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FaceAge puede ser muy útil en el diagnóstico médico
(Freepik)
Por el momento, la herramienta fue entrenada con casi 60.000 imágenes de personas sanas y 6.000 pacientes oncológicos. Su porcentaje de acierto fue muy elevado
Una herramienta desarrollada por investigadores del Mass General Brigham ha demostrado que es posible estimar con precisión la edad biológica de una persona y predecir su supervivencia a partir de una imagen facial. El sistema, bautizado como FaceAge y dado a conocer a través de un artículo publicado en la revista The Lancet Digital Health, ha sido entrenado mediante aprendizaje profundo y se ha mostrado especialmente útil en pacientes con cáncer.
Este algoritmo de inteligencia artificial fue entrenado con 58.851 imágenes de personas consideradas sanas y, posteriormente, validado en una muestra de 6.196 pacientes oncológicos. Los resultados revelaron que quienes padecen cáncer presentan, de media, un rostro que aparenta cinco años más que su edad real. Esta diferencia, denominada edad facial, guarda una relación directa con las tasas de supervivencia.
“Podemos utilizar la inteligencia artificial para estimar la edad biológica a partir del rostro y nuestro estudio demuestra que esa información es clínicamente relevante”, afirmó Hugo Aerts, director del programa de Inteligencia Artificial en Medicina, en una nota de prensa. Además, subrayó que “una imagen tan sencilla como una selfie contiene información valiosa que puede ayudar a definir planes de tratamiento”.
El análisis mostró que un FaceAge elevado estaba vinculado a peores perspectivas de vida, incluso tras ajustar variables como el sexo, la edad cronológica o el tipo de tumor. En los casos más graves, los pacientes con un rostro que aparentaba más de 85 años sufrían un deterioro notable en la esperanza de vida.
Mejora en la predicción
Para evaluar la eficacia del sistema, se solicitó a diez clínicos que estimaran la esperanza de vida a corto plazo de cien pacientes utilizando únicamente su imagen. A pesar de disponer de datos como la edad y el diagnóstico, los aciertos de los especialistas fueron escasos. No obstante, al incluir la información del FaceAge, sus predicciones mejoraron de forma notable.
Este descubrimiento sugiere que los rasgos faciales pueden actuar como biomarcadores no invasivos, abriendo nuevas vías para el diagnóstico y seguimiento de enfermedades. Además, reduce el riesgo de que los médicos se vean influidos por valoraciones subjetivas, lo que podría aportar mayor objetividad en la toma de decisiones clínicas.
Los investigadores están explorando nuevas posibilidades de este sistema, como el seguimiento del envejecimiento prematuro y la detección precoz de patologías crónicas. También se están realizando pruebas para evaluar su precisión frente a imágenes alteradas por maquillaje o cirugía estética.
“Esto abre la puerta a un nuevo universo de descubrimiento de biomarcadores a partir de imágenes y su utilidad va mucho más allá del ámbito oncológico”, señaló Ray Mak, codirector del estudio. A su juicio, poder anticipar el ritmo de envejecimiento individual permitirá aplicar medidas preventivas más ajustadas a cada caso.