- Marcas globales como Walmart, Ikea o Mercedes se están animando
- Quitan intermediarios y contratan el software de startups tecnológicas
- El disponer de más datos sobre sus clientes les da ventaja con los bancos
Los bancos tradicionales no están tranquilos con la nueva amenaza que ven en el horizonte. Marcas globales que van desde Amazon y Walmart hasta Mercedes o Ikea están dejando atrás a sus intermediarios financieros y contratando el software de las startups tecnológicas para ofrecer a los clientes todo tipo de servicios financieros: operaciones bancarias, créditos, seguros...
Es el universo de las llamadas finanzas integradas, término que define el paso de estas grandes empresas a incorporar ese software que les permite ofrecer a los clientes los servicios que antes había que requerir a un banco. La idea de fondo es estrechar lazos con el cliente y simplificar procesos.
Mientras Amazon plantea a sus clientes la posibilidad de 'comprar ahora y pagar después' directamente cuando hacen su compra, Walmart puso en marcha en enero una fintech con la firma de inversión Ribbit Capital para desarrollar productos financieros para sus empleados y clientes. IKEA, a su vez, se ha hecho recientemente con una participación minoritaria en la empresa dedicada al 'compra ahora y paga después' Jifiti.
Por otro lado, fabricantes de automóviles como Mercedes, Audi, Volkswagen o Jaguar Land Rover han experimentado con la incorporación de tecnología de pago en sus vehículos para facilitarlos mismos.
"Los clientes esperan que los servicios, incluidos los financieros, se integren directamente en el punto de consumo y sean cómodos, digitales y de acceso inmediato", resume a Reuters Roland Folz, director general de Solarisbank, que presta servicios bancarios a más de 50 empresas, entre ellas Samsung.
Ante este escenario, el riesgo para los prestamistas tradicionales es patente. Inversores y analistas coinciden en que esta dinámica provocará que las entidades habituales se vayan quedado progresivamente más alejadas de las montañas de datos que estas empresas están acaparando sobre las preferencias y comportamientos de sus clientes, datos cruciales a la hora de sacar ventaja a los bancos ofertando diferentes servicios financieros.
Este desplazamiento podría acabar dejando a la banca las 'sobras', es decir, el 'riesgo malo'. "Por eso es tan importante esta revolución. Significa que todo el riesgo bueno va a ir a parar a estas empresas integradas que saben tanto sobre sus clientes y lo que sobra irá a parar a los bancos y las aseguradoras", comenta a Reuters Matt Harris, socio del inversor Bain Capital Ventures. "Los grandes bancos y las aseguradoras saldrán perdiendo si no actúan con rapidez y averiguan dónde jugar en este mercado", afirma Simon Torrance, fundador de Embedded Finance & Super App Strategies.
Por el momento, la banca aguanta, pero son muchas las amenazas. Si las fintech son capaces de seguir arrebatando una parte de los pagos digitales a los bancos -y aumentar sus valoraciones mientras- los prestamistas habituales se verían en un importante brete.
Según datos de Accenture, en 2019 estos nuevos participantes en el mercado de pagos habían acumulado el 8% de los ingresos a nivel mundial, un porcentaje que ha ido al alza el último año debido a que la pandemia ha impulsado los pagos digitales. En lo que va de 2021, los inversores han volcado 4.250 millones de dólares en startups de finanzas integradas, casi el triple que en 2020, según los datos facilitados por PitchBook a Reuters.
Entre los nombres que están haciendo fortuna, la firma sueca Klarna es la que más ha recaudado hasta ahora: 1.900 millones de dólares. Square vale ahora 113.000 millones de dólares, más que el banco más valioso de Europa, HSBC (105.000 millones). Stripe, la plataforma de pagos detrás de muchos sitios con clientes como Amazon y Google, fue valorada en 95.000 millones de dólares en marzo.
DriveWealth, que vende tecnología que permite a las empresas ofrecer el comercio de acciones fraccionadas, atrajo 459 millones de dólares, mientras que los inversores pusieron 229 millones de dólares en Solarisbank, un banco digital alemán con licencia que ofrece una serie de software de servicios bancarios. Las acciones de Affirm subieron el mes pasado cuando se asoció con Amazon para ofrecer el 'compra ahora y pague después'.
Pero esta competencia no se queda solo en los clientes de a pie. Además de a los consumidores finales, estás empresas de finanzas integradas se están empezando a dirigir a otras compañías para ofertar sus servicios. Es el caso de la canadiense Shopify, que proporciona software para comerciantes y cuya división Shopify Capital también ofrece anticipos de efectivo
Por ahora, nombres como Shopify siguen eclipsados por gigantes como JP Morgan Chase y la amenaza de una mayor regulación puede cortarles las alas después de que varias voces desde el Banco de Pagos Internacionales (BiS) hayan dado la voz de alarma. Al mismo tiempo, algunos grandes contraatacan: Citigroup se ha asociado con Google con las cuentas bancarias, Goldman Sachs está proporcionando tarjetas de crédito para Apple y JP Morgan está comprando el 75% del negocio de pagos de Volkswagen y planea expandirse a otras industrias.
"Tienen razón en que los bancos siempre tendrán un papel, pero no es un papel muy remunerado e implica muy poca propiedad del cliente", incide Harris, de Bain. Jacob Morgan, analista de Forrester, subraya que los bancos tienen que decidir dónde quieren estar en la cadena de financiación. "¿Pueden permitirse luchar por la primacía del cliente o ven más rentable convertirse en los raíles sobre los que corren otros?", se pregunta. "Algunos bancos optarán por ambas cosas", concluye.