jueves, 7 de enero de 2021

¿Se están japonizando los bonos de EEUU?

Foto: Dreamstime


  • De febrero a septiembre la Fed compró el 60% de la deuda de EEUU
  • La deuda de Japón se estabilizará para 2025 mientras la de EEUU crecerá
  • El bono estadounidense retrocedió un 52% en 2020 y se sitúa sobre el 0,93%


Cuando el Banco de Japón (Boj) utilizó por primera vez el quantitative easing (QE)- programa de compras de deuda pública- en el año 2000 para intentar sacar al país de una deflación constante no se imaginaría que 20 años después, lo que en primera instancia es una política monetaria expansiva no convencional, se convertiría en uno de los principales ases de la baraja de los bancos centrales para solventar la crisis económicas.

El término japonización viene acuñado a partir del estallido de la burbuja de 1990, desde entonces la economía japonesa se caracteriza por un elevado endeudamiento y bajo crecimiento e inflación con tasas de interés cercanas al 0%.

El banco central de Japón se ha convertido prácticamente en el único operador del mercado y el prestamista directo de la mayor parte del gasto público del Gobierno desde 2012. Así, el Boj determina los precios en el mercado de deuda soberana a través de la compra de activos y la acción directa, fijando las rentabilidades a diez años en torno a cero a través de su política de control de la curva de rendimientos. Recientemente, el Gobierno de Japón ha instado a los inversores a buscar alternativas a la deuda estatal, reconociendo que no habrá un rápido retorno de la financiación.

Las entidades monetarias centrales, tanto la Fed como el BCE, han jugado un papel fundamental durante esta crisis sirviendo de apoyo a las políticas fiscales implementadas por los gobiernos para hacer frente a la pandemia. Las entidades centrales han actuado con rapidez descendiendo los tipos de interés (herramienta de política monetaria convencional), allanando así el camino para que los gobiernos emitan deuda a niveles históricos, momento en el cual los bancos centrales han vuelto a resucitar con ímpetu el quantitative easing de la crisis financiera.

En el caso de Estados Unidos, las cifras del FMI muestran que la Reserva Federal compró casi el 60% de la deuda del gobierno central de Estados Unidos entre febrero y septiembre. Fue seguida de cerca por el Banco de Inglaterra (BoE) que compró el 50%, mientras que el Banco de Japón y el Banco Central Europeo compraron cada uno más del 70% de las emisiones de deuda pública de sus gobiernos durante este periodo.

"El mercado de bonos estadounidenses podría ir en la misma dirección que el japonés"

Aunque el QE debe considerarse como una medida de emergencia, para reactivar la economía cuando las herramientas convencionales (como las bajadas de los tipos) no son suficientes, la reciente historia económica contradice su propia definición. De la mano de Draghi, el Banco Central Europeo desplegó por primera vez esta medida en 2015, y duró hasta 2018, comprando deuda a un ritmo medio de 52.700 millones de euros mensuales. La Fed desplegó el armamento antes, en 2008 puso en marcha la primera tanda de su programa de compra de deuda que no terminó hasta octubre de 2014, recién comenzada la era de Janet Yellen.

Keith Wade, economista jefe de la gestora británica Schroders, afirma que la historia reciente y como están actuando los bancos centrales con esta crisis hace pensar que las entidades monetarias seguirán desempeñando un papel importante en los mercados de bonos durante mucho más tiempo

El experto vaticina que EEUU no experimentará una situación económica tan negativa como la de Japón, pero que el nivel sin precedentes de la participación oficial significa que "el mercado de bonos estadounidenses podría ir en la misma dirección que el mercado de deuda soberana japonés".

La deuda de Japón disminuirá para 2025, sobre el 264% del PIB, y la de EEUU crecerá hasta el 137%

Las últimas proyecciones del FMI muestran que la deuda estadounidense representará este año el 131% del PIB y el déficit presupuestario del país rondará el 19% del producto interior bruto. La institución espera que el déficit de EEUU caiga bruscamente el próximo año, hasta el 8,7% del PIB, a medida que la actividad económica se recupera. Sin embargo, tras esta reducción en lo que se espera un año post covid, el déficit presupuestario estadounidense se estancara sobre el 5,5% del PIB para 2025, según las proyecciones de la institución. En consecuencia, la deuda pública seguirá aumentando en los próximos años como proporción de la economía, hasta alcanzar el 137% del PIB para 2025.

El endeudamiento del gobierno japonés también se encuentra en niveles récord este año, alcanzando el 266% del PIB y el déficit público se situará en el 14%, según apunta el FMI. Al igual que en Estados Unidos, se espera que este último disminuya hasta el 2,5% en 2025, sin embargo, a diferencia del país norteamericano, la deuda de Japón respecto a su PIB se estabilizará y reducirá sobre el 264% del PIB para 2025.

Atendiendo a estos datos, Keith Wade, resalta que aunque la deuda de Japón es significativamente más alta que la de Estados Unidos esta se mantiene estable en lugar de aumentar y que esto refleja la mala posición de las finanzas del gobierno estadounidense antes del coronavirus, donde el déficit presupuestario estaba en el 6,3% del PIB en un momento en que la economía iba bien con el desempleo por debajo del 4% (el nivel más bajo en 50 años).

"Podría decirse que el déficit de EEUU debería haber estado cerca del punto de equilibrio o incluso en superávit en ese momento del ciclo" afirma el experto. Además, Wade hace hincapié en que estas cifras se barajan atendiendo a una pronta recuperación de la economía. "Es posible que las finanzas públicas mejoren. Pero si la economía tarda más en recuperarse, o el Gobierno incurre en deudas significativas como resultado de sus programas de apoyo oficial, el panorama sería peor para los bonos norteamericanos".

Desde el estallido de la pandemia el bono estadounidense a 10 años no consigue romper la barrera del 1% de rentabilidad, aunque ha escalado un 73% desde sus mínimos de marzo. A día de hoy, la deuda cotiza sobre el 0,93% tras haber retrocedido un 52,3% en 2020. El bono japonés continúa sobre mínimos y cotiza sobre el 0,01% de rentabilidad.