sábado, 18 de septiembre de 2021

Asia entra en pánico ante la crisis energética de Europa y empieza a acumular gas natural a casi cualquier precio

 

Un buque metanero se aproxima al puerto para descargar el gas. Foto de Alamy


Accenture: "Asia es presa del pánico porque tuvieron un invierno muy malo"
Los importadores asiáticos están comprando todo lo que pueden en el mercado
El miedo a que los precios sigan subiendo está impulsando nuevas compras


La crisis energética en Europa está provocando el pánico entre los compradores asiáticos de gas, que están 'lanzándose' al mercado ofreciendo precios muy altos para acaparar una mayor parte de la producción física (spot) de este materia prima. Según revelan desde la agencia Bloomberg, los importadores que van desde Japón hasta la India están pagando un precio muy alto para esta época del año por los suministros.

Preocupados por la fuerte subida del precio del gas natural (GNL) en Europa, los comerciantes de GNL en Asia han reconocido que están pagando precios récord para esta época del año. Los compradores desde China hasta Pakistán también han subido el precio que pagan por el gas, el carbón, el propano y el fuel oil para competir con el Reino Unido y España. 

La guerra por la energía

No parece probable que esta lucha por acaparar gas y combustibles decaiga en el corto plazo, ya que el tiempo irá siendo cada vez más frío y la escasez de energía en todo el mundo podría incrementarse. Se espera que el repunte mundial de los precios continúe durante este invierno, que será el momento en el que la demanda en el hemisferio norte alcanzará su punto máximo, lo que alimentará a su vez la inflación y pondrá en riesgo la recuperación económica.

"Si la factura de la electricidad va a seguir subiendo para casi todos, eso obviamente perjudicará el gasto de los hogares y también afectará al consumo general y a la industria", asegura Ogan Kose, director gerente de Accenture.

Son muchas las industrias que podrían verse obligadas a reducir su producción ante el fuerte incremento de costes que supone la subida del gas y de la factura eléctrica en general. Esto no solo supondrá una mayor inflación, también desembocará en una menor producción y, por ende, en una actividad económica más débil. Todo ello está poniendo sobre aviso a los países de Asia, que quieren asegurarse su provisión de gas, al menos, a los precios actuales. 

Asía entra en pánico

"Asia es ahora mismo presa del pánico porque el año pasado tuvieron un invierno realmente malo", comenta Ogan Kose, de Accenture. Las empresas que se encargan de comprar y abastecer de gas a los países se están preparando para otro mal invierno, adquiriendo una cantidad suficiente de inventarios y pagando unos precios más altos por eso, asegura el experto.




En ninguna parte es esto más evidente que en el mercado del gas natural licuado. Este miércoles, la japonesa Tohoku Electric Power y Gail India se hicieron con envíos de GNL para entrega en noviembre y diciembre a precios que se encuentran entre los más altos de la historia para esta época del año, según varios traders con información directa sobre esta cuestión.

Estas compras aceleradas a un elevado precio son, en parte, culpables del fuerte alza de esta semana en los precios europeos del gas. Los asiáticos temen que el repunte se extendiera a los precios al contado (spot) asiáticas de GNL, que ya están en niveles elevado, aseguran los traders, que han pedido mantenerse en el anonimato a cambio de entregar esta información a la agencia Bloomberg.

La actividad comercial de GNL en el Pacífico se habían estancado durante las últimas semanas ante las fuertes fluctuaciones de unos precios muy volátiles, pero el riesgo y el miedo a que el precio siga subiendo podría impulsar a más importadores asiáticos a entrar de nuevo en el mercado al 'contado' (compra física de gas) para rellenar hasta los topes sus instalaciones y cubrir el riesgo de que los precios se sigan disparando.

Por otro lado, según explican desde Bloomberg, los proveedores finales de Asía están optando por cubrir sus suministros a través de contratos a largo plazo más baratos vinculados al petróleo, o deteniendo las compras al contado por completo en una apuesta a que los precios eventualmente bajarán en los próximos meses.