jueves, 15 de julio de 2021

El borrador de la ONU para “vivir en armonía con la naturaleza” de aquí a mitad de siglo


El ser humano ejerce un gran estrés en muchos ecosistemas de la Tierra. (Unsplash/@sergiferrete)


Las ONG ambientales califican el borrador de la Convención de Biodiversidad de corto de ambición y obligación, pese a que 'urge' a la comunidad internacional a estabilizar la pérdida de biodiversidad hasta 2030 y a mejorar su situación en 2050



La Convención de Biodiversidad Biológica de la Organización de Naciones Unidas (CDB, por sus siglas en inglés) ha presentado esta semana el primer borrador oficial para alcanzar un nuevo Marco de Trabajo por la Biodiversidad Global post-2020. En él se establece una guía de acciones que deberán ponerse en marcha de aquí a 2030 y a continuación hasta 2050 para preservar la naturaleza del planeta Tierra y los servicios esenciales que esta proporciona a las personas.

Este texto deberá ser discutido y ojalá aprobado por los 196 países que forman parte de la CDB en la Cumbre de Biodiversidad (COP15), que se celebrará el próximo mes de octubre en Kunming (China). Aunque las ONG celebran los avances del borrador consideran que debería ser más ambicioso.


"Estamos en total desacuerdo con el texto porque no refleja la ambición requerida para dar la vuelta a esta crisis de la naturaleza"


En concreto, plantea 21 objetivos y 10 hitos en el camino de una ruta que, con una visión realista, quiere estabilizar la pérdida de biodiversidad de aquí a 2030 y lograr que en 2050 el planeta logre “vivir en armonía con la naturaleza”. La propuesta incorpora la iniciativa de la Coalición de la Alta Ambición para la Naturaleza y las Personas, que apuesta por conservar y proteger al menos el 30 por ciento de la superficie tanto terrestre como marina a lo largo de esta década.

El ‘borrador cero’ parte de que todo este marco de trabajo se construya bajo la “teoría del cambio”, que reconoce la urgencia de adoptar una acción política global, regional y nacional que requerirá “transformar el modelo económico, social y financiero” para que la tendencia hacia una “exacerbada pérdida de biodiversidad” se estabilice en los próximos 10 años. De ese modo, espera recuperar los ecosistemas naturales en las siguientes dos décadas, hasta mitad de siglo. El texto, dado a conocer el 12 de julio, prevé también la necesaria colaboración de toda la sociedad en esta tarea para lograr vivir “en armonía” con la naturaleza en 2050, de modo que esta deberá participar de la determinación de las prioridades de la acción e interiorizar el valor de la biodiversidad, así como reconocer el coste de no hacer nada.

Por otro lado, la propuesta de Acuerdo Global plantea que toda esta “teoría del cambio” incorpore el reconocimiento de la igualdad de género, el empoderamiento de la mujer, los jóvenes, así como el fomento de la participación de las poblaciones indígenas y las comunidades locales en la implantación de este marco.


Una de las acciones indiscutibles es eliminar las emisiones de gases de efecto invernadero. (Unsplash/@veeterzy)


Y bajo estas premisas establece 21 objetivos para 2030. Entre ellos, la protección de manera “efectiva, con una gestión de equidad, de áreas protegidas de ecosistemas representativos y bien conectados” que alcance el 30 por ciento de las tierras y de las áreas marinas globales, en particular aquellas de mayor importancia para la biodiversidad y las personas.

Otro de los retos es reducir a la mitad la ratio de introducción de especies invasoras, controlar y erradicar las que sea posible o bien reducir y limitar sus impactos.

Por otro lado, plantea minimizar la pérdida de nutrientes en el medio ambiente al menos a la mitad; limitar los pesticidas por lo menos en dos tercios y eliminar los vertidos de residuos plásticos. Además, las soluciones basadas en la naturaleza deberán contribuir a mitigar el cambio climático con una reducción global de 10 gigatoneladas de CO₂ al año y todos estos esfuerzos de mitigación y adaptación tendrán que evitar los impactos negativos en la biodiversidad.


El objetivo es salvaguardar la diversidad genética de las especies silvestres y domesticadas. (Unsplash)


Para estas acciones, el borrador propone un incremento en la financiación internacional de recursos para los países en desarrollo no menor a 200.000 millones de dólares y redirigir, reposicionar o eliminar los incentivos que dañen la biodiversidad o reducirlos hasta los 500.000 millones de dólares anuales. En total, la Convención calcula que los recursos financieros adecuados que se habrán de implantar en el marco de trabajo deberán acercarse progresivamente al menos a los 700.000 millones de dólares anuales en 2030.

De todos estos avances los 196 países estarán obligados a ir informando a la Convención y a partir de 2030 una decena de metas se desarrollarán hasta 2050, de modo que se llegue a mejorar un 15 por ciento la conectividad e integridad natural de los ecosistemas y apoyar a poblaciones saludables; reducir por diez, al menos, la tasa de extinciones; a la mitad el riesgo de extinción de especies; así como salvaguardar la diversidad genética de las especies silvestres y domesticadas, para mantener el 90 por ciento de la diversidad genética de todas las especies.


Poco imperativo y falto de ambición

Aunque las ONG celebran este primer borrador del marco de trabajo global de la biodiversidad a partir de 2020, advierten de su falta de ambición y de términos imperativos del texto. No obstante, el director de Campaign for Nature, Brian O’Donnell, valora que el borrador supone un “importante progreso” al reconocer el papel central que los pueblos indígenas y las comunidades locales deben jugar en las decisiones de conservación y en la gestión de sus enclaves. “Ahora es tiempo para que las naciones más desarrolladas se comprometan con la financiación adicional que se necesita para alcanzar estos objetivos que se plantean”, advierte.

Por su parte, el explorador de National Geographic Enric Sala valora que la propuesta de acuerdo sigue el consenso científico y añade que si la comunidad internacional está por prevenir el desastre global que amenaza a la sociedad es porque es consciente de este riesgo. “Necesitamos preservar intactos los ecosistemas que quedan, proteger el 30% de nuestras tierras y océanos, restaurar las tierras degradadas, involucrar a los pueblos indígenas. Esto es lo inteligente y es un imperativo moral”, considera.

Sin embargo, WWF ha manifestado una gran preocupación tras conocer el borrador. La ONG denuncia que “el mundo está fallando en dar una adecuada respuesta a la crisis de la naturaleza, al tiempo que está poniendo en peligro la capacidad de enfrentar la emergencia climática y arriesgando los recursos de los que dependen no solo la economía sino la mera supervivencia”.

“Aunque WWF da la bienvenida a la publicación del primer borrador para el marco de trabajo global de biodiversidad post-2020 como el mayor paso hacia un acuerdo de biodiversidad global crucial, estamos en total desacuerdo con el texto porque no refleja la ambición requerida para dar la vuelta a esta crisis de la naturaleza”, ha manifestado el director general de la ONG, Marco Lambertini.

En esa línea, el director de Investigación Política y Desarrollo de WWF Internacional, Guido Broeckhoven, ha manifestado: “Llamamos urgentemente a que todos los países trabajen juntos para reforzar el texto. El mundo no puede perder esta oportunidad única en la presente década para asegurar un acuerdo al estilo del de París para la naturaleza”.




Por
Eva González
14/07/2021 - 05:00
Naturaleza: El borrador de la ONU para “vivir en armonía con la naturaleza” de aquí a mitad de siglo (elconfidencial.com)
www.elconfidencial.com/medioambiente/naturaleza/2021-07-14/borrado-onu-biodiversidad-2050-nuevo-plan_3182540/