sábado, 10 de mayo de 2025

Fernando Azor, psicólogo clínico: "Si has tomado Lorazepam o Alprazolam contra la ansiedad, tienes que entender qué está detrás"



Fuente: TikTok/iStock



El experto asegura que asociamos el corazón latiendo rápido, la visión borrosa, la sensación de extrañeza o el nerviosismo como algo negativo que hay que evitar a toda costa



Si has recurrido a fármacos como el Lorazepam o el Alprazolam para frenar una crisis de ansiedad, es probable que estés dejando pasar lo más importante: entender el origen de esa angustia. Así lo explica el psicólogo clínico Fernando Azor en un vídeo que acumula casi un millón de visualizaciones en TikTok, donde lanza un mensaje claro: los ansiolíticos pueden calmar los síntomas, pero no resuelven el problema de fondo.

"El Alprazolam y el Lorazepam producen un efecto muy significativo en cuanto a la reducción de los niveles de alerta, de preocupación y de angustia", reconoce Azor. Sin embargo, advierte que su uso sistemático puede generar una dependencia emocional y física que impida a la persona aprender a gestionar por sí misma la ansiedad.




El problema, según apunta el especialista, es que muchas personas no han desarrollado estrategias para tolerar las sensaciones físicas que produce la ansiedad: "Asociamos el corazón latiendo rápido, la visión borrosa, la sensación de extrañeza o el nerviosismo como algo negativo que hay que evitar a toda costa".


¿Y si la ansiedad no fuera tan mala?

Azor propone un cambio de perspectiva: "Decir que sentir angustia está mal es como decir que tener hambre está mal". Ambas son sensaciones intensas y molestas, pero tienen una función: alertarnos. La ansiedad, cuando aparece, lo hace porque nuestro cuerpo interpreta una amenaza, sea esta real o percibida.

El error está en actuar como si cualquier signo de alerta fuera peligroso, lo que lleva a buscar un alivio inmediato con un fármaco. "Tomar un tranquilizante puede reducir rápidamente los síntomas, pero también refuerza la idea de que esas sensaciones son inaceptables", señala.


El papel de la psicoterapia

La alternativa está en el trabajo terapéutico. Azor explica que, mediante psicoterapia, es posible entrenar a la persona en habilidades y vivencias que reduzcan la percepción de malestar ante los síntomas de ansiedad. Se trata de aprender a convivir con esas sensaciones sin miedo, y sin tener que recurrir siempre al medicamento.

"Cuando alguien vive una experiencia que demuestra que puede tolerar esa angustia, ya no necesita reducirla tan rápidamente", afirma. El resultado es que la ansiedad deja de ser vista como una amenaza insoportable y se convierte en una respuesta comprensible y manejable.


Un enfoque más consciente

El mensaje de Fernando Azor no es demonizar los ansiolíticos, sino promover un uso responsable y complementario con otras herramientas. "Si has tomado Lorazepam o Alprazolam para resolver una crisis de ansiedad, tienes que tener en cuenta qué está detrás", insiste. Identificar el origen emocional o psicológico de esa crisis es el primer paso para evitar que se repita.

Este enfoque invita a ver la ansiedad desde un lugar más humano y menos medicalizado. Y aunque la ayuda farmacológica puede ser útil en momentos puntuales, la verdadera mejora pasa por conocerse mejor y adquirir recursos personales para afrontar el miedo, la preocupación y la angustia.



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