La misteriosa enfermedad de Peyronie es la causante de un gran estigma social (Getty Images)
- Una enfermedad silente que padecen el 3,4% de los hombres
A todos nos preocupa nuestra sexualidad y bienestar físico y psicológico. No obstante, hay dolencias que son más difíciles de diagnosticar y cuantificar debido a su naturaleza oculta que silencia y afecta profundamente a nivel emocional a quienes las padecen. Es el caso de la enfermedad de Peyronie, patología silente que cuenta con un gran estigma social y perjudica a la vida sexual de muchos hombres y sus parejas.
La padecen entre el 3,2 y el 3,4% de los hombres (sobre todo a partir de los 50 años), aunque se cree que su incidencia está infraestimada al ser una patología silente. Este hecho impide que muchos casos no sean detectados o que, cuando se requiera de ayuda por parte de un especialista, ya sea tarde y se necesite recurrir a la cirugía. El Dr. Eduard García Cruz, urólogo del Hospital Clínic de Barcelona nos facilita algunas claves para facilitar un diagnóstico temprano.
¿Qué es y por qué se produce?
Se cree que aparece en respuesta a pequeños traumatismos (micro roturas) en el pene durante el coito que favorecen la formación de placas –una especie de cicatrices internas en la túnica albugínea–, favorecidos por algunas alteraciones genéticas, que producen inflamación.
En una fase aguda de la enfermedad, a raíz de una cicatrización anómala y exagerada se genera esta placa dolorosa, que suelen reportar la mayoría de los pacientes como primer síntoma. “En el 50% de los casos existirá una curvatura”, asegura el experto. Las placas en el pene se producen por un crecimiento anómalo del colágeno en la túnica albugínea, con ocasionales depósitos de calcio, que fomentan que el miembro termine torciéndose.
La padecen entre el 3,2 y el 3,4% de los hombres (sobre todo a partir de los 50 años), aunque se cree que su incidencia está infraestimada al ser una patología silente”
Una de sus posibles causas puede ser la fractura de pene –cuando se dobla violentamente durante una erección–, la cuál puede propiciar que aparezca esta enfermedad. En general, un 75% de los casos afecta a varones entre 40-70 años, sin embargo, también pueden padecerla pacientes más jóvenes y más ancianos.
¿Cómo saber que padeces la enfermedad?
Un pene normal tiene una cierta curva dorsal –hacia atrás– para adaptarse mejor a la anatomía de la vagina. Para saber si tienes una curvatura normal, lo mejor es hacerse una fotografía en estado de erección máxima, tanto desde arriba como de lado para poder medirlo. La medida estándar es una curva de menos de 30º.
¿En qué afecta esta enfermedad a los pacientes?
García Cruz asegura que es una dolencia que preocupa mucho a los hombres por las posibles secuelas presentes y futuras, además de por ser un proceso largo, minando mucho la autoestima del paciente. “Si tenemos en cuenta que el pene es el centro de la sexualidad masculina, cuando presenta una alteración –real o potencial– afecta mucho a sus relaciones íntimas y, de rebote, a su pareja”.
Se asocia en un 40% a la aparición de una disfunción eréctil por pérdida de rigidez o por una incurvación muy pronunciada, acortamiento o deformidad del pene, erecciones dolorosas e incluso una disminución del deseo.
Un 75% de los casos afecta a varones entre 40-70 años, sin embargo, también pueden padecerla pacientes más jóvenes y más ancianos”
¿Cuál es el tratamiento?
“Olvidémonos de pastillas, cremas y polvos mágicos… Internet está lleno de este tipo de sustancias que no han demostrado ser de ninguna utilidad”, sentencia el urólogo. “Si existe curva, se puede plantear una inyección intralesional, que realmente ha cambiado la historia natural y el tratamiento de esta enfermedad”, concluye García Cruz.
Además, si existe acortamiento, se puede plantear elextensor de pene –que ha de llevarse varias horas al día para conseguir recuperar la longitud y corregir la curvatura originales–, como ya mostró en redes sociales el actor porno, Nacho Vidal, que sufrió esta enfermedad.
En casos extremos, la cirugía es una opción, pero deben realizarla solamente profesionales con muchas experiencia. En un estudio del Lahey Clinic Medical Center de los Estados Unidos se explican y mencionan todos los posibles tratamientos, desde por vía oral (vitamina E, colchicina, tamoxifeno…), de uso tópico (verapamilo transcutáneo e iontoforesis), la terapia de inyección intralesional (colagenasa, verapamilo, corticosteroides, interferon) y hasta otros tipos terapias.
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