- La inversión choca con la necesidad de preservar sus tesoros históricos
El Consejo Central Arqueológico de Grecia (KAS, por sus siglas en griego) se ha convertido en el terror de las empresas e inversores que intentan desarrollar cualquier proyecto. El país europeo es famoso por su lenta burocracia, pero este organismo público se lleva la palma, ya que es capaz congelar cualquier inversión millonaria por la simple sospecha de que puede afectar a un potencial descubrimiento arqueológico.
Uno de los principales problemas es la falta de financiación para que el sector público tenga respuesta ágil, y los recortes por la crisis económica y el consiguiente rescate europeo no han hecho sino empeorar la situación.Encontrar una solución es clave para cumplir con el programa de privatización y poder aprovechar así el levantamiento de restricciones de Bruselas sobre el gasto público.
El principal problema es aunar las necesidades de un país que sigue sin recuperarse económicamente con la conservación de su principal tesoro: una Historia sin parangón que sirve de imán para el turismo, la principal industria del país.
Un sueño en ruinas
El diario estadounidense The Wall Street Journal recoge algunos ejemplos que dan fe de cómo la riqueza arquitectónica de Grecia puede ser un problema para casi cualquier proyecto que implique hacer obras.
Mike Angeliades, promotor inmobiliario de Nueva York, tenía planeado construir un campo de golf en su tierra natal griega desde hace un cuarto de siglo. Pero justo cuando el plan parecía a su alcance, se vio inmerso en un viaje al pasado.
Hace tres años Angeliades ganó un concurso público para desarrollar una finca en el litoral de Rodas, la isla del Egeo donde vivió hasta su adolescencia. Pero el año pasado las autoridades soltaron la bomba. El Consejo Central Arqueológico, dependiente del Ministerio de Cultura, declaró que toda la zona era un yacimiento arqueológico.
Dos años más tarde, después de haber gastado alrededor de 1,5 millones, la autoridad arqueológica estatal de Grecia tiene congelado el proyecto para el que está previsto una inversión de 400 millones.
Programa de privatización
La recuperación de Grecia depende en gran medida de la inversión extranjera. Hace siete años se embarcó en un programa de privatización para recaudar 50.000 millones de euros para un estado casi en quiebra. Hasta la fecha, sólo trajo 4.400 millones de dólares, y los críticos del gobierno dicen que la excesiva burocracia es una de las razones principales de la pésima evolución.
El fondo de privatización del estado prometió el año pasado contratar a arqueólogos externos para que inspeccionaran el área y así el proyecto pudiera volver a la normalidad. Pero aún no se ha hecho nada. "Todo el mundo me advirtió de que peinaría canas antes de poder construir cualquier cosa en Grecia", ha explicado Angeliades a The Wall Street Journal.
En el país, las autopistas, las alcantarillas y otros proyectos públicos a menudo se posponen, rediseñan o se encarecen por el coste de encontrar yacimientos arqueológicos. Los nuevos edificios residenciales a menudo carecen de garajes subterráneos porque los promotores temen descubrir antiguas ruinas que pueden detener el proyecto durante años.
El desarrollo del metro congelado
El metro en Salónica, la segunda ciudad más grande de Grecia, aún no está terminado después de tres décadas de trabajo, en parte debido al descubrimiento de una antigua ciudad que algunos arqueólogos comparan con Pompeya en Italia. Las excavaciones sacaron a la luz edificios pre-bizantinos, caminos y cientos de miles de antigüedades.
El problema que conllevan estas demoras se ha vuelto más urgente ya que Grecia espera aprovechar el levantamiento de las restricciones de la Unión Europea sobre el gasto público para impulsar la recuperación económica.
Aeropuerto de Hellenikon
Un ejemplo de ello es el proyecto del viejo aeropuerto de Hellenikon. Con el respaldo de inversores chinos y del Golfo, el promotor griego Lamda elaboró un plan de 8.000 millones de euros para construir uno de los mayores complejos costeros de Europa, con una superficie de 620 hectáreas. El proyecto podría dar un impulso a la economía griega, al atraer a cientos de miles de turistas y crear 75.000 puestos de trabajo.
Ahora mismo el desarrollo está parado y eso que es una de las piezas angulares del programa de privatización del Gobierno que comprometió en el último rescate al país.
La autoridad arqueológica demoró el inicio del proyecto por más de un año, a pesar de que los arqueólogos no habían expresado reservas antes de que el sitio fuera utilizado para instalaciones deportivas durante las Olimpiadas de 2004. Se había encontrado un antiguo cementerio y un acueducto, pero el KAS demoró la construcción ante la posibilidad de que pudieran encontrarse más hallazgos.
El año pasado, bajo la fuerte presión de los acreedores internacionales, el Gobierno intervino para agilizar las obras. Los griegos en general están orgullosos de su pasado y de la herencia milenaria de su país, y preservarlo es fundamental para la atracción de turistas, que representan el 10% del PIB.
Ejemplo de Italia e Israel
"No hay equilibrio", apunta Aristotelis Panteliadis, director general de una cadena de supermercados que tuvo que esperar cinco años de revisiones arqueológicas para ampliar una de sus tiendas. El empresario se queja de que faltan fondos públicos para que las excavaciones públicas ante un yacimiento sean rápidas.
Grecia no es el único país con estas peculiaridades en sus terrenos. Israel e Italia también están repletos de reliquias históricas. En Israel es obligatorio que los inversores y promotores compartan los gastos con la administración.
"El problema de Grecia es que está en la ruina", señala Paul Cartledge, profesor de cultura griega en la Universidad de Cambridge. Pone de ejemplo que en Italia se emplean 18.500 personas para este problema, mientras en Grecia solo hay 6.500 personas.
Además, en Italia, algunas autoridades locales tratan de limitar las esperas en proyectos inmobiliarios al permitir que las ruinas se integren en las nuevas estructuras. Por ejemplo, parte de un acueducto de 2.000 años de antigüedad se ha dejado intacto y en exhibición en el nivel subterráneo de una nueva tienda de lujo en el centro de Roma.
Aunque cuando aparecen restos excepcionalmente importantes, la construcción también se ve afectada en Italia. El descubrimiento de un auditorio que data del reinado del emperador Adriano, cerca de la Piazza Venezia de Roma, obligó a las autoridades a reubicar una nueva estación de metro.
Las autoridades griegas han intentado acuerdos similares en el pasado. De hecho, gracias a las obras del metro de Atenas se encontraron 50.000 antigüedades que ahora son expuestas en seis estaciones del subterráneo.
8:22 - 9/03/2018
http://www.eleconomista.es/economia/noticias/8991856/03/18/Cuando-los-tesoros-ocultos-de-Grecia-amenazan-la-recuperacion-economica-de-un-pais.html
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