Imagen: Pablo López Learte.
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Probablemente, la crisis sanitaria no se esfumará sin más en 2021. Queda. Seguramente, durará más la económica. La crisis de 2008 golpeó sobre todo en las capas populares, al 20% con menores ingresos. Ahora, el impacto puede ser mayor. Hay motivos para sostener que las dificultades pondrán en jaque a percentiles mayores. Puede que el 40%, quizás el 50%. Los tramos inferiores de lo que tradicionalmente se ha llamado clase media y amenaza con dejar de existir. Es lo que nos están contando nuestras calles. El sistema está dejando de generar suficiente seguridad económica en capas cada vez más amplias de la población y la pandemia ha acelerado esa dinámica. El empleo. Las pensiones. La igualdad. La casa. La comida. La pobreza está mutando. Golpea en las puertas de otros barrios.
La calle
Entre lo mejor escrito de estos últimos días del año, destaca este reportaje publicado en el 'Washington Post'. Escrito por su corresponsal en Roma.
“En otros años como corresponsal en el extranjero, podría pasar por alto mi vecindario. Las noticias más importantes no estaban en casa. Pero la pandemia nos ha llevado a muchos a reexaminar nuestro entorno inmediato, con casi ningún lugar sin tocar. Podría medir las consecuencias del año simplemente saliendo por la puerta (...) Las huellas de la pandemia están en mi calle. La tintorería ha cerrado definitivamente. También la tienda de aceite. Los carteles de 'se alquila' se han multiplicado y vuelto amarillos con los meses. El restaurante con dos estrellas Michelin intenta arreglárselas con pedidos para llevar (...) Pero la conmoción principal llega temprano. Por la mañana, a las puertas de la iglesia, donde la gente hace colas que crecen semanalmente. Vienen a por comida donada (...) El vecindario se ha vuelto más íntimo sin las multitudes de Airbnb. En medio de esta tranquilidad, se ve una lucha por la supervivencia económica y emocional, con indicios de desesperación, avanzando bloque a bloque por las idílicas calles de Roma”.
“La recesión provocada por el covid puede empujar a la pobreza a dos millones de familias británicas. Incluyendo a un millón de niños con dificultades para alimentarse, no pasar frío o mantenerse calientes”. 'The Guardian'.
¿De qué hablamos cuando hablamos de pobreza? ¿De los vagabundos, de la gente con problemas de adicción? "Una de cada cinco personas indigentes tiene problemas como la falta de vivienda, las drogas o el alcohol. La pobreza ya estaba aumentando en el Reino Unido antes de la pandemia. Sin embargo, según la directora de JRF: 'En este momento, el sistema no está haciendo lo suficiente para proteger a las personas de la indigencia. Nuestro sistema de seguridad social debería actuar como un ancla que nos mantenga ante las corrientes poderosas del desempleo y la enfermedad".
El sistema
“El covid saca a flote las fallas del capitalismo. La pandemia ofrece una oportunidad para reparar la estructura del sistema económico”. Esto es del 'Financial Times', quizá la publicación más heterodoxa del mundo.
“Si hay una lección económica en 2020, es esta: es el momento de hacer un capitalismo diferente. La pandemia ha demostrado que el sistema económico no está simplemente en crisis, sino que tiene fallas estructurales (...) El aumento de la desigualdad conlleva que las personas se vean obligadas a recurrir a préstamos para llegar a fin de mes, lo que aumenta la relación entre deuda privada e ingresos disponibles (...) Las corporaciones priorizan la distribución de las ganancias a corto hacia los accionistas. La capacidad del Estado se ha vaciado (...) Si en 2021 queremos reconstruir, necesitamos diseñar políticas no para nivelar el campo del juego, sino para inclinarlo en la dirección de un crecimiento equitativo, verde y sostenible que pueda favorecer a todas las partes y resuelva nuestros desafíos sociales”.
Trabajo
“Privilegio para algunos, exclusión para otros: el teletrabajo crea una nueva división entre los trabajadores”. 'Le Monde'. Trabajadores de mantenimiento, cajeros de supermercado, repartidores, encargados de recoger la basura, transportistas, cuidadores de personas mayores, ordenanzas, personal de seguridad, enfermeros, médicos. La pandemia no ha traído ninguna revolución laboral a estos sectores.
La división entre quienes no pueden trabajar remotamente es clara: los trabajadores esenciales han seguido trabajando con mayor exposición al riesgo y mayor tasa de mortalidad, mientras que buena parte de los demás han pasado largos meses en paro parcial. ¿Cuánta gente puede teletrabajar? Según el barómetro de Malakoff Humanis, solo el 50% del sector privado.
El eco de la desigualdad
“Los trabajadores podrán sufrir otro golpe pandémico: sus pensiones”. 'New York Times'. “Los expertos vienen detectando desde hace mucho tiempo una brecha de género en la seguridad de la jubilación. Las mujeres tienden a ganar menos que los hombres, es más probable que tengan que renunciar al trabajo para cuidar de sus familiares. Incluso las interrupciones breves disminuyen el crecimiento salarial (...) Ahora, la recesión pandémica está dañando de manera desproporcionada las carreras profesionales de las mujeres (...) Las tasas de empleo femenino se han disparado. Cuatro veces más que los hombres solo en septiembre, apenas la mitad regresaron durante octubre y noviembre (...) Aumento del riesgo de caer en la pobreza en la etapa más avanzada de la vida”.
Pablo Pombo
28/12/2020 - 19:46 Actualizado: 28/12/2020 - 20:05
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