No, no todo es lo que parece. Ni siquiera en cuestión de alimentación. He ahí el ejemplo de la pizza de carbonara de DIA (con champiñones solo en la parte visible) o los helados de chocolate que tienen forma de hamburguesa pero su sabor es dulce y frío (aquí encontrarás más ejemplos). Pero lejos de estos casos, más anecdóticos que otra cosa, hay otros alimentos que compramos con mucha frecuencia y que no tienen nada que ver con lo que imaginamos.
La Organización de Consumidores y Usuario (OCU) lo ha querido demostrar en su campaña ¿Sabemos lo que comemos? y ha sacado a la luz cinco productos que adquirimos pensando que son una cosa y luego resulta que esconden gato encerrado:
NÉCTAR DE FRUTAS
¿A que suena bien y hasta parece incluso más exótico que un zumo? Pues la realidad es que el néctar tiene mucha menos fruta. "Solo la mitad de un néctar es fruta. La otra mitad es azúcar con agua", explica el texto de la OCU, y recomienda que para evitar engaños se lea la letra pequeña.
La Agencia Española de Seguridad Alimentaria (AESA) define el néctar como un producto "obtenido por adición de agua y de azúcares y/o miel a los productos anteriores [zumos de fruta, zumo de fruta concentrado o zumo de fruta deshidratado], al puré de frutas o a una mezcla de estos productos".
JAMÓN DE YORK
Seguramente llevas toda la vida pensando que detrás del jamón de york hay jamón (el producto alimenticio obtenido de la pata trasera del cerdo), pero la realidad es otra muy distinta. Este producto debería quitarse ese primer nombre porque no está hecha con esa parte del animal, sino con otras piezas "menos nobles... y más baratas", explica la OCU.
Y si el apellido de producto es "extra jugoso" tampoco es buena señal. Al contrario de lo que podamos pensar, estos solo quiere decir que tiene más agua y menos jamón que el resto de alimentos.
RALLADO PARA GRATINAR
La palabra queso suele omitirse en estos envases porque, a pesar de lo que piensa el consumidor, estos productos no están hechos con queso. "Es un producto lácteo con grasas vegetales más baratas que la grasa láctea", se lee en el informe de la OCU.
Que no sea queso como tal ayuda a entender por qué no se funde con tanta facilidad y por qué se quema y adquiere un aspecto dorado al gratinarse.
CARNE PICADA
¿Cuántas veces has oído a tu madre decirle que compres la pieza entera de carne y que luego la pique el carnicero? ¿Y cuántas veces le has hecho caso? Quizás después de leer esto cambies de actitud: los preparados de carne picada del supermercado no son todo carne. De hecho, según el informe de la OCU, además de carne —entre el 65% y 90%— contienen espesantes, almidones, proteína de soja, conservantes y colorantes.
ANILLAS DE CALAMAR
Tan cortaditas, tan preparaditas y tan listas para cocinar... que nunca dirías que esconden un secreto. Las anillas de calamar son en realidad anillas de pota, un molusco de aspecto parecido al calamar pero de tamaño mayor, de textura mucho más dura y de precio mucho más bajo.
El producto suele venderse descongelado (debe estar indicado claramente), aunque pensemos que es fresco. ¡Y no solo eso! Para adquirir ese aspecto de calamar, las potas suelen someterse a un procesado con agua y fosfatos para hacerlas más tiernas y blanquearlas.
Publicado: Actualizado: http://www.huffingtonpost.es/2015/06/29/alimentos-no-son-lo-que-parece_n_7686118.html
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