Después de una década protagonizada por el comercio electrónico, el sector está empezando a ver un cambio en las tendencias de consumo: los clientes están volviendo a las tiendas físicas. Este es el motivo por el que Amazon está enfocado en abrir nuevos establecimientos a lo largo de EEUU, a modo de prueba, para comprobar que puede expandirse por el resto del mundo.
En concreto, después de haber anunciado recientemente la apertura de un local junto a Starbucks en Nueva York, ahora ha llegado el momento de ver nacer la primera tienda de ropa de la compañía.
El establecimiento se llamará Amazon Style y estará ubicado en el centro comercial The Americana at Brand, en Los Ángeles, donde los clientes podrán disfrutar de una tienda de más de 9.000 metros cuadrados.
Una tienda rodeada de tecnología
Amazon no pretende seguir los pasos de las tiendas tradicionales. El gigante minorista quiere crear un nuevo concepto de comercio, donde los clientes podrán encontrar solo un ejemplar de cada producto, ya que contará con innumerables modelos de cientos de marcas.
Así, cuando el usuario elija una prenda, tan solo tendrá que escanear el código QR en una aplicación que se tendrán que descargar previamente.
Una vez escaneado, el cliente podrá solicitar la talla y el color para, posteriormente, recogerlo en un mostrador que estará equipado con pantallas táctiles.
El objetivo de este modelo es que los consumidores encuentren más estilos "sin que tengan que buscar en los estantes para encontrar el color y la talla correctos", dijo a CNBC la directora general de Amazon Style, Simoina Vasen.
Uno de los aspectos más destacables es que serán los clientes los que elijan que productos se venderán en la tienda. Amazon recogerá estos intereses a través de los comentarios de millones de usuarios.
Por otro lado, para poder adquirir las prendas, los clientes contarán con un servicio de reconocimiento de huella llamado Amazon One, con el fin de evitar largas filas y mejorar la experiencia del consumidor.
¿La tienda contará con trabajadores?
Tal y como recoge Insider, la tienda de moda de Amazon dispondrá de empleados, aunque sus funciones se limitarán a la atención al cliente, ya que el resto de tareas estarán automatizadas.
En concreto, los trabajadores tendrán que encargarse del diseño de la tienda, el almacenamiento de los artículos, la entrega de las prendas solicitadas en los probadores, la asistencia en caja y la gestión de operaciones internas.
Los clientes quieren volver a las tiendas físicas
Todo este proceso de innovación de Amazon deriva de un nuevo cambio en los hábitos de los consumidores. Después de muchos años llenando la cesta de la compra a través de e-commerce, los clientes quieren volver a las tiendas tradicionales, donde puedan ver en persona los productos que adquieren y reciban la atención de un trabajador.
Sin embargo, esto no implica que la sociedad desee la vuelta de las tiendas tradicionales. De hecho, los establecimientos físicos se convertirán más bien en un escaparate, donde los clientes puedan ver lo que les interesa y, posteriormente, adquirirlo de forma online.
Gran parte de la culpa de que haya nacido esta necesidad es de la pandemia provocada por el Covid-19. Los consumidores, encerrados en casa por las restricciones, comenzaron a echar de menos ir a las tiendas. Por este motivo, hoy en día, ir a una tienda se ha convertido en un servicio de entretenimiento, una forma de sentir que se regresa paulatinamente a la normalidad.
No obstante, estos clientes no quieren regresar a una tienda en la que tengan que esperar largas filas en caja, o tengan que hacer cola para entrar a un probador, o se vean obligados a buscar por toda la tienda el modelo, la talla y el color que desean.
Los comercios tienen que acostumbrarse a que los consumidores demandan una tienda dinámica, donde poder realizar sus compras eficazmente, incluso sin necesidad de que haya de por medio un operador de caja. Un establecimiento donde el servicio este digitalizado y puedan encontrar una prenda y pagarla con el móvil.