lunes, 13 de julio de 2015

El hambre de China por los robots transforma su sector manufacturero

Hon Hai Precision Industry, mejor conocida como Foxconn, exhibe sus robots en una feria en China. La empresa taiwanesa anunció planes de instalar miles de máquinas para ensamblar iPhones y otros productos. China Daily/Reuters


Luego de devorar muchos de los trabajos manufactureros del mundo, China se los está entregando a los robots. El gigante asiático ya es el mayor mercado del mundo para máquinas robóticas. Las ventas crecieron 54% interanual el año pasado y todo apunta a que este auge continuará. Se proyecta que para el próximo año, China tenga más robots industriales instalados que cualquier otro país, según la Federación Internacional de Robótica.
El ascenso de China como un centro de automatización contradice muchas suposiciones sobre los robots y la economía global.
Los economistas a menudo ven la automatización como una forma que tienen las economías avanzadas para retener industrias que, de lo contrario, podrían trasladarse al extranjero o incluso traerlas de regreso a sus fronteras, ya que el enfoque está en formas de reducir los altos costos laborales.
Esa motivación no ha desaparecido. No obstante, es cada vez más común que los robots asuman trabajos en países en desarrollo, reduciendo el potencial de creación de empleos asociado con la construcción de fábricas en los mercados de frontera de Asia, África o Latinoamérica.
Una confluencia de fuerzas económicas se encuentra detrás de esta tendencia en China. Los costos laborales, si bien son bajos en relación con los de economías avanzadas como Estados Unidos, se han disparado. Eso ha socavado la lógica que llevó muchos de esos empleos al país. Además, la nueva tecnología robótica es más barata y fácil de usar que antes. Asimismo, muchas de las industrias de más rápido crecimiento de China, como la automotriz, tienden a depender de la automatización sin importar dónde se encuentren las fábricas. Algunos empleos, como los que implican operaciones delicadas del tipo que se ven en las plantas de electrónicos, únicamente pueden hacerse con máquinas.
“Los consideramos (a los chinos) como productores de aparatos baratos”, pero no están concentrados en eso, dice Adams Nager, analista de investigación económica de la Fundación de Tecnología de la Información e Innovación, en Washington. China, dice, está dejando que sectores que dependen de grandes cantidades de mano de obra manual, como la confección de ropa y producción de zapatos, salgan del país para concentrarse en industrias de capital intensivo, como la siderurgia y los electrónicos, donde la automatización es un impulsor.
En este sentido, lo que está sucediendo en China no es diferente a lo que ha ocurrido en otras partes del mundo.
Sin embargo, el hecho de que esté pasando en China subraya un giro significativo. Algunos economistas creen que China sería uno de los últimos países donde la industrialización desataría el tipo de crecimiento masivo del empleo que ayuda a un país a dar el salto al grupo de naciones acaudaladas. Si la tendencia hacia la automatización continúa, significaría un crecimiento del empleo más lento, aunque eso aún no es evidente en China.
La Federación Internacional de Robótica calcula que se vendieron cerca de 225.000 robots industriales el año pasado en todo el mundo, una cifra récord y 27% más que el año anterior. Las ventas de robots crecieron en todos los grandes mercados, con más de la mitad del crecimiento en Asia. Entre ellos, China registra el mayor aumento, con ventas de 56.000 unidades en 2014.
Una razón por la cual China seguirá en auge es debido a que tiene una “densidad de robots” relativamente baja, señala la agrupación. China tiene cerca de 30 robots por cada 10.000 trabajadores manufactureros. En Alemania, la densidad es 10 veces mayor.
“China tiene un crecimiento explosivo (en robots)”, asegura Henrik Christensen, director del laboratorio de robótica del Instituto Tecnológico de Georgia, agregando que todas las grandes empresas de automatización del mundo se están apurando a construir fábricas en ese país para satisfacer la demanda de nuevas máquinas.
Terry Hannon, director de desarrollo de negocios y de estrategia de Adept TechnologyInc., ADEP +2.39% un fabricante de robots estadounidense con sede cerca de Silicon Valley, dice que quedó perplejo al ver 400 nuevos fabricantes locales en una feria de la industria en China el año pasado. Entre los nuevos participantes del mercado se encuentra Hon Hai Precision Industry Co. 2317.TW -1.16% —mejor conocida como Foxconn— la cual anunció planes de construir e instalar miles de robots para ensamblar iPhones y otros productos.
Hay un factor de orgullo en la rápida adopción de robots por parte de China. “Cuando los chinos comenzaron a exportar, a menudo se cuestionaba el tipo de calidad que podían ofrecer”, explica Steven Wyatt, director de marketing y ventas de ABB Robotics, de Zúrich. “Desean ser capaces de decir: ‘Usamos los mismos robots que ustedes usan en Europa Occidental y Norteamérica’”.
Esa es una razón por la cual el gobierno chino está impulsando la tendencia. En 2013, Beijing delineó una meta de tener para 2020 al menos tres fabricantes de robots competitivos a nivel global, ocho grupos de subcontratistas, una participación de mercado de 45% para los fabricantes chinos de robots de alta gama y una triplicación de la penetración de los robots a 100 por cada 10.000 trabajadores.
Algunos creen que esta estrategia puede crear una cierta mentalidad de rebaño y estimular los gastos innecesarios. “Si financia a las compañías equivocadas, puede terminar sacando a los que serían los más productivos”, advierte Gan Jie, profesor de la Escuela de Negocios de Cheung Kong y miembro de la junta de DJI, un fabricante de drones con sede en Shenzhen.
Mientras tanto, hay poca evidencia hasta el momento de que los robots estén teniendo un gran impacto en el empleo. Los sueldos urbanos promedio en China subieron más de 10% en 2014, pese a que el país continúa en camino de crear al menos 10 millones de nuevos empleos este año.
Los dueños de fábricas dicen que la creciente dificultad para encontrar jóvenes chinos dispuestos a realizar trabajos de ensamblaje está motivando la adopción de los robots. Algunos fabricantes de electrónicos afirman que luchan contra tasas de deserción de hasta 20% al mes.
El impacto laboral podría sentirse en otros países en desarrollo, ya que los empleos que podrían haber migrado de China en busca de costos más bajos se quedarán allí.
Chen Zhengxiao, gerente de Ruian Carbide Tool Co., un fabricante de partes para tornos y molinos de la provincia de Zhejiang, dice que los costos laborales no fueron un factor en la decisión de la empresa de usar más robots. “Tocar un producto con la mano causa problemas de calidad”, cuenta. “No se puede garantizar la precisión. El proceso también es más rápido con los robots”.

Domingo, 12 de Julio de 2015 11:29 EDT
http://lat.wsj.com/articles/SB12308046749939644205304581104093053972696?tesla=y

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