar un producto estadounidense.
Si te despiertas con el reloj del móvil, esa probabilidad ronda el 100%. Ya tengas un iPhone o un Pixel, que son completamente yanquis, o un teléfono ensamblado en otro país, es casi imposible que el software que dispara ese maldito sonido mañanero no tenga el sello de las barras y estrellas. Un breve gesto que solo es el inicio de un viaje cotidiano en el que tu dependencia de aquel país no parará de crecer.
Desde que Donald Trump iniciase su guerra comercial, son muchos los que han empezado a preguntarse si sería posible hacer una suerte de boicot contra los productos de norteamericanos o reforzar su autonomía de la economía estadounidense. Se han creado campañas para impulsar estas acciones, hay grupos en redes sociales que te ayudan a hacerlo e incluso algunos políticos se lo han dejado caer a sus ciudadanos. Si tú también lo estás barajando, aquí va un ilustrado texto en el que ver hasta qué punto el Made in USA se entrelaza con nuestra vida diaria.
Ya sea durante tu aseo mañanero, en tu jornada laboral o cuando disfrutas de tus momentos de ocio, Estados Unidos está presente en cada uno de los pasos que das. Obviamente, su tecnología está en tu móvil, pero su influencia no se queda ahí. Con el país de Trump compartimos algunas de las marcas más reconocidas y consumidas en España, algunas de las medicinas más recetadas y hasta los lugares donde hacemos la mayoría de las compras.
Cuando estalló la guerra de Ucrania, pocos fueron los que se resistieron a aislarse de la economía rusa. Pero algo parecido es prácticamente imposible para EEUU. Como cuenta Enrique Feás, economista e investigador principal del Real Instituto Elcano, dejando marcas e inversiones aparte, el problema no es tanto por la cantidad de productos que importamos, sino por la calidad de los mismos. “Nuestro comercio con EEUU no es tan importante por la cantidad de lo que les compramos, sino porque son productos de sectores clave, como el farmacéutico o los bienes de equipo, que tienen un peso trascendental y difícil de sustituir”. Aunque sin duda el mayor déficit está en los servicios. “Al igual que en bienes vamos muy a la par o incluso hay países de la UE con gran balance comercial a su favor, en lo que tiene que ver con la industria financiera y la tecnológica, la dependencia es muy clara”.
El primer ejemplo de esa conexión está en tu baño. Una vez has apagado la alarma, te dirigirás a una ducha en la que muchos de los productos que tienes ahí repartidos seguramente pertenezcan a una firma yanqui. Hay muchas posibilidades de que te enjabones el pelo con un líquido pensado al otro lado del charco, te laves los dientes con pasta formulada en Ohio y, si eres mujer, tu higiene dependa de sus inventos.
De la mayoría de esos desarrollos se encarga una sola marca, Procter & Gamble, uno de esos gigantes multinacionales que están por todo tu hogar sin que tú siquiera lo sepas. Con sede en Ohio y base ibérica en Barcelona, P&G es dueña de Evax, Pantene, Ausonia, Gillette, Kleenex, Oral B o H&S. Si tienes niños, también conocerás bien otra de sus marcas clave: Dodot.
En 2022, la consultora Kantar, colocó a P&G como la empresa líder en el ranking de consumo no alimentación y la sexta que más peso ganaba en el número de contactos con el consumidor. En 2024, año en el que facturó en España más de 89 millones, quedó en el sexto puesto de fabricantes con más presencia en la cesta de la compra de los españoles. Además, lidera un curioso ránking. A día de hoy es el mayor anunciante de España con 77,7 millones de inversión publicitaria en 2024, según InfoAdex.
Este gigante es el principal nombre que aparece cuando pensamos en marcas de gran consumo con origen en Estados Unidos pero incluso sus rivales también tienen origen allí. La marca de dentífricos Colgate es parte de Colgate-Palmolive, que también es dueña de Sanex. Entre sus principales rivales europeos está la británica Unilever, otro de esos conglomerados que sin aparecer mucho con nombres y apellidos está detrás de marcas clave como Dove o AXE. L’Oreal, más conocida a nivel general, es otro de los gigantes de este mundo.
Si incluimos en este entorno el asunto de las farmacéuticas, hay nombres que no podemos obviar y que seguramente te suenen. Ya sea por el covid o porque tengas en el botiquín alguno de sus productos: Johnson and Johnson, Pfizer y Moderna. Son solo tres actores del gigantesco sector farmacéutico estadounidense.
Vamos al trabajo
Al llegar a la oficina puede que ya no tengas que lidiar con tantos químicos de Estados Unidos, pero lo tendrás que hacer con su otra gran arma: la tecnología. Su presencia en el entorno laboral se ha disparado en las últimas décadas, con un poderío tecnológico sin parangón. Prácticamente cualquier trabajo que dependa de una mínima conexión informática se apoya en Estados Unidos.
Tu escritorio es uno de los mejores ejemplos de la hegemonía yanqui en este mundo. Sin entrar en detalles de componentes o utensilios menos usados, seguramente trabajes con un sistema Windows, de Microsoft o con su alternativa de Apple. En hardware, las posibilidades de usar firmas estadounidenses como Dell o HP son muy altas, pero su verdadero dominio pasa por el software que va desde el citado Windows a Gmail o incluso Slack o Zoom. Por no hablar de la nube y el papel de Google, Microsoft y sobre todo Amazon en el control de las entrañas de la red.
Para expertos como Omar Rachedi, Doctor en Ciencias Económicas por la Universidad Carlos III de Madrid y profesor de ESADE, es en ese campo de batalla donde Europa debería plantearse seriamente su respuesta ante los aranceles. “Es lo que se está debatiendo con el instrumento anticoerción, que parece el último botón que podría pulsar la UE. Pero también podrían dañar a las tecnológicas impulsando otras medidas como las de forzar a que paguen más impuestos en los países en los que hacen negocio, por ejemplo. Es un aspecto muy delicado, pero clave en esta guerra comercial”, cuenta.
Pero la presencia de EEUU en el trabajo no se queda solo en la tecnología. Si tomas un refresco, muy probablemente sea de Coca-Cola o Pepsico y lo mismo con los snacks. Volviendo a los estudios de consumo, Coca-Cola sigue siendo la marca líder indiscutible en nuestra cesta de la compra. En plena guerra de estas firmas contra las marcas blancas, es la que mejor aguanta el envite, seguida por la española El Pozo. Además, es la tercera en el ránking de fabricantes, por delante de P&G y por detrás de la suiza Nestle y la francesa Danone.
Pepsico, por su parte, multiplicó por ocho sus beneficios en España en 2023 y no solo por las bebidas. Es dueña de las principales marcas de snacks como Doritos, Cheetos o Matutano. Pepsico Holding España, declaró en 2022 un beneficio neto de 73,9 millones, ocho veces más que el año anterior, con los precios disparados al alza.
Por último, si haces alguna compra por internet te encontrarás con otro de los gigantes de Estados Unidos: Amazon. Según los análisis de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, en 2024 Amazon controlaba el 68% del ecommerce nacional, el segundo, AliExpress, de origen chino, ronda el 30% e eBay, también yanqui, se queda en tercer lugar con el 4%.
Moda y cultura estadounidense
Si en el trabajo la presencia de Estados Unidos es continua, tras tu jornada laboral seguirás tirando de muchos de sus servicios. Como, por ejemplo, para quedar con amigos o familia. Tu conexión social y tu tiempo de ocio pasa por una multinacional estadounidense y tienes pocas opciones de que no sea así.
Al terminar de trabajar y quedar con tus amigos o compañeros por WhatsApp o Instagram, seguramente te muevas en un coche con pocas opciones de ser estadounidense más allá de si conduces un Ford o un Tesla, que no tienen malos porcentajes en la cuota de mercado, pero están lejos de ser hegemónicos. Más probabilidades tienes de usar ropa de diseño Made in USA.
Ojeando tu armario lo comprobarás, pero es muy difícil que no tengas una sola prenda de sus marcas. En 2022, Nike tenía un 30% del mercado de calzado deportivo y hay otras firmas clásicas como Levi’s, Converse o Ralph Lauren con bastante presencia en nuestro país. Aunque donde tiene un liderazgo diferencial es en los conjuntos que usas para hacer deporte.
Gracias, de nuevo, al desarrollo tecnológico y la apuesta por la innovación, muchas de sus firmas como Nike, Under Armour, New Balance o Skechers, comandan esta parte del negocio. Eso sí, la explosión de los aranceles no deja muy claro el futuro de estas compañías. Nike, por ejemplo, ha caído en picado en Bolsa debido a que buena parte de su producción depende de terceros países que ahora tienen tasas disparadas. El Made in China de todas estas empresas está contra las cuerdas.
Por último, seguramente también escucharás algo de música o leerás algún libro en tu tiempo libre. Aunque seguramente uses para ello uno de los pocos gigantes tecnológicos no americanos, Spotify, la producción y el mundo editorial es otro gran pilar de la economía yanqui. Sin entrar en artistas o escritores concretos, solo hace falta mencionar algunos nombres como Universal, Harper Collins o Warner.
“El instrumento anticoerción es tan potente que puede permitir a la UE poner medidas en los derechos de propiedad intelectual o su explotación comercial, que es algo clave en la parte internacional de la economía estadounidense y en lo que se basa el negocio de muchas de sus multinacionales”, cuenta Feás. “El problema es que siendo un arma con tantas opciones, es muy difícil pensar en cómo se podría articular de forma eficiente. Es un asunto que aún merece mucho debate. Es igual que lo que cuando se habla de lo que se podría hacer con compañías estadounidenses con filiales europeas. Al final esas empresas son europeas. Quizá podrías tocar algo de la retirada de capitales a Estados Unidos, pero entrarías en un terreno difícil de gestionar”, detalla.
Cenita y peli
El mejor ejemplo de la hegemonía en la producción de contenidos está en las plataformas audiovisuales. Provienen de Estados Unidos en un 90% (salvo excepciones como Filmin) y seguro que las usas antes de irte a dormir, aunque sea por ver algún vídeo de YouTube. Netflix, HBO, Disney, Prime Video… Todas pertenecen a grupos estadounidenses como las grandes tecnológicas.Si además te entra hambre al ver la serie, y quieres pedir algo, aparecerás en otro de los sectores clásicos de Estados Unidos: la comida rápida. Aunque es un sector algo en decadencia y que ha cambiado mucho en los últimos tiempos, la presencia de marcas estadounidenses, en muchos casos llevadas por empresas radicadas en España, sigue siendo muy importante. Desde el clásico McDonalds a Burger King, KFC o Five Guys, una de las últimas empresas en aterrizar en España, pero que no ha dejado de invertir en estos años. No hay que olvidarse de Domino’s, un nombre también de matriz yanqui.
Según los datos de Circana, en 2025 la compañía de la M dorada tiene una cuota de mercado en restauración organizada del 15,7%, lo que supone medio punto más que un año antes. Entre Burger King y KFC, los siguientes en el ranking y también estadounidenses, suman otro 15%.
Incluso al dar de comer a tu mascota puede que tengas un poco de Estados Unidos contigo. Royal Canin y Hill’s, dos de las marcas que más venden en este sector, son de propiedad estadounidense. Sus dueños son dos de esos grupos multinacionales, Mars y Colgate respectivamente. Su gran rival no americano es Purina que es propiedad a día de hoy de Nestle.
Tu día termina recogiendo los platos y preparándote para ir a dormir. Quizá ni en eso te vayas a librar de pensar en la guerra comercial. Fairy y Ariel son de P&G.
Por
Guillermo Cid Ilustración: Sofía Sisqués y Emma Esser
Datos: Miguel Ángel Gavilanes
06/04/2025 - 05:00
https://www.elconfidencial.com/mundo/2025-04-06/estados-unidos-dependencia-dia-a-dia_4100806/