jueves, 14 de enero de 2021

¿Qué cuesta perder la contraseña a un inversor en bitcoins?

 


Los bitcoins ha roto la barrera de los 40.000 dólares en la primera semana de 2021
Reuters


Un ingeniero alemán ha usado ocho de los diez intentos de los que dispone para desbloquear el disco duro donde guarda una cartera millonaria en criptomonedas


Olvidar la contraseña de acceso a un dispositivo o cuenta digital es un problema común en nuestros días. La mayor parte de las veces no supone más que un incordio llevadero. Basta con seguir unas sencillas indicaciones del proveedor de nuestro producto o servicio para recuperarla o crear una nueva. En el peor de los escenarios, si nos equivocamos tres veces a la hora de introducir el código de acceso a la tarjeta SIM de nuestro móvil y también hemos extraviado el código PUK que se usa para desbloquear el chip asociado a nuestra línea telefónica, siempre podremos recurrir a nuestra compañía de telecomunicaciones para deshacer el entuerto.

Pero, ¿qué ocurre cuando nadie nos puede auxiliar porque no hay ninguna empresa detrás del servicio del que somos usuarios? ¿Cómo recuperar una clave a la que nadie excepto nosotros ha tenido acceso y ahora se ha extraviado en nuestra memoria? En este caso, el perjuicio ocasionado dependerá del valor que tenga aquello a lo que queremos acceder. Si es un disco duro que contiene una cartera de bitcoins valorada en 200 millones de euros, la historia adquiere tintes dramáticos.

Situación límite

Dos fallos más y el dinero se volatilizará

En esta tesitura se encuentra programador informático de origen alemán Stefan Thomas, que ha explicado su historia a The New York Times. Este programador obtuvo en 2011, en los albores de la era de las criptomonedas, la cantidad de 7.002 bitcoins, que por entonces no tenían ningún valor práctico. Creó una wallet (monedero de bitcoins, asimilable a una cuenta bancaria) y la almacenó en un disco duro externo junto con las claves de acceso a la cartera digital.

El dispositivo de almacenamiento que escogió para custodiar sus bitcoins es un USB llamado Iron Key que dispone de un complejo sistema de seguridad. El usuario puede crear una contraseña encriptada. Si extravía u olvida las claves de acceso tiene diez intentos para acertarla. Thomas ya ha probado con ocho de las contraseñas que usa habitualmente. Si falla dos veces más, el dispositivo se formateará y su contenido desaparecerá. Los 200 millones de euros en bitcoins se habrán volatilizado para siempre.

No se trata de un caso singular. Según Chainalysis, una de las principales compañías de análisis e inteligencia en blockchain, cerca de una cuarta parte de los bitcoins han caído en el pozo del olvido porque sus propietarios no saben cómo acceder a ellos. En su afán por proteger sus bienes digitales de posibles hackeos, los ahorradores –habitualmente, personas avezadas en materia tecnológica- añaden una capa adicional de seguridad a sus 'cajas fuertes' en el ciberespacio. 

Sin intermediarios ni regulación

La razón de ser del blockchain es también su talón de Aquiles

“No es un problema que tenga que ver con la filosofía bitcoin, sino con la gestión de contraseñas”, reflexiona Víctor García Font, profesor de Informática de la UOC y experto en criptomonedas. “Actualmente existen apps que generan contraseñas para realizar transacciones con bitcoins. Son passwords complejos que a su vez generan un código QR con el que los usuarios pueden operar. Y se pueden recuperar a través de lo que se conoce como las palabras semilla, un conjunto de palabras -normalmente 12- que el software genera aleatoriamente y que permiten al usuario recuperar el acceso a su cartera de bitcoins. Pero hace diez años lo normal era generar una clave a través de páginas web. Cómo guardarla era cosa de cada uno”, explica el experto.

El caso de Thomas es lo más parecido a perder un boleto premiado del euromillón. Pero con una bolsa exorbitante y la dificultad añadida que en el mundo de las criptomonedas no hay nadie a quien reclamar. Una de las razones de ser del blockchain es precisamente la voluntad de prescindir de los intermediarios a la hora de realizar transacciones económicas. “Es un sistema de bases de datos compartidos entre los usuarios que aceptan conectarse. No hay un banco detrás que emita tarjetas o ejerza de intermediario entre un comprador y un vendedor. Funciona como la tecnología peer to peer que permite descargar contenidos. Escapa de la regulación de cualquier Gobierno porque no se puede perseguir a cada ciudadano que participa de este sistema”, explica García Font. El riesgo ante cualquier imprevisto es alto. No hay aseguradoras ni controles de seguridad de ningún tipo.

Al ingeniero alemán ya no le parece tan buena la idea de manejar dinero virtual sin la supervisión de ningún organismo. "Me acuesto en la cama y pienso sobre cómo solucionarlo", narra al Times. "Entonces me acerco al ordenador con una nueva estrategia y no funciona. Y vuelvo a desesperarme. La razón por la que tenemos bancos es que no queremos lidiar con todas esas cosas que hacen los bancos”, concluye.

¿Una nueva burbuja?

El bitcoin, en máximos históricos

La historia de este inversor sale a la luz en un momento en el que muchos otros inversores barajan qué hacer con su dinero virtual. Y es que la fiebre del bitcoin ha vuelto con una fuerza inusitada en este inicio de año. Después de un 2020 espectacular, en el que la moneda virtual aumentó más de cuatro veces su valor, el pasado viernes 8 de enero alcanzó el pico de los 41.616 dólares. Esta cifra significa una revalorización del 50% respecto a los 20.000 dólares que alcanzó en vísperas de Navidad, el 16 de diciembre, lo que ya suponía un máximo histórico desde el auge que experimentó la criptomoneda justo tres años antes, el 16 de diciembre de 2017.

Perder su contraseña le puede costar 200 millones de euros a un inversor en bitcoins
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En aquél momento, la cosa acabó mal para los inversores y especuladores. El bitcoin cayó en barrena a partir de entonces, perdiendo el 84% de su valor en el primer trimestre de 2018 y arruinando a todos aquellos que invirtieron en la criptodivisa pensando que la carrera alcista no tendría fin a corto plazo. Esta semana el bitcoin ha caído hasta un 26%, y la Autoridad de Conducta Fiscal del Reino Unido ha publicado una nota en la que advierte que el bitcoin y el resto de monedas virtuales no son de fiar. Para tomar nota.