- El petróleo, la 'subida' del IVA en Alemania... devolverán la inflación en 2021
- La recuperación económica será desigual entre los países del euro
- La industria seguirá resistiendo mejor que los servicios, pero por poco tiempo
El año 2020 ha dejado una ristra de indicadores económicos que han batido récords de las últimas décadas: caídas del PIB, grandes déficits públicos, desplome de horas trabajadas, deuda pública... Ahora, todo el mundo tiene puestas grandes esperanzas en 2021, gracias a unas vacunas contra el covid-19 que ya han comenzado a aplicarse. Los indicadores económicos del próximo año no darán grandísimos titulares, pero sí podrían marcar el comienzo de la recuperación y revelar algunas de las tendencias que dominarán la economía en los próximos años.
Ángel Talavera, director de Oxford Economics para Europa, cree que la recuperación estará marcada por un crecimiento desigual entre países, el apoyo fiscal de los gobiernos a la economía, una industria que seguirá haciéndolo mejor que los servicios y una inflación que comenzará a repuntar a mediados de año.
Así será el 2021 en la zona euro
-Un crecimiento sólido. "La Eurozona experimentará el crecimiento más fuerte de su historia. Por supuesto, las tasas de crecimiento anual se verán favorecidas por las grandes contracciones de la actividad en 2020... Aún así, la magnitud del choque ha sido tal que no esperamos que el PIB de la Eurozona regrese a su nivel anterior a la crisis hasta principios de 2022, y la velocidad de recuperación variará significativamente entre las economías", destaca Talavera.
La recuperación de los niveles de PIB previos al covid dependerá de los estímulos fiscales (según el margen que tenga cada país), de las diferentes estructuras productivas de los países, de la funcionalidad del mercado laboral o de lo rápido que se logre alcanzar la inmunidad de rebaño en cada economía. Alemania, Países Bajos y Finlandia recuperarán todo el PIB perdido a finales de 2021, según las previsiones de Oxford Economics. "En el otro extremo del espectro, esperamos que la recuperación de España se posponga hasta 2022, ya que el daño al turismo y el impacto en el gasto social ha sido enorme".
Talavera cree que si se logra distribuir la vacuna de forma masiva antes del verano esto "marcaría una gran diferencia para el turismo en países como España, Grecia y Portugal, y podría representar suponer un alza sobre sus perspectivas de crecimiento". En el lado opuesto están los que prevén que la economía nacional no se recuperará, al menos, hasta 2024. Los cambios en los patrones de consumo, muchas empresas al borde de la quiebra y un sistema productivo con una fuerte orientación a las ramas del sector servicios de menor valor añadido pueden lastrar la recuperación económica de España.
-Política fiscal expansiva. "La política fiscal es el segundo pilar del que dependen las perspectivas de recuperación. Uno de los pocos resultados positivos de la crisis del coronavirus es la evidencia de que los políticos han aprendido de los errores pasados... Esto es particularmente crítico para Europa, que fue el modelo de la austeridad injustificada tras las crisis de 2008-2009 y 2012, que contribuyeron a una recuperación más lenta".
Este apoyo fiscal está impidiendo que la renta de los hogares caiga de forma drástica y que muchas empresas echen el cierre. Sin embargo, está llevando los niveles de deuda pública a niveles no vistos en décadas, o en el caso de España desde principios del siglo pasado. No obstante, "a pesar del repunte de los niveles de deuda este año, la política fiscal expansiva no debería plantear riesgos en el corto plazo gracias a la política monetaria marcada por el Banco Central Europeo. La postura política del banco central garantiza que los costes del servicio de la deuda se mantengan bajos durante un período sostenido dado su compromiso de mantener bajos los tipos", sentencia Talavera.
Estas políticas podrían estar mostrando el comienzo de una tendencia para los próximos años: una política monetaria muy expansiva junto a un mayor peso del gasto público en las economías. Los tipos bajos o negativos parecen haber llegado para quedarse, mientras que el gasto público que está amortiguando el golpe de la crisis podría permanecer en niveles más elevados durante los próximos años para impulsar la reconversión de las economías. Por otro lado, quizá algunos gobiernos tengan dificultades para retirar de forma total las vastas redes de protección social que han desplegado durante la crisis.
-La industria, mejor que los servicios. "A nivel sectorial, esperamos que el sector manufacturero siga siendo más resistente que los servicios a corto plazo. Hay razones obvias para este rendimiento relativo superior en el contexto de las restricciones impuestas para contener la segunda ola de infecciones. El sector de los servicios es mucho más intensivo en contacto humano, mientras que el distanciamiento social es más fácil en la industria. Además, dado que el cierre de fábricas causa un gran daño económico, los políticos han optado por restricciones mucho más específicas que durante la primavera, lo que ha resultado en un sector industrial que parece relativamente indemne durante la segunda ola de la pandemia", destaca el informe de Oxford Economics.
Sin embargo, esto es algo puramente cíclico (la industria lleva años perdiendo peso). Los servicios irán ganando fuerza en la zona euro como venían haciéndolo antes del covid. Aunque sean unos servicios digitalizados. "De cara al 2022, esperamos que los servicios recuperen su papel como principal motor de crecimiento. En parte, esto se debe a un regreso a los patrones anteriores a la crisis, donde es probable que los hogares gasten más en servicios que no estaban disponibles o estaban restringidos durante la pandemia, especialmente en países donde el sector turístico representa una mayor proporción de la economía".
-La vuelta de la inflación para 2021. Otro tema importante será la vuelta de la inflación el próximo año, aunque habrá que esperar varios meses. El BCE sigue vaticinando una inflación negativa durante la primera parte del año, pero después una combinación de factores (petróleo, recuperación, gasto público, fin de la bajada del IVA en Alemania...) elevará los precios de nuevo en la zona euro.
"Aunque el impacto de la pandemia ha sido claramente desinflacionario, algunos factores han ayudado a deprimir los precios aún más este año, llevando la inflación de la Eurozona a territorio negativo en los últimos meses. Los precios de la energía han restado casi un punto porcentual de la inflación general en 2020, mientras que el recorte en el IVA alemán y el colapso de los precios del turismo han contribuido a deprimir aún más la inflación. A medida que algunos de estos factores se desvanezcan, esperamos que los precios al consumidor de la Eurozona aumenten rápidamente hasta alrededor del 1,5% a mediados de 2021".
No obstante, el economista de Oxford Economics cree que "este aumento será transitorio y los precios deberían volver a caer en 2022, por lo que no creemos que la perspectiva de una inflación baja persistente haya cambiado sustancialmente. Esto significa que la postura política del BCE de tipos bajos durante más tiempo sigue siendo el escenario base y no esperamos que las tipos de interés aumenten hasta al menos 2024".