- TS Lombard: "Taiwán y Corea son a los chips lo que la OPEP fue alpetróleo"
- La escasez de semiconductores está parando la producción de automóviles
- Taiwán y Corea producen el 83% de todos los chips para procesadores
Allá por los años 70 y 80, la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) tenía la capacidad de generar importantes crisis globales con sus decisiones. Los países del cártel controlaban más del 50% de la producción mundial de petróleo, lo que les permitía ejercer una enorme influencia sobre sus precios (para maximizar beneficios) recortando el bombeo en determinados periodos. Como consecuencia de esta política 'oligopolística' se generaban fuertes incrementos de la inflación en Occidente, que llegaron a desencadenar crisis importantes (estanflación en los 70 y 80). Hoy, el nuevo petróleo tiene forma de chip, y ahora mismo también es escaso y está controlado por unos pocos países (todos en Asia). La escasez global de semiconductores está lastrando la producción de la industria del automóvil y de otros bienes intensivos en tecnología.
Los datos de 2019 del Observatorio de Complejidad Económica revelan que entre Taiwán, Corea del Sur y Singapur suman casi el 50% de todas las exportaciones mundiales de circuitos integrados (microchips), el semiconductor que se usa en teléfonos, componentes de coches, equipos de diagnóstico médico... Los circuitos integrados se han convertido en algo esencial para el mundo y parece que lo serán aún más a corto y medio plazo. En este momento, los países que lideran la producción de estos microchips no dan abasto ante la creciente demanda, lo que está generando cuellos de botella en las cadenas de suministro globales.
"La escasez global de semiconductores para componentes de coche está obligando a los principales fabricantes de automóviles a recortar la producción de vehículos. Este es un aviso claro, aunque las interrupciones en la cadena de suministro global se han aliviado considerablemente desde la primavera pasada, aún no han desaparecido", explica Stephan Foreman, economista experto en industria de Oxfod Economics.
Este experto vaticina que la mayor parte de la interrupción se acotará a los primeros meses de2021, con un impacto estimado de 1 millón de unidades en la producción mundial de vehículos ligeros durante este período y algunos efectos secundarios posibles en el segundo trimestre. No obstante, "también esperamos que los fabricantes de chips y los productores de automóviles recuperen el terreno perdido una vez que disminuya la disrupción". Hoy en día parece que todo lleva un circuito integrado.
El cambio estructural en la demanda de semiconductores se ha convertido en uno de los principales focos de las finanzas globales por la dependencia de dos economías asiáticas para ciertos semiconductores. Dentro de algunos tipos de circuitos integrados específicos la situación es extrema, generando una dependencia abismal de Taiwán y Corea del Sur. "Taiwán y Corea son a los chips lo que la OPEP fue al petróleo en su día", aseguran Rory Green y Steven Blitz, economistas de TS Lombard.
Estos expertos explican en una nota que "la rápida aceleración de lo que se conoce como Internet de las cosas coloca a los semiconductores por delante del petróleo como el insumo clave para el crecimiento del mundo. La grave escasez actual de chips que está deteniendo la producción automotriz subraya la velocidad y la escala de este cambio.
Si bien las empresas estadounidenses lideran el mundo en el desarrollo y venta de semiconductores, representando entre el 45% y el 50% de la facturación global, la fabricación se ha trasladado a Asia lo suficiente como para que la posición comercial de Taiwán y Corea represente el 83% de la producción mundial de chips para procesadores y el 70% de la producción de chips de memoria. El liderazgo de la región continuará expandiéndose con la creciente intensidad técnica y de capital necesaria para la producción futura de semiconductores".
El fuerte auge en la demanda de semiconductores está generando un nuevo peso geopolítico. Taiwán y Corea del Sur están en la primera línea de la batalla que libran EEUU y China. Resulta complejo y curioso a la vez, pero estos países (aliados tradicionales de EEUU) dependen de China para crecer económicamente, a la vez que EEUU sigue siendo garante de su seguridad nacional (y soberanía al fin y al cabo). "Sin embargo, el dominio que ejercen en la fabricación de chips pueden utilizarlo de forma estratégica para obtener beneficios económicos y políticos", comentan los analistas de TS Lombard.
Un dominio claro... por ahora
A modo de resumen, los expertos de TS Lombard afirman que Taiwán y Corea del Sur son la 'nueva OPEP': la oferta, la demanda y los obstáculos al crecimiento global girarán en torno a la producción de chips de Taiwán y Corea del Sur. No mantendrán un poder de monopolio efectivo sobre la producción para siempre, pero su liderazgo tecnológico, su gasto en I+D y sus planes de inversión, excluyen cualquier cambio en el duopolio en al menos cinco años.
La escasez generada por el rápido auge de la demanda podría generar fuerzas inflacionarias (el productor taiwanés TSMC aumentará los precios en un 10-15%) en la economía global. Esto supondría un giro brusco para un producto cuyos precios han mantenido un constante descenso. Sin embargo, estos precios más altos también pueden suponer el principio del fin del dominio de Taiwán y Corea del Sur, como lo fue para la OPEP dejar que el petróleo superase los 100 dólares el barril. "El aumento de los precios fomenta la competencia, pero las barreras de entrada sigue siendo altas y, si se gestionan los picos de precios, su hegemonía global sobre la producción de chips puede permanecer durante un período prolongado".
Desde Oxford Economics creen que "los cuellos de botella también ofrecen una oportunidad para que otros fabricantes de chips puedan impulsar la producción y ganar participación de mercado. Por ejemplo, Globalfoundries (California) tiene actualmente una cuota de mercado mucho más pequeña en chips para automóviles que TSMC, pero está incrementando sus operaciones globales a un ritmo sin precedentes y priorizando chips para automóviles para satisfacer la demanda", sentencia Foreman.