sábado, 24 de mayo de 2025

FIEBRE MUNDIAL: El juguete chino que está logrando esquivar los aranceles de Trump: multiplica sus ventas y es cada vez más popular



Un llavero Labubu 
(Instagram @labubu_spain)



Un fenómeno surgido en China está desafiando la guerra comercial entre Pekín y Washington. Ni la subida de aranceles ni la competencia han logrado frenar su crecimiento imparable en todo el mundo


Los aranceles impuestos por Estados Unidos a productos procedentes de China han sido una barrera difícil de sortear para muchas empresas. Sin embargo, algunas han conseguido adaptar sus estrategias para seguir creciendo en el mercado norteamericano. Una de las más destacadas ha sido Pop Mart, el fabricante de figuras coleccionables que ha convertido a sus Labubu en un fenómeno global. Mientras otras industrias sufren por la guerra comercial, estos muñecos continúan multiplicando sus ventas, incluso en medio del endurecimiento de las políticas de importación.

La clave del éxito de Pop Mart no solo radica en su estrategia de distribución internacional, que ha llevado a la marca a abrir tiendas desde Bangkok hasta París y Los Ángeles, sino también en su forma de afrontar los costes adicionales. La empresa ha optado por absorber buena parte del impacto de los aranceles, anunciando que sus clientes no tendrían que pagar costes extra. Aun así, algunos lanzamientos recientes han visto ligeros incrementos de precio, algo que sus fans parecen estar dispuestos a aceptar sin rechistar.




Mientras muchas marcas buscan sobrevivir al aumento de los aranceles, Labubu se ha consolidado como un símbolo de estatus y cultura pop. Celebridades como Lisa de BLACKPINK y Rihanna ya han presumido sus muñecos en redes sociales, convirtiendo estas pequeñas criaturas en objetos de deseo en medio mundo. Su éxito ha llegado hasta tal punto que sus ventas han superado a pesos pesados tecnológicos como Tencent y Alibaba en la Bolsa de Hong Kong.


¿Qué son los Labubu y por qué son tan populares?

Labubu es mucho más que un simple peluche. Con aspecto de gremlin travieso, sonrisa amplia, orejas puntiagudas y dientes afilados, este personaje nació en 2015 del imaginario del artista hongkonés Kasing Lung. Inspirado en los cuentos de elfos de la mitología nórdica que escuchó durante su infancia en Países Bajos, Lung creó toda una familia de criaturas llamada The Monsters, siendo Labubu el primero en cobrar vida. Cuatro años más tarde, la empresa Pop Mart adquirió los derechos para convertir estas figuras en productos coleccionables, fabricados en “cajas sorpresa” que han alimentado su éxito entre el público joven y adulto.

El formato de venta ha sido fundamental: el comprador no sabe qué figura le tocará hasta abrir el paquete, lo que añade un componente adictivo y emocional muy potente. Pero también ha contribuido su estética a medio camino entre lo adorable y lo inquietante. Vestidos como pequeños humanos (de Halloween, de vaquero o incluso imitando marcas de lujo como Chanel), los Labubu se han convertido en accesorios inseparables de mochilas, bolsos y maletas, especialmente entre la Generación Z.



El furor por estas figuras ha sido amplificado por las redes sociales, especialmente TikTok e Instagram, donde se multiplican vídeos de unboxing y colecciones personales. A eso se suma el empuje de celebridades que no han dudado en mostrarse públicamente con su Labubu favorito, lo que ha disparado la demanda a niveles que recuerdan a la fiebre por los Beanie Babies o Hello Kitty. Todo esto ha hecho de los Labubu uno de los pocos productos chinos que no solo ha resistido los aranceles de Trump, sino que ha triunfado precisamente durante esa turbulenta etapa comercial.